Aquel o¨ªdo interior

Hemos perdido a un gran m¨²sico y a un hombre muy generoso. Hace 10 a?os, todos nos pregunt¨¢bamos si sobrevivir¨ªa a la enfermedad que se lo ha llevado, pero sin embargo ¨¦l y nosotros, como m¨²sicos y espectadores, pudimos disfrutar de una extraordinaria resurrecci¨®n, en la que todas las facetas de su arte se conjugaron de manera inolvidable.

Hace unos a?os, Claudio Abbado me dijo: ¡°Simon, mi enfermedad es terrible, pero las consecuencias no son tan malas: siento que, de alguna manera, puedo escuchar el interior de mi cuerpo, como si perder el est¨®mago me hubiera concedido un o¨ªdo interior. No puedo expresar cu¨¢n maravilloso se siente. ?Y a¨²n siento que la m¨²sica me salv¨® la vida entonces!¡±.

Siempre fue un gran director. Sus actuaciones de estos ¨²ltimos a?os trascendieron y todos nos sentimos privilegiados de haber sido testigos. Personalmente, me trat¨® con gran amabilidad y generosidad desde mis primeros d¨ªas como director, y mantuvimos una relaci¨®n c¨¢lida y divertida incluso hasta el pasado viernes. Su figura perdura muy hondo en mi coraz¨®n y en mi memoria.