Gutmaro G¨®mez Bravo, historiador: ¡°Los que quieren cargarse la Transici¨®n y los que alaban el franquismo representan las dos Espa?as¡±
Investigador especializado en la dictadura de Franco, publica ¡®Los descendientes¡¯, en el que bucea en el pasado de su familia para averiguar lo que en verdad sucedi¨® a su abuelo en la Guerra Civil


¡°Era un libro para contar la historia de mi madre porque ella hab¨ªa enfermado, era una necesidad personal¡±, dice Gutmaro G¨®mez Bravo, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad Complutense de Madrid, sobre su nuevo libro, Los descendientes (Cr¨ªtica). Sin embargo, al remover el pasado familiar en papeles hallados en archivos, cambi¨® el foco de su investigaci¨®n hacia lo que en realidad hab¨ªa sucedido con su abuelo materno durante la Guerra Civil y la versi¨®n ¡°no correcta¡± que la familia asumi¨®. Una indagaci¨®n que ha resultado agridulce porque, como confiesa G¨®mez Bravo, hay parte de su entorno familiar que ha reaccionado ¡°mal¡± a que haya puesto negro sobre blanco.
En esta obra, que ¨¦l califica de ¡°historia familiar¡±, hay una primera parte m¨¢s hist¨®rica, lo que ocurri¨® con sus abuelos y sus padres, y una segunda ensay¨ªstica, de la que deriva una tesis: ¡°La versi¨®n sobre la Guerra Civil que est¨¢ cuajando en los j¨®venes de hoy, los universitarios, es la misma que se dio a la generaci¨®n que vivi¨® el conflicto, pero en formato digital, a trav¨¦s de YouTube, memes que circulan por internet o videojuegos¡±, como uno en el que la diversi¨®n consiste en ¡°evitar que los rojos saquen a Franco del Valle de los Ca¨ªdos¡±.
?l alerta contra esos contenidos de ocio de mensajes simplificados, que glorifican una guerra en la que, subraya, ¡°murieron unas 600.000 personas, 200.000 fueron civiles asesinados en la retaguardia, y el 90% de estos, ejecutados en los primeros seis meses de conflicto¡±. Ese ¡°revisionismo¡± muestra a la Segunda Rep¨²blica ¡°como el pozo de todos los males¡± y al dictador ¡°como alguien que solucion¨® la guerra y era, sobre todo, un gestor¡±. ¡°Hay que preguntarse qu¨¦ est¨¢ pasando¡±, apunta.
G¨®mez Bravo (Madrid, 49 a?os), director del Grupo de Investigaci¨®n de la Guerra Civil y el Franquismo (Gigefra) de la Complutense, subraya que el relato franquista ¡°se ha interiorizado hasta hoy a muchos niveles porque fueron casi cuatro d¨¦cadas¡± y ve responsabilidad de ello en parte en el mundo acad¨¦mico y ¡°en la proyecci¨®n medi¨¢tica¡± que ha logrado.

De vuelta a su libro, indica, en una charla en un caf¨¦ en Madrid, que la manera de afrontarlo fue, l¨®gicamente, ¡°diferente de la escritura acad¨¦mica¡± de sus otras obras, en las que prima el trabajo con los documentos. ¡°Aqu¨ª hablas de personas que conoces, de tu familia, pero hab¨ªa datos que no me cuadraban, hasta que vi en el peri¨®dico Abc una imagen de mi abuelo en una misa por los fallecidos de Falange, en Jerez de la Frontera (C¨¢diz), en noviembre de 1936¡±. Sin embargo, el padre de su madre, Gundemaro, hab¨ªa sido depurado durante la guerra por los sublevados, una mancha que sufrieron sus descendientes. ?Qu¨¦ hab¨ªa sucedido?
El historiador descubri¨® que su abuelo ocult¨® que hab¨ªa colaborado con los golpistas a un alto nivel en Jerez, donde resid¨ªa, durante los seis primeros meses del conflicto. ¡°?l pertenec¨ªa al partido Uni¨®n Republicana, que, a pesar de ser conservador, fue arrasado, como otros de derechas, por haber participado en el Frente Popular¡±. Sin embargo, a comienzos de la guerra, su abuelo se present¨® a los jefes de los sublevados para colaborar con ellos, hasta el punto de que una figura tan siniestra como el teniente general Gonzalo Queipo de Llano le dio el cargo de jefe de Investigaci¨®n y Vigilancia en C¨¢diz.
Su desgracia fue que un cruce de datos por parte de la inteligencia franquista constat¨® que los hermanos de Gundemaro, que se encontraban en Madrid y Toledo, eran ¡°maestros y de izquierdas¡±, lo que unido a su pasado en un partido republicano y a su negativa a firmar un documento de adhesi¨®n al Movimiento Nacional, le situ¨® entre los candidatos a la depuraci¨®n. Fue expulsado, tuvo suerte de que no lo mataran, ¡°quiz¨¢s por su clase social¡±, y la familia se march¨® en 1941 a Ciudad Real, convencida de que all¨ª podr¨ªan recuperarse, pero no sucedi¨®.
¡°Estaban se?alados y se acabaron empobreciendo. Adem¨¢s, mi abuelo se pas¨® a?os sobornando a gente para intentar ser rehabilitado como funcionario, sin ¨¦xito, y contando hechos inveros¨ªmiles sobre las causas por las que hab¨ªa sido represaliado. Los familiares que sab¨ªan la verdad, callaron, y a mi madre y sus hermanos, que eran peque?os, se les dio una versi¨®n que no era la real¡±, a?ade.

