La arquitectura de la experiencia
Siete proyectistas invitan a sentir la arquitectura con intervenciones en el edificio de la Royal Academy de Londres
Junto a la estatua del pintor Sir Joshua Reynolds, en el patio de acceso a la Royal Academy, habr¨¢ durante unos meses dos columnas amarillas. Una, tumbada y sin capitel, parece un banco. La otra, vertical, acompa?a la estatua del que fuera el primer director de esta academia de arte londinense. El arquitecto portugu¨¦s ?lvaro Siza la ha puesto all¨ª para hablar del origen m¨¢s b¨¢sico de la arquitectura: el nacimiento de la columna. Algo de eso -de lo m¨¢s elemental de esta profesi¨®n- tiene la exposici¨®n Sensing Spaces que podr¨¢ visitarse hasta el seis de abril. Sin embargo, la muestra es tambi¨¦n la manera m¨¢s elevada de explicar la arquitectura. No trata de describir sino de hacer sentir los espacios, la luz y los l¨ªmites, es decir, los elementos fundamentales de este arte ¨²til que, precisamente por serlo, est¨¢ irrenunciablemente ligado a un contexto econ¨®mico y social que lo condiciona y que desaparece en una sala de exposiciones.
Tradicionalmente las muestras sobre arquitectura aburren a los profanos porque no se exprimen en ellas los elementos determinantes de la disciplina: el espacio y la luz. Las exposiciones abundan, en cambio, en detalles constructivos que alejan al espectador de la experiencia arquitect¨®nica, de las sensaciones que esta disciplina es capaz de producir. Es obvio que la manera de experimentar la arquitectura es visit¨¢ndola y, en ese sentido, tal vez se trate de una disciplina no ¡°museable¡±. Con todo, que los manuales de su historia hasta hace pocas d¨¦cadas se concentraran en el juicio de fachadas, secciones y plantas por encima de explicar la experiencia espacial intr¨ªnseca a la disciplina ha hecho pensar a la comisaria Kate Goodwin que la arquitectura podr¨ªa explicarse de otra manera. ?C¨®mo transmitir el influjo que ejerce en la vida de la gente?
Que el grupo elegido para representar que es hoy la arquitectura sea perif¨¦rico lleva impl¨ªcita una cr¨ªtica a su globalizaci¨®n. As¨ª, los siete proyectistas que han intervenido en la neo-palladiana Burlington House, donde tiene su sede la Royal Academy, han recurrido a la verdad de los materiales, a la sensaci¨®n de los espacios y sus iluminaciones o han trabajado las ideas, e incluso la fantas¨ªa, pero, todos han evitado las experiencias meramente visuales que han caracterizado el glamour arquitect¨®nico de los ¨²ltimos tiempos. De ah¨ª que esta exposici¨®n adem¨¢s de tratar de acercar la arquitectura a los profanos desde su esencia, indique a los expertos una idea de renovaci¨®n: el abandono del espect¨¢culo para recuperar los sentidos.
El resultado es diverso. Algunos proyectistas, como las irlandesas Grafton Architects, hacen arquitectura con una cubierta que consigue que el espectador experimente tanto la luz como la sombra. Otros, como Eduardo Souto de Moura, explican que su intervenci¨®n no es arquitectura. ¡°Se ha quedado en escultura¡±. El Pritzker portugu¨¦s explica que ¡°el espacio no existe sin l¨ªmites¡±. Y eso ha destacado ¨¦l, recreando dos umbrales en hormig¨®n extrafino. ¡°La arquitectura requiere continuar lo que otros han hecho¡±, plantea. Y su intervenci¨®n subraya las capas de historia del edificio de la academia.
El chino Li Xiaoding cita a Lao Zi -¡°lo importante es el contenido, no el contenedor¡±- y recrea un laberinto de bamb¨² como el que rodea la biblioteca que levant¨® en Liyuan. En su intervenci¨®n no hay objeto arquitect¨®nico. Los bamb¨²s que dirigen el paseo provocan una experiencia olfativa evocando al bosque.Tambi¨¦n el japon¨¦s Kengo Kuma -que se refiere a su obra en t¨¦rminos de g¨¦nero: espacio maternal envolvente y paternal impenetrable- busca asociar aroma y obra pero su instalaci¨®n de bamb¨²s trenzados se queda en ornamento: el exceso de est¨ªmulos no consigue construir un espacio.
Por su parte, el africano Di¨¦b¨¦do Francis K¨¦r¨¦ ha levantado un refugio con paneles de pl¨¢stico que los visitantes pueden alterar o completar. El proyectista de Burkina Faso formado en Berl¨ªn defiende la autoconstrucci¨®n pero logra mejores resultados trabajando con el barro que con el pl¨¢stico. Tambi¨¦n la intervenci¨®n del estudio chileno Pezo von Ellrichshausen tiene un aire primitivo, b¨¢sico y sin embargo monumental, secreto, m¨¢s cerca del descubrimiento paulatino que del efecto inmediato. Cuatro columnas de pino encierran escaleras que conducen a un prisma desde el que uno experimenta, a la vez, la grandiosidad y el detalle del edificio.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, la arquitectura ha resultado fundamental en la reformulaci¨®n de las artes. ?Eso convierte esta muestra en arte? ?Cambia algo si juzgamos las intervenciones como arte o arquitectura? La sensaci¨®n, como alternativa para la sorpresa, es la t¨®nica dominante en una muestra que aboga por lo sutil para acercarse a lo perdurable y defiende la continuidad frente a la ruptura.
Goodwin admite que el conocimiento aumenta el disfrute, pero defiende la experiencia arquitect¨®nica como descubrimiento citando a Winston Churchill ¡°damos forma a los edificios y luego ellos nos dan forma a nosotros¡±.
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