Fosse... ?empieza el espect¨¢culo!

De su primer espect¨¢culo en Chicago, Hold ev¡¯ryhting! A streamlined extravaganza in two parts, al momento en que fue coronado como el core¨®grafo m¨¢s famoso de todos los tiempos (ganando el Tony, el Emmy y el Oscar el mismo a?o, 1973, una haza?a que nadie ha podido repetir). La impresionante biograf¨ªa Fosse (Dolan?/?Houghton Mifflin Harcourt) repasa la vida de una de las figuras clave para entender la evoluci¨®n de Broadway. Como si fuera El crep¨²sculo de los dioses,el (extenso) estudio del escritor Sam Wasson arranca en el entierro de la figura que cambi¨® para siempre el tel¨®n rosa de Broadway, hasta su llegada atiborrado de n¨²meros musicales aptos para todos los p¨²blicos, y lo convirti¨® en un movimiento casi sociopol¨ªtico, atrevido, er¨®tico, radical y, sobre todo, desacomplejado.

¡°Si piensas de d¨®nde han salido los movimientos de Beyonc¨¦ en el videoclip de Single ladies, el musical Chicago, o los sombreros, en realidad est¨¢s pensando en Bob Fosse¡±, reconoce el autor al hablar de su criatura, que ocupa m¨¢s de 700 p¨¢ginas e indaga no solo en la reconocida labor del personaje como revolucionario del g¨¦nero, sino en su controvertida faceta personal.

Para ello, Wasson no ahorra en detalles, centrando su mirada en personajes clave de la vida de este como Ann Reinking, amante del core¨®grafo que desempe?¨® el papel de musa acostumbrada a lidiar con los excesos de Fosse y su voluntad (insalubre) de abarcar m¨¢s de lo humanamente posible. La relaci¨®n de este con la mencionada Reinking y el ¡ªenvenenado¡ª encaje de bolillos que le un¨ªa a su esposa, Gwen Verdon, ocupa buena parte del volumen, trazando un retrato de un hombre que pod¨ªa ser despiadado, encantador... o ambas cosas a un tiempo.

Bob Fosse (Chicago, 1927-Washington, 1987) fue bailar¨ªn antes que core¨®grafo y artista antes que cualquier otra cosa. Wasson desmenuza a trav¨¦s de voces como las de Dustin Hoffman, Stephen Sondheim, Eric Roberts o Mariel Hemingway la carrera del estadounidense que a los 15 ya coreografiaba sus propias obras. Heredero de los Donen y los Minnelli, Fosse puso patas arriba cine y teatro gracias a Chicago, Cabaret y especialmente a Empieza el espect¨¢culo (All that jazz), considerada una pel¨ªcula autobiogr¨¢fica, aunque el de Chicago citara al realizador italiano Federico Fellini como inspiraci¨®n absoluta del filme. De esta ¨²ltima obra, Wasson destaca el complej¨ªsimo proceso de casting por culpa de un tipo obsesivo hasta la extenuaci¨®n. ¡°Yo sab¨ªa que estar satisfecho no era su objetivo, ¨¦l quer¨ªa exprimir todo lo que hab¨ªa hasta que no hab¨ªa nada m¨¢s que exprimir¡±, cuenta David Picker, antiguo capo de la otrora gigantesca United Artists, que produjo la magn¨ªfica Lenny.

En este, seguramente su trabajo m¨¢s singular, Fosse dirigi¨® con un plet¨®rico Dustin Hoffman interpretando a Lenny Bruce, uno de los c¨®micos m¨¢s despiadados que dio el bullicioso panorama contracultural americano de la ¨¦poca. El filme (protagonizado por Hoffman, a pesar de sus reticencias), al igual que su debut, el t¨ªtulo de culto Noches en la ciudad, fue un tremendo fracaso y convenci¨® a Fosse de que Hollywood no era su casa. ¡°Odio el negocio del espect¨¢culo y tambi¨¦n lo amo. Me encanta trabajar con actores, bailarines, escritores y dise?adores. Pienso que son la gente m¨¢s bonita, talentosa e inteligente del mundo. Pero odio las chorradas, las casas con piscina de Beverly Hills. Odio los Mercedes. Odio los bolsos de Gucci, odio toda esa mierda¡±, declarar¨ªa.

El libro recupera tambi¨¦n los espect¨¢culos que Fosse dise?¨® sin figurar en sus cr¨¦ditos, como The girls against the boys, Walking happy y Grind, y excava (con fascinantes resultados) en los miles de documentos que figuran en la librer¨ªa del Congreso y que quedaron disponibles para los estudiosos a partir de 1992. Y para los m¨¢s cin¨¦filos, la estupenda recreaci¨®n de lo que sucedi¨® en la ceremonia de los Oscar de 1973 cuando Cabaret, un s¨®lido alegato contra el nazismo en forma de musical, le arrebat¨® los honores a El padrino y se llev¨® hasta ocho estatuillas, quit¨¢ndole la gloria a Coppola y convirtiendo a Fosse en uno de los directores m¨¢s populares en un Hollywood que no lograba entender qu¨¦ pretend¨ªa aquel hombre, iracundo y genial, que hac¨ªa lo que le daba la gana y acostumbraba a salirse con lo suya.