El ¨¢ngel de una nueva ¨¦poca
El joven director alem¨¢n se ha puesto este fin de semana, con ¨¦xito, al frente de la que ser¨¢ su orquesta los pr¨®ximos a?os
La expectaci¨®n, el clima de ilusi¨®n renovada, se percib¨ªa en infinidad de detalles, y no es el menor el que el Auditorio registrase un lleno hasta la bandera. David Afkham -el redentor, el deseado, el ¨¢ngel (como lleva por t¨ªtulo la primera de las canciones de los Wesendonck Lieder)- se pon¨ªa al frente de la orquesta de la que ser¨¢ titular a partir de la pr¨®xima temporada despu¨¦s de la confirmaci¨®n oficial de su nombramiento la pasada primavera. Se mascaba en el ambiente la sensaci¨®n de primer concierto de una nueva ¨¦poca. Los m¨²sicos estaban entregados despu¨¦s del final feliz del cuento de hadas, y el joven director alem¨¢n de 30 a?os hab¨ªa escogido para la ocasi¨®n un programa comprometido, con obras de Sch?nberg, Wagner y Mahler. No es que fuese un examen o algo por el estilo, pues sencillamente la relaci¨®n art¨ªstica est¨¢ a¨²n por hacerse, sino m¨¢s bien un acto simb¨®lico de reafirmaci¨®n, casi una fiesta.
Orquesta Nacional de Espa?a
Director: David Afkham. Contralto: Nathalie Stutzmann. Obras de Sch?nberg, Wagner y Mahler. Auditorio Nacional, 10 de enero.
En la versi¨®n de 1949 de las Cinco piezas para orquesta, opus 16, de Sch?nberg, el dialogo entre orquesta y director no pudo ser m¨¢s transparente. La realizaci¨®n musical respir¨® nitidez y precisi¨®n. Hasta parec¨ªa que era una de las m¨²sicas de cabecera de la agrupaci¨®n, dada la atm¨®sfera de naturalidad en la complejidad que se hab¨ªa creado. Para los Wesendonck-Lieder, de Wagner, en la instrumentaci¨®n de Hans Werner Henze, se contaba con una cantante de extraordinaria personalidad, la contralto Natalie Stutzmann, otro ¨¢ngel. Por color vocal y dominio del estilo se meti¨® hasta las cejas en ese mundo po¨¦tico que prefigura por momentos ¨®peras tan emblem¨¢ticas como Trist¨¢n e Isolda. Afkham dirigi¨® con esp¨ªritu concertador y la orquesta se adapt¨® a la propuesta, con lo que las canciones transmitieron proximidad. (Stutzmann cantar¨¢ el Viaje de invierno de Schubert, en La Zarzuela el pr¨®ximo 27 de enero).
La segunda parte del concierto fue m¨¢s discutible, al menos para este comentarista, pero el p¨²blico reaccion¨® con indescriptible entusiasmo. La Primera, de Mahler, tuvo una lectura anal¨ªtica, sosegada, detallista en la construcci¨®n, brillante. Fue un Mahler amable, bonito, al que le falt¨® quiz¨¢s un punto de tensi¨®n, de empuje, de equilibrio entre las contradicciones. El director jug¨® sobre seguro en su enfoque sin riesgos. Tiempo habr¨¢ de acentuar de otra manera m¨¢s incisiva. Adem¨¢s hay lecturas no por descafeinadas menos meritorias y hasta oportunas. En esta ocasi¨®n lo fundamental es que todo sonase lo mejor posible. Y son¨®. Cuando la relaci¨®n entre orquesta y director est¨¦ m¨¢s asentada ya habr¨¢ ocasi¨®n de establecer otro tipo de deseos y exigencias. Lo importante ahora es constatar que los m¨²sicos est¨¢n en sinton¨ªa con el ¨¢ngel alem¨¢n: Der Engel, para ser exactos.
Babelia
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