¡®La Colmena¡¯, de Cela, in¨¦dita, er¨®tica y censurada, ve la luz
La Biblioteca Nacional presenta el manuscrito que estaba en manos de un hispanista franc¨¦s Contiene pasajes de alto contenido sexual, entre ellos, escenas de lesbianismo que no estaban en la edici¨®n de 1951 La obra integra espera ser editada en 2016, a?o del centenario del natalicio del premio Nobel espa?ol
¡°Lola le salta de un tir¨®n todos los botones de la bragueta. El vendedor jadea como un cerdo castrado, con los ojos en blanco, ca¨ªdo de espaldas.
¡ª?Golfo!
Lola descubre el sexo del hombre, peque?o y blanco como una criatura.
¡ª?Te da gusto, di, marrano, te da gusto?
¡ª?D¨¦jeme! ?D¨¦jeme!¡±¡
Solo una persona sab¨ªa de este pasaje escrito originalmente por Camilo Jos¨¦ Cela para La colmena. Nadie sab¨ªa que el contenido sexual y er¨®tico de su obra cumbre fuera m¨¢s alto y descarado que lo publicado hasta hoy. No lo supo ni siquiera el r¨¦gimen franquista porque el propio escritor gallego (1916-2002) sospechaba que no iba a pasar la censura y decidi¨® no incluirlo en la versi¨®n que envi¨® para su aprobaci¨®n. Ahora, 70 a?os despu¨¦s de que Cela empezara su escritura (que terminar¨ªa en 1950) y sucedieran los hechos narrados en la novela, se han presentado muchos pasajes in¨¦ditos de la obra, algunos censurados por la dictadura y otros que el propio autor nunca present¨® al r¨¦gimen. El resultado es una nueva versi¨®n de La colmena. Por ahora fragmentada, pero que podr¨ªa dar pie a una nueva edici¨®n completa como fue concebida genuinamente. ¡°Ser¨ªa una idea extraordinaria. Como sacar una obra in¨¦dita de Cela¡±, asegura entusiasmada Marina Casta?o, viuda del premio Nobel espa?ol y presidenta de la Fundaci¨®n Camilo Jos¨¦ Cela.
El manuscrito, presentado en la Biblioteca Nacional, en Madrid, revela m¨¢s retazos de vida de ese enjambre de personajes creados por Cela que ahora ven la luz gracias a la donaci¨®n de Annie Salomon (licenciada en literatura hisp¨¢nica), hija del hispanista No?l Salomon. ?l era la ¨²nica persona que conoc¨ªa este in¨¦dito. Era un amigo del escritor, a quien env¨ªo este texto con la idea, ¡°tal vez, de que analizara el impacto de la censura franquista a trav¨¦s de una novela suya¡±, dice Adolfo Sotelo V¨¢zquez, catedr¨¢tico de Historia de la Literatura Espa?ola, experto en la obra de Cela y quien prepara una biograf¨ªa suya. El manuscrito lleg¨® a las manos del hispanista despu¨¦s de la segunda calificaci¨®n y reporte que hiciera el r¨¦gimen sobre La colmena, el 7 de enero de 1946, en el cual dice: ¡°?Ataca el dogma o la moral? S¨ª. ?Ataca al r¨¦gimen? No. ?Valor literario? Escaso¡±.
Se trata de 10 hojas numeradas por la Biblioteca Nacional en d¨ªgitos romanos m¨¢s algunas hojas complementarias en blanco y 172 hojas numeradas en ar¨¢bigo. El manuscrito es heterog¨¦neo y fragmentario. La mayor¨ªa de las hojas est¨¢n mecanografiadas y varias corregidas a mano y tachadas por el autor con su lapicero rojo. Otras censuradas por el franquismo con lapicero y sello, seg¨²n Sotelo V¨¢zquez. El grueso del manuscrito es parte de la copia que el escritor present¨® a la censura en 1946 con la intenci¨®n de ceder el original a F. Maristany de Ediciones el Zod¨ªaco para su publicaci¨®n.
¡°¡El hombre habla con un hilo de voz, le tiembla todo el cuerpo, se estremece, se contorsiona. Respira violentamente con los ojos cerrados, la boca abierta y seca, la cabeza ca¨ªda. Un temblor m¨¢s fuerte le recorre el espinazo. Se queja, dice entre dientes algo que no se entiende, y se queda como muerto. Un sudor muy l¨ªquido le mana de la frente¡¡±.
