Pinche, la palabra m¨¢s aut¨®ctona de M¨¦xico, seg¨²n Jos¨¦ Emilio Pacheco
Este es uno de los ¨²ltimos art¨ªculos que escribi¨® el poeta mexicano, el 17 de octubre de 2013 Con ¨¦l participi¨® en el Atlas sonoro del espa?ol que organiz¨® EL PA?S co motivo del VI Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola, celebrado en Panam¨¢ Una pieza coral donde 21 escritores eligieron la palabras m¨¢s aut¨®ctonas del espa?ol en sus respectvos pa¨ªses
En M¨¦xico, ¡°pinche¡± cancel¨® su acepci¨®n normal para adquirir, no se sabe cu¨¢ndo, las caracter¨ªsticas de un ep¨ªteto derogatorio que sorprende por su omnipresencia y durabilidad.
El m¨¢s amplio cat¨¢logo de acepciones lo consigna el excelente Diccionario del espa?ol usual en M¨¦xico de Luis Fernando Lara en su segunda edici¨®n de 2009. Lara advierte que se trata de una groser¨ªa:¡±Pinche¡± 1. Que es despreciable o muy mezquino. 2. Que es de baja calidad, de bajo costo o muy pobre.
¡°Pinche¡± puede ser un empleado, el h¨¢bito de fumar, la suerte, un polic¨ªa, una camisa, un perro, una casa, una persona, el mundo entero, una comida, un regalo, un sueldo o bien lo que a usted se le ocurra. Se trata, pues, de un ep¨ªteto que degrada todo lo que toca. Normaliza y vuelve aceptable una furia sin l¨ªmites contra algo que nos ofende y humilla pero no podemos cambiar.
Admite grados y amplificaciones: ¡°Esa novela me pareci¨® un poco pinche.¡± ¡°El racismo es una actitud pinch¨ªsima.¡± A veces puede ser un sustantivo inapelable: ¡°No te lleves con ¨¦l: es un tipo de lo m¨¢s pinche.¡± Puede adquirir el rango de injuria m¨¢xima: ¡°No me vuelvas a hablar, hijo de tu pinche madre.¡±
No s¨¦ cu¨¢ndo empez¨® a emplearse y nunca he le¨ªdo nada sobre su origen. Ya que ¡°pinche¡± en espa?ol com¨²n es ¡°el ayudante de cocina¡±, sin ninguna pretensi¨®n ni autoridad, se me ocurre que el t¨¦rmino se origin¨® en tiempos de la hacienda y el latifundio. Naci¨® entre los peones obligados a trabajar la tierra para beneficio de los amos y que ve¨ªan con explicable resentimiento a quienes laboraban en ocupaciones serviles dentro de la casa grande.
Si el uso est¨¢ restringido a M¨¦xico, resulta algo anecd¨®tico e insignificante frente al hecho de que, a diferencia de tantos otros idiomas, quinientos millones de personas podamos entendernos en nuestra lengua materna. Es una ¡°pinche¡± desgracia que muy pocas veces tengamos conciencia de este prodigio.
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