Monica Heslington (Goldman Sachs):¡°Comprar arte de alguien que acaba de llegar al mercado es un juego de azar¡±
La responsable de asesoramiento sobre arte de la gestora cree que cuando una persona empieza a coleccionar lo primero que tiene que definir es qu¨¦ objetivo busca con las obras adquiridas
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Es la ¨²nica frase que Monica Heslington, responsable de arte de Goldman Sachs, pronuncia en ingl¨¦s. Un antiguo dicho estadounidense: ¡°You don¡¯t know what you don¡¯t know¡±. Algo as¨ª como zapatero a tus zapatos. Y en el caso de los clientes multimillonarios, HNWI, seg¨²n las siglas inglesas usadas por los grandes bancos privados para diferenciar a las personas m¨¢s ricas, calzan diamantes en las suelas de sus botas. En la primera mitad de 2024 (datos m¨¢s actualizados del estudio de Art Basel y UBS, elaborado por la economista Clare McAndrew), los coleccionistas gastaron, por t¨¦rmino medio, 25.555 d¨®lares (unos 24.000 euros) en arte; el 52% apost¨® por artistas emergentes, un 21% por creadores de mediana carrera y el 26% desembols¨® su dinero en artistas establecidos (la mayor¨ªa vivos). Y quienes m¨¢s gastaron de media (97.000 d¨®lares) fueron los chinos. Desde los tiempos de los M¨¦dici, en el siglo XV, el arte sigue al dinero. Ahora anida en la zona Indo-Pac¨ªfico. De hecho, la colecci¨®n de Goldman Sachs supera las 10.000 obras adquiridas entre 1981 y 2000. ¡°Est¨¢ cuidadosamente seleccionada y dialoga con el patrimonio creativo y art¨ªstico de las m¨¢s de 30 ciudades y 20 pa¨ªses donde se encuentran nuestras oficinas¡±, indica Heslington. En Espa?a esa representaci¨®n corresponde a Jos¨¦ Guerrero.
Pregunta. ?Cu¨¢les son las preguntas que debe hacerse un coleccionista de arte?
Respuesta. La pericia es muy importante. Hay muchas personas que dicen ser expertas pero que en realidad carecen de los conocimientos necesarios. Nosotros ofrecemos a nuestros clientes toda la informaci¨®n que necesitan para tomar una decisi¨®n que encaje con sus colecciones.
P. Entre los a?os 1600 y 1630 se calcula que llegaron a Roma 2.000 pintores atra¨ªdos por el Jubileo. Hoy apenas quedan vivos una docena. Hay miles de artistas que se grad¨²an de las escuelas de Bellas Artes todos los a?os. ?C¨®mo distinguir los que quedar¨¢n frente a los que van a desaparecer?
R. Es una pregunta bastante compleja. Hay artistas que son capaces de crear lazos personales con personas importantes y grandes galer¨ªas. Otros, quiz¨¢ por azar, no, pese a tener talento. Nadie tiene una bola de cristal de lo que suceder¨¢ en dos d¨¦cadas. Por eso cuando hablo con un cliente lo m¨¢s importante es saber cu¨¢l es su motivaci¨®n: apoyar al ecosistema del arte, dejar un legado, construir un museo propio, comprar por inversi¨®n¡ Debe saber que, si adquiere arte de alguien que acaba de salir al mercado, entra en un juego de azar.
P. Pero est¨¢n sucediendo dos cosas que jam¨¢s hab¨ªan pasado de forma masiva en el mercado del arte: artistas sin ninguna exposici¨®n vendiendo en grandes galer¨ªas a 120.000 euros o m¨¢s, y ¡°compradores¡± (flippers, en el argot) revendiendo a los pocos meses.
R. Por eso es necesario tener un profesional objetivo, ajeno a todo este movimiento especulativo. Todos sabemos que la persona que te vende una obra tiene un conflicto de intereses natural. El experto te puede ayudar a decidir. La pieza puede ser buena para otra colecci¨®n y no tener sentido en la tuya. No puedes comprar lo que te d¨¦ la gana. Puedes adquirir algo que te gusta porque quieres convivir con esa pieza en casa, aunque no sea una buena inversi¨®n. La motivaci¨®n del coleccionista resulta esencial. Pues, incluso en una misma colecci¨®n, existen obras que pueden tener un sentido de inversi¨®n y otras adquiridas bajo la idea de legado.
