Costura
Claudio Abbado no se mord¨ªa la lengua cuando consideraba criminales a quienes aplican recortes sobre la educaci¨®n y la cultura en esta crisis que ya podemos llamar de la igualdad
Ha muerto Claudio Abbado, que como director de orquesta pose¨ªa un elevado sentido de la armon¨ªa, necesario para que el mundo funcione. Coser las notas a la interpretaci¨®n de la orquesta puede ser una tarea rutinaria o excelsa. Y no nos enga?emos, al fin y al cabo, una orquesta es un pa¨ªs. Llamamos director de orquesta, fuera de lo musical, a quien personaliza el orden y el liderazgo. Abbado no se mord¨ªa la lengua cuando consideraba criminales a quienes aplican recortes sobre la educaci¨®n y la cultura en esta crisis que ya podemos llamar de la igualdad y no tanto financiera. ?l pensaba en futuro, porque viv¨ªa con la cabeza puesta en la siguiente nota de la partitura.
Mariano Rajoy compareci¨® en ese mismo d¨ªa de luto en la cadena de televisi¨®n m¨¢s acogedora con sus ideas. Lo hizo adem¨¢s subido a la ola del ¨²ltimo episodio de El tiempo entre costuras, que le hizo de ciclista gregario para dejarlo en la cima del empinado puerto de la audiencia. Y no defraud¨®, porque pasar¨¢ a la historia como el dirigente calmoso, que sostiene que todo problema se extingue por s¨ª solo si esperas lo suficiente. Costurero de sus tiempos, Rajoy tiene su t¨¦cnica y quiz¨¢ lo m¨¢s costoso para ¨¦l es enfrentarse a la prensa que quiere respuestas, acci¨®n, resoluci¨®n y conflicto. Todo lo que el presidente sue?a con extinguir de este mundo cruel, pero que no desaparece tan f¨¢cilmente.
Se moj¨® por la infanta Cristina, porque es la ¨²nica playa que no le afecta, que ni le moja los pies. Mejor hablar de ella que de B¨¢rcenas. Afirm¨® que no va a cambiar a sus ministros hasta que termine la legislatura. Quiz¨¢ no tiene a nadie mejor para esos puestos en estos d¨ªas en que nadie con prestigio quiere embarcarse en la pol¨ªtica. Utiliz¨® mucho, hasta para vadear el problema catal¨¢n, la expresi¨®n ¡°mientras yo sea presidente¡±. Esa podr¨ªa ser una clave. No parece preocuparle demasiado todo lo que queda pendiente, solapado y derruido para ese futuro cercano. Su estrategia le funciona, pero alg¨²n remiendo ayudar¨ªa a no transmitir esta sensaci¨®n de que cose, afanoso y sin premuras, un traje invisible. Que no hay nota siguiente en esta partitura muda.
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