Recuerdo de Marquer¨ªe
En su discurso al recoger el Goya de Honor, Jaime de Armi?¨¢n record¨® con admiraci¨®n y cari?o al cr¨ªtico teatral Alfredo Marquer¨ªe
En su discurso al recoger el Goya de Honor, Jaime de Armi?¨¢n vino a rendir homenaje al mundo del circo, que ¨¦l tan bien conoce y tanto quiere. Y record¨® al cr¨ªtico teatral Alfredo Marquer¨ªe, igual de fan que ¨¦l de lo circense, tanto que hasta lleg¨® a exponerse con los brazos en cruz ante un lanzador de cuchillos. Que un cr¨ªtico se expusiera de esa manera no deja de ser meritorio, ironiz¨® Armi?¨¢n ante el natural regocijo de cuantos le escuchaban, ya que meterse con los cr¨ªticos siempre es bien recibido. Pero Marquer¨ªe no solo fue cr¨ªtico de teatro, sino tambi¨¦n poeta, periodista, novelista, corresponsal, guionista, ensayista, traductor, director teatral y hasta espor¨¢dico autor, am¨¦n de cronista del mundo del circo desde sus juveniles a?os como ferviente republicano hasta los siguientes en que abraz¨® la Falange. Su obra, amplia y diversa, fue m¨¢s all¨¢ de la cr¨ªtica, dada su vasta cultura y una irrefrenable inquietud intelectual. Los suyos fueron tiempos en que los cr¨ªticos ten¨ªan rotunda influencia: ¨¦l, por ejemplo, fue pr¨¢cticamente el ¨²nico que defendi¨® el teatro de Jardiel Poncela, mientras que en las mismas p¨¢ginas de Abc en que escribi¨®, entre otros peri¨®dicos, la importancia de las cr¨ªticas era tal que hasta en los bares de los cines se abastec¨ªan de patatas fritas seg¨²n aquellas hubieran sido buenas o malas con respecto a la pel¨ªcula que se estrenaba.
?Por qu¨¦ da tanta risa meterse con los cr¨ªticos? L¨®gicamente, en un ambiente como el de la fiesta de los candidatos de los Goya en que Armi?¨¢n pronunci¨® su discurso, quien m¨¢s y quien menos habr¨ªa recibido alguna mala cr¨ªtica, seguramente m¨¢s recordada que las buenas, que tambi¨¦n en alguna ocasi¨®n habr¨ªan tocado en suerte. Siempre ha habido cr¨ªticos desde muy buenos hasta p¨¦simos, de cultos a analfabetos, desde la izquierda hasta la derecha m¨¢s radical, tanto como autores de esas caracter¨ªsticas hay en el teatro, la novela o el cine. Sin embargo, seg¨²n el autor teatral John Osborne ¡°preguntarle a un escritor lo que siente por los cr¨ªticos es como preguntarle a un poste de alumbrado lo que siente por los perros¡±, aunque ¨¦l, cuando renov¨® el teatro ingl¨¦s en los a?os sesenta, recibi¨® m¨¢s parabienes que rechazos. Pero quiz¨¢, como aseguraba el cineasta Fran?ois Truffaut, que fue cr¨ªtico antes que fraile, ¡°se llega a ser cr¨ªtico por azar, tras haber fracasado en la literatura, en la ense?anza, en la publicidad o en la soldadura aut¨®gena¡±. Hace ahora 40 a?os que Marquer¨ªe muri¨® en un accidente de coche; las palabras de Armi?¨¢n han estimulado su recuerdo y este breve homenaje a aquellos buenos cr¨ªticos.
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