G¨®mez Bravo, autor de obras como Geograf¨ªa humana de la represi¨®n franquista (2017), Hombres sin nombre: la reconstrucci¨®n del socialismo en la clandestinidad (2021) o Deportados y olvidados: Los espa?oles en los campos de concentraci¨®n nazis (junto con Diego Mart¨ªnez L¨®pez), de 2024, cuenta en la ¨²ltima parte del libro c¨®mo con la Transici¨®n se impuso un relato consensuado sobre la guerra: ¡°El de la reconciliaci¨®n, que hab¨ªa que avanzar hacia el futuro y olvidar las barbaridades cometidas. Esto lo asumi¨® la izquierda porque, las cosas como son, era el ¨²nico posible en ese momento. La generaci¨®n de mis padres ten¨ªa miedo a volver a la pobreza, de ah¨ª la idea difundida de que todos hab¨ªan sido culpables¡±. Y estaba, adem¨¢s, el temor al ruido de sables, como demostr¨® la intentona golpista del 23 de febrero de 1981.
De ah¨ª se pas¨®, a?os despu¨¦s, ¡°a cuestionar de forma muy dura la Transici¨®n, primero con el movimiento del 15-M, en 2011, y despu¨¦s con Podemos¡±, fundado en 2014. ¡°Decir que toda la Transici¨®n fue mala, cuando fue una ¨¦poca de ¨¦xito, es un error brutal de esa izquierda porque dej¨® espacio a Vox [fundado en 2013] para reivindicar esa etapa¡±. Ambos extremos ¡°se retroalimentan y acaban distorsionando el pasado, bloqueando otro tipo de relato¡±. ¡°Unos quieren cargarse la Transici¨®n y otros alaban el franquismo: ah¨ª est¨¢n las dos Espa?as¡±.

A unos meses de que se cumpla medio siglo de la muerte de Franco, a G¨®mez Bravo le preocupa c¨®mo se ense?a la Guerra Civil en el sistema educativo espa?ol. ¡°Deber¨ªa haber un consenso b¨¢sico y buscar recuerdos que unan, compartidos, no como los est¨¢n usando partidos como Vox. No puede ser que un alumno pueda llegar a la universidad sin que le hayan explicado el siglo XX espa?ol¡±.
Por ¨²ltimo, se muestra muy cr¨ªtico con las trabas que permanecen en Espa?a al acceso a determinados archivos para investigar el pasado reciente del pa¨ªs. ¡°Empezando por el archivo del Ministerio del Interior, por el que hay que pasar para comprender lo que fue el franquismo. Tambi¨¦n, los del Ministerio de Defensa, los archivos eclesi¨¢sticos, que est¨¢n vetados, y los del Movimiento¡±. No solo lo reclama para facilitar la labor de los historiadores, ¡°tambi¨¦n para que la gente pueda saber qu¨¦ hicieron o qu¨¦ pas¨® con sus antepasados, tienen derecho a ello¡±. Es lo que ¨¦l ha intentado con su nuevo libro, aunque le haya costado un disgusto con varios familiares.
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