Aunque tambi¨¦n es cierto que antes de que llegara la pandemia y con ella la crisis econ¨®mica, la gente estaba comprando obras a precios de locura. Sin efectuar ninguna investigaci¨®n; sin saber lo que hac¨ªan. Era algo insostenible. Muchos se dieron cuenta y cuando quisieron vender no hab¨ªa compradores para sus piezas. Ahora el mercado est¨¢ m¨¢s pausado. Es un error vender a los cinco a?os y pensar en ganar mucho dinero.
P. ?Saben sus clientes el riesgo econ¨®mico que corren con los creadores j¨®venes? ?Estas malas experiencias han provocado la p¨¦rdida de muchos coleccionistas?
R. Las personas que adquieren con la intenci¨®n de revender r¨¢pidamente no son coleccionistas sino inversores. A nadie le gusta perder dinero. Por eso, deber¨ªan haber tenido una conversaci¨®n con un experto. De haberlo hecho, sabr¨ªan el riesgo que estaban asumiendo y quiz¨¢ no la habr¨ªan comprado. La decepci¨®n de los coleccionistas llega cuando piensan que est¨¢n adquiriendo una obra de calidad que, en verdad, no lo es. De ah¨ª, la importancia de la voz independiente.
P. ?Cu¨¢l es la motivaci¨®n de los clientes millonarios de Goldman Sachs?
R. Gracias a Dios, la mayor¨ªa de nuestros clientes no compran por inversi¨®n. Les gusta el arte, quieren vivir rodeados de obras porque les va a hacer la vida m¨¢s feliz. Pretenden dejar un legado patrimonial; les interesa la cultura, saben que la creaci¨®n art¨ªstica es algo muy importante y la respetan.
P. La llegada de la tecnolog¨ªa ha terminado con eso que alg¨²n galerista, con cierto cinismo, llamaba asimetr¨ªa: el comprador no conoc¨ªa el valor real de la pieza.
R. La tecnolog¨ªa ayuda a saber con certeza el precio. Pero no lo hace todo. La condici¨®n de la obra, su calidad dentro de la trayectoria del creador: no es igual un picasso de cinco millones de euros bueno, que otro, flojo, por el que te pidan id¨¦ntica suma. Muchas personas caen en la trampa: tienen infinidad de datos pero no saben interpretarlos. Un cliente carece del tiempo para analizar subastas, ferias, galer¨ªas, reventas. Ese es un trabajo que efect¨²a su asesor.
P. Sin embargo, la legislaci¨®n estadounidense no facilita la creaci¨®n de colecciones en este pa¨ªs.
R. Cierto. Nuestro sistema fiscal convierte en muy dif¨ªcil mantener una colecci¨®n. Esto es algo que hemos visto en los ¨²ltimos a?os. Prefieren, muchas veces, enajenarla y dedicarla a fondos filantr¨®picos. Ah¨ª est¨¢ la venta de la colecci¨®n de Paul Allen, cofundador de Microsoft. [Su colecci¨®n, subastada por Christie¡¯s en 1.500 millones de d¨®lares, fue la m¨¢s cara de la historia (2022), y el destino de los fondos recaudados se dirigi¨® a causas filantr¨®picas]. El sistema tributario tiene muchas complicaciones. [Por defecto, Hacienda somete al coleccionista al impuesto sobre ganancias de capital m¨¢s alto y ofrece la menor cantidad de deducciones].
P. Entonces, ?a qui¨¦n pertenece el arte?
R. Es una cuesti¨®n bastante compleja. Puede ser que al pa¨ªs de origen. Necesitamos parar y reflexionar. El arte es de todos: no s¨®lo de las personas ricas. Desde luego nadie aprueba el expolio. Tiene que estar al alcance de la humanidad y un sistema de pr¨¦stamos podr¨ªa ser interesante.
P. Pero hasta un sistema de pr¨¦stamos suena obsoleto. ?No ser¨ªa m¨¢s interesante abolir el mecanismo de propiedad de los museos y que fuera compartido por toda la colectividad?
R. Creo que la tecnolog¨ªa, como la realidad virtual, puede ser una respuesta.
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