Milius

Fracaso y derrota resultan m¨¢s fascinantes que el ¨¦xito. Sucede tambi¨¦n con las personalidades cinematogr¨¢ficas, y por eso, en la generaci¨®n de Scorsese, Coppola y Spielberg, la leyenda siempre ha rodeado a John Milius. Sobre ello se levanta el documental Milius, que llega ahora a Canal + tras pasar por diversos festivales. Dirigido por Joey Figueroa y Zak Knutson completa la figura fascinante de este guionista que ayud¨® a escribir las mejores l¨ªneas de Harry el Sucio, Jerem¨ªas Johnson y el coronel Kurtz, trasladado desde el ?frica de Conrad a la guerra del Vietnam en Apocalipse Now. Este director cuya pel¨ªcula Conan y la serie Roma sostienen la Iglesia m¨¢s exitosa de la tele y el cine de consumo mayoritario con Juego de Tronos como ejemplo mayor.

Convirti¨® en actor a Schwarzenegger, tras una elipsis en la que pasaba de la infancia, donde era interpretado por Jorge Sanz, al esplendor geom¨¦trico de Conan. Tambi¨¦n en Espa?a, Milius rod¨® su pel¨ªcula m¨¢s rom¨¢ntica, El viento y el le¨®n. Pero su carrera siempre padecer¨ªa el ¨¦xito de Amanecer rojo, una alegor¨ªa patri¨®tica que termin¨® por convertirlo en una caricatura que los hermanos Coen retrataron en el personaje de John Goodman en El gran Lebowsky. Milius es un elemento m¨¢s complejo, jud¨ªo adscrito al mito fundacional norteamericano, ese que se remonta al rifle de los pioneros, y admirador de Teddy Roosevelt. Aficionado al surf hasta rodar la pel¨ªcula cumbre de ese g¨¦nero, El gran mi¨¦rcoles, denostada y adorada con sobradas razones por ambas partes, Milius intenta superar un reciente ictus cerebral. Ya ha logrado volver a disparar al plato y fumar sus puros, algunos liados con la vitola particular de George Hamilton, y sostiene el proyecto sobre Gengis Kahn que no podr¨¢ dirigir pero s¨ª apadrinar.

Sus compa?eros de generaci¨®n aparecen en el documental para rendirle la admiraci¨®n debida. La evoluci¨®n del cine de Hollywood ha dado la raz¨®n a John Milius, aunque ha prescindido de su radicalidad y su complejidad, para quedarse en la c¨¢scara de la violencia y la acci¨®n como fuego de artificio. El dinero es un dios poderoso, que rechaza los personajes ruidosos e independientes. La discreci¨®n nunca fue una virtud de Milius, que se autodefine como un anarquista zen, y fue un buscador enfebrecido de la pureza salvaje con las armas en la mano.