Eso fue lo que encontr¨® Annie Salomon, cuyo padre muri¨® hace 35 a?os, hacia 2011 cuando puso a la venta una casa de campo familiar cerca de Burdeos. Cuando una ma?ana empez¨® a limpiar la vivienda encontr¨® un armario de madera con objetos familiares, cajas de fotos y entre esos recuerdos una carpeta marr¨®n que ten¨ªa escrito a mano Caminos inciertos, otras anotaciones y por ah¨ª el nombre de Cela. Ella se sorprendi¨®. Cuando abri¨® la carpeta su coraz¨®n pareci¨® palpitar m¨¢s r¨¢pido al ver una serie de folios blancos amarilleados por 60 a?os. P¨¢ginas escritas a m¨¢quina con anotaciones, tachaduras, anexos y hojas escritas completamente a mano. No sab¨ªa muy bien lo que era. Ella hab¨ªa le¨ªdo La colmena y sab¨ªa que eso correspond¨ªa al estilo de Cela. Tres a?os estuvo pensando qu¨¦ hacer con ese hallazgo, hasta que en mayo pasado habl¨® con la Biblioteca Nacional de Espa?a y tom¨® un vuelo a Madrid para donar el manuscrito, porque ¡°es un patrimonio cultural y ten¨ªa que dejarlo a disposici¨®n de los expertos¡±. Ana Santos Aramburo, la directora, lo acept¨® agradecida y orden¨® el estudio de autenticidad.
Era, es, La colmena original. Como Cela la concibi¨®. Los pasajes hurtados a la literatura.
Ayer la alegr¨ªa se notaba en la Biblioteca Nacional. Antes de llegar a los hallazgos y el valor del manuscrito, Sotelo V¨¢zquez hizo un recorrido por los primeros pasos de la obra. Unos 20 minutos de la g¨¦nesis de esa historia en la que Camilo Jos¨¦ Cela relata los escombros de los sue?os de los espa?oles de la posguerra. Fue de los primeros escritores en narrar la realidad del pa¨ªs reci¨¦n terminada la Guerra Civil. La colmena es un mosaico de la sociedad espa?ola en su estado f¨ªsico, emocional y espiritual. Recrea tres d¨ªas de 1943 en la vida de m¨¢s de 300 personajes. La mayor¨ªa de ellos de clase media baja y de una burgues¨ªa en imparable ca¨ªda en desgracia. Cela hizo un corte en la l¨ªnea de vida de Espa?a representada en una ciudad a trav¨¦s de esa galer¨ªa de personas que lo ¨²nico que tienen en com¨²n es la asfixia del presente y la incertidumbre del futuro. Una obra que fue publicada en Buenos Aires en 1951 (tambi¨¦n con algunos pasajes censurados por el peronismo) y finalmente en Espa?a en 1955.
¡°¡La mujer lo suelta y se tira sobre la cama, boca arriba, con los muslos muy separados, cogi¨¦ndose la entrepierna con las manos. Do?a Celia sale, desnuda, de detr¨¢s de la cortina y se echa sobre Lola, le lame todo el cuerpo. Lola la deja hacer. Se tapa la cabeza con la almohada y se mete un dedo por el culo. Sobre la habitaci¨®n flota el respirar de las dos mujeres: el de Lola, agotado, ansioso el de do?a Celia, que ha ca¨ªdo sobre los baldosines haci¨¦ndose una paja¡¡±.
El manuscrito permanecer¨¢ en la Biblioteca Nacional. La Fundaci¨®n Camilo Jos¨¦ Cela ha cedido los derechos para su estudio. Marina Casta?o y Ana Santos est¨¢n de acuerdo en hacer una edici¨®n completa de La colmena insertando los pasajes in¨¦ditos y censurados donde correspondan y seg¨²n lo hab¨ªa planificado su creador. El texto hallado lo permite porque el escritor se?ala a qu¨¦ corresponde cada pasaje. Los expertos titubean. Como poco se har¨ªa una edici¨®n con estos pasajes en un ap¨¦ndice. A Casta?o le gustar¨ªa que la nueva La colmena estuviera lista en 2016 para conmemorar el centenario del natalicio del autor.
La historia que empieza en el caf¨¦ La Delicia, de do?a Rosa, guardaba m¨¢s secretos y verdades que las conocidas hasta hoy. Esa historia con m¨¢s penurias, m¨¢s habladur¨ªas, m¨¢s retratos de la Realidad, m¨¢s deseos, pulsiones y desfogues de la pasi¨®n y el sexo y de gente mendigando alegr¨ªas est¨¢ ahora en la c¨¢mara acorazada de la Biblioteca Nacional con pasajes desconocidos como este que termina diciendo:.
¡°¡El hombre de los ajos, sucio, derrotado, con la cara sangrante y la ropa rasgada, gime tirado en el suelo.
¡°Pierrot¡± ara?a la puerta de la alcoba, nadie le hace caso¡¡±.
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