No tan ligero
La industria aupaba a algunos grupos de consumo r¨¢pido y se inventaban conceptos comerciales como la canci¨®n del verano
Perdidos en la nostalgia de usar y tirar que resulta recurrente cada Navidad, pasaron demasiado inadvertidas las emisiones de M¨²sicas liger¨ªsimas en La 2. Un repaso a la aparici¨®n de grupos de m¨²sica pop espa?oles en los a?os sesenta del siglo pasado. A imagen y semejanza de los Stones, los Beatles o los Kinks, en nuestro pa¨ªs significaron una primera ola de rebeld¨ªa, con sonidos extranjeros frente a la obligaci¨®n de espa?olear y una protesta menos ideol¨®gica y m¨¢s volcada en signos del vestir y del peinar. La convivencia no era f¨¢cil, pues mientras la industria aupaba a algunos grupos de consumo r¨¢pido y se inventaban conceptos comerciales como la canci¨®n del verano, surg¨ªan grupos espont¨¢neos, con influencias algo m¨¢s oscuras e imprevisibles.
El cuidado documental, que a¨²n se puede rescatar en la web de la cadena, ha buceado en im¨¢genes de archivo poco frecuentadas, como un concurso de grupos rurales de rock que organiz¨® Alfredo Amestoy, con ese punto de iron¨ªa y de ruptura que ha perdido la televisi¨®n. A trav¨¦s de entrevistas con algunos de los protagonistas, de F¨®rmula V a Solera, incluido un Miguel R¨ªos que ha publicado unas memorias que son perfecta muestra de aquellos tiempos inici¨¢ticos, la m¨²sica ligera se convierte en protagonista de un zarpazo de calado. A menudo, las expresiones menos contundentes contienen la mayor carga de profundidad y la capacidad de los j¨®venes por contarse y cantarse a s¨ª mismos termin¨® por cambiarle la cara al pa¨ªs.
Ganar dinero haciendo lo que les gustaba era en s¨ª mismo un desaf¨ªo juvenil. La desafecci¨®n y la p¨¦rdida de la culpa, posibilitaba atender a las vocaciones frente a las obligaciones de posguerra. Aquel enfrentamiento casero entre padres e hijos se convirti¨® en todo un cambio de r¨¦gimen. Las filmaciones pop de Iv¨¢n Zulueta para Un, dos, tres... al escondite ingl¨¦s eran tambi¨¦n una contracultura frente a la rampante beater¨ªa, que Antonio Gasset relata en el documental con ese punto de co?a y genialidad que se echa de menos desde que lo jubilaron de TVE, en aquella est¨²pida matanza de talento que se autoinfligi¨® el ente p¨²blico. El archivo de im¨¢genes est¨¢ para labrarse con sentido hist¨®rico, como hace este programa, no solo para recurrir a ¨¦l como relleno sin coste.
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