Avance de ¡®CeroCeroCero¡¯
Te ofrecemos en primicia un pasaje del libro de Roberto Saviano que la editorial Anagrama llevar¨¢ a librer¨ªas este mi¨¦rcoles
COCA N.? 3
Coge una goma el¨¢stica y empieza a tensarla. Al principio no hay casi resistencia. La alargas sin dificultad. Hasta que alcanzas la m¨¢xima extensi¨®n m¨¢s all¨¢ de la cual la goma se rompe. La econom¨ªa de hoy funciona como tu goma el¨¢stica. Esa goma es el comportamiento seg¨²n las reglas de la competencia leal y seg¨²n la ley. Al principio todo era f¨¢cil, los recursos estaban disponibles, el mercado dispuesto a dejarse invadir por cada nueva mercanc¨ªa capaz de hacerte la vida m¨¢s bonita y m¨¢s c¨®moda. Cuando comprabas, sent¨ªas que hab¨ªas dado un salto hacia un futuro mejor. Si produc¨ªas, te percib¨ªas en la misma dimensi¨®n. Radios. Autom¨®viles. Frigor¨ªficos. Lavadoras. Aspiradoras. Zapatos elegantes y zapatos deportivos. M¨¢quinas de afeitar el¨¦ctricas. Abrigos de piel. Televisores. Viajes organizados. Ropa de marca. Ordenadores port¨¢tiles. M¨