El anhelo de un mundo mejor
El soberbio documental ¡®Another world¡¯ muestra luces y sombras del movimiento Occupy Wall Street, que en 2011 estall¨® por todo Estados Unidos
Fisher Stevens sonr¨ªe y explica: ¡°Obama parec¨ªa diferente. Era de fuera del sistema, hab¨ªa estado metido en trabajos sociales, era afroamericano y ven¨ªa tras la ¨¦poca Bush. Pero al final, nos ha decepcionado. M¨¢s aun que otros, porque las esperanzas puestas en ¨¦l eran tan grandes¡¡±. El actor (su ¨²ltimo trabajo ha sido en El gran hotel Budapest), productor (tiene el Oscar al mejor documental por La cueva, que mostraba la matanza de delfines en Jap¨®n) y director ¡ªadem¨¢s de pareja una temporada de Michelle Pfeiffer, que eso marca un curr¨ªculo¡ª es el correalizador de Another world, el primer gran documental sobre Occupy Wall Street, el movimiento que en imitaci¨®n, o inspirado, por los indignados espa?oles del 15-M tom¨® las calles del sur de Manhattan en el oto?o de 2011. Another world se presenta ¡ªa¨²n est¨¢ sin rematar¡ª en la secci¨®n Panorama de la Berlinale y ha provocado un gran ruido, por los hechos mostrados y por su calidad. Sus autores han necesitado a?o y medio para montar las miles de horas fimadas y dar orden al material.
¡°Al tercer d¨ªa pens¨¦ que estaba ocurriendo algo muy especial y llam¨¦ a Rebecca [Chaiklin, la codirectora, que est¨¢ sentada a su lado]. Le dije que yo sal¨ªa a rodar y que ella buscara el dinero, cosa que hizo muy r¨¢pido. Ese mismo d¨ªa me cruc¨¦ con Scott Cramer, que estaba filmando desde el primer momento, y le contratamos¡±.
Occupy Wall Street traslad¨® su campamento desde la m¨ªtica calle en donde se asienta la Bolsa hacia el sur, al parque Zuccotti, hasta que la polic¨ªa los expuls¨® el 15 de noviembre. Another world muestra a trav¨¦s de seis activistas ¡ªque pronto destacaron de entre la multitud que se manifestaba¡ª los anhelos, los sufrimientos, los enfrentamientos, los fracasos y el presente de un movimiento muy similar al espa?ol: ¡°S¨ª, lo conocemos bastante bien. Y muchos activistas de Occupy Wall Street tambi¨¦n, porque siguieron vuestros pasos en la forma de crear comit¨¦s o de organizar el campamento. ?C¨®mo est¨¢n las cosas en tu pa¨ªs?¡±. No han mejorado. ¡°Ya. En Estados Unidos, los datos macroecon¨®micos han mejorado, pero cada vez hay m¨¢s pobres. Aunque creo que es peor esa sensaci¨®n de impotencia para cambiar la pol¨ªtica tras la desilusi¨®n de Obama, del fracaso de impulsar la democracia directa. S¨¦ que a vosotros os lastra un paro enorme. Es terrible¡±.
Chaiklin y Stevens pronto descubrieron que para dar orden y sentimientos a lo ocurrido deb¨ªan buscar a sus propios protagonistas. ¡°Es cierto que para contar una historia necesitas el lado humano, y acabas cayendo en el error de los medios de comunicaci¨®n, aunque nosotros acentuamos lo bello que es que en Occupy Wall Street no hubiera l¨ªderes, eso a veces eternizaba las asambleas¡±. Aquello se termin¨®, pero algunos activistas han iniciado peque?os movimientos, de b¨²squeda de casas vac¨ªas para gente sin hogar o de ayuda tras cat¨¢strofes naturales. ?Cada generaci¨®n tiene su propia revoluci¨®n? ¡°No s¨¦ si tanto¡±, interviene Chaiklin, ¡°pero s¨ª es cierto que la historia es c¨ªclica. Lo incre¨ªble es que Occupy Wall Street naci¨® en el momento en que en Estados Unidos hab¨ªa menos asociaciones. Fue una reacci¨®n contra el poder financiero y contra Obama, que no ha sabido meter en prisi¨®n a los culpables ni ordenar ese sistema¡±. ?Hay sitio para el optimismo? ¡°Mientras los pol¨ªticos dependan del dinero de las grandes corporaciones para ser elegidos y por tanto sean esclavos de los lobbies, jam¨¢s¡±.
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