Jugando con la luz en Venecia
La Colecci¨®n Guggenheim re¨²ne 54 obras de artistas de ayer y hoy, que juntos establecen un di¨¢logo muy sensorial
Venecia es una ciudad coqueta; lleva un milenio reflej¨¢ndose en el agua. Y cuando se entra a un museo, irremediablemente quedan grabadas en la retina, las luces y las sombras de palacios, calles, puentes, y hasta las mareas altas de los ¨²ltimos d¨ªas. La vitalidad de la luz es el hilo conductor de la exposici¨®n, Temas y variaciones. El imperio de la luz, inaugurada en la Colecci¨®n Peggy Guggenheim, y que permanecer¨¢ abierta hasta el 13 de abril.
A trav¨¦s de un recorrido por las obras de la colecci¨®n, el joven comisario, Luca Massimo Barbero, establece un di¨¢logo entre artistas del pasado y otros contempor¨¢neos. Para ello, ha puesto a conversar por primera vez a maestros como Edgar Degas, Henry Matisse, Mark Rothko, Lucio Fontana, Salvador Dal¨ª, Jackson Pollock y Marcel Duchamp con David Hockney, Gerhard Richter, Anish Kapoor, Thomas Ruff, Kiki Smith, Hiroshi Sugimoto y Antoni T¨¤pies, entre otros.
Los artistas de ayer y de hoy se dan cita en la que fuera la casa de Peggy Guggenheim, sobre el Gran Canal. El palacio posee uno de los jardines venecianos m¨¢s hermosos; junto a este, se sit¨²a la sede de las exposiciones temporales, donde se pueden ver 54 obras, divididas en ocho salas, cada una con su respectivo tema: figuras y ojos, lugares, oscuridad y opacidad, el imperio de la luz, espacio y percepci¨®n, expresi¨®n, inconsciente y naturaleza. Barbero as¨ª describe la muestra: ¡°Un recorrido expositivo muy sensorial, un juego entre la luz y el espacio¡±.
El imperio de la luz, de Ren¨¦ Magritte funciona como el gran paraguas que lo cubre todo e ilumin¨® a Barbero para maquinar una muestra con aires irreverentes. ¡°No es solo la obra m¨¢s amada de los visitantes, sino tambi¨¦n, una pieza fuertemente simb¨®lica: la contraposici¨®n del d¨ªa y la noche, la luz y la oscuridad¡±, destaca. En el enorme ¨®leo (195,4 cent¨ªmetros por 131,2), pintado en 1954, Magritte representa una calle oscura y nocturna, que contrasta con un cielo azul pastel, lleno de luz. El pintor quiso alterar la realidad: la luz del sol deber¨ªa ofrecer claridad, pero, aqu¨ª se asocia con la oscuridad. En la misma sala, Mattise habla con Joseph Cornell, (Escena para una f¨¢bula, 1954) y el artista contempor¨¢neo Nate Lowman (Las Vegas, 1979), que expone dos ¨®leos, Give Em The Finger #2 y Small Rocks, ambos de 2013. En el primero, el gesto provocador del dedo coraz¨®n, en primer plano, desaparece en el fondo de una ciudad, que bien podr¨ªa ser Estambul o Nueva York. En el segundo, los personajes reposan en una roca, cuyas aguas podr¨ªan pertenecer a Venecia, o bien, a otro sitio en cualquier parte del planeta. ¡°Crear este tipo de di¨¢logos no es nada sencillo, pero es m¨¢s interesante, porque a la hora de meter juntos temas y variaciones, en cada sala hay una historia que se cuenta sola¡±, explica.
Hay siempre mucha vitalidad en cada secci¨®n. De particular inter¨¦s, la apertura de la exposici¨®n, en cuyas paredes cuelga Figura femenina extendida, pintada por Edgar Degas en 1889 y la son¨¢mbula de Kiki Smith (Nuremberg, 1954). En esta ¨²ltima, el protagonista absoluto es el sue?o y, al mismo tiempo, las experiencias vividas en el inconsciente, generadas en la oscuridad, que contrastan con la luminosa chica de Degas. No es este el ¨²nico ejemplo de estos di¨¢logos, como el que se establece entre Antoni T¨¤pies, con Drap i cocodrill (1968) y Joven triste en tren, creado por Marcel Duchamp, en 1911. Se respira aqu¨ª una atm¨®sfera melanc¨®lica, tal vez justificada por la carencia de luz y opacidad que ambos artistas quisieron imprimir.
Est¨¢n tambi¨¦n Thomas Ruff y Piotr Uklanskim, el autor hace ya medio siglo de un cr¨¢neo inspirado en el de leopardo de Salvador Dal¨ª. Y por ¨²ltimo, los ¨¢rboles casi id¨ªlicos de David Hockney y el boque peruano de Thomas Struth. Todo lo anterior deja clara la verdadera funci¨®n del arte contempor¨¢neo, seg¨²n Barbero, que ¡°no tiene nada que ver con el espect¨¢culo y no busca crear un efecto de shock para complacer a los medios de informaci¨®n o el m¨¢rketing. El arte es un modo de ver las luces y sombras¡±, concluye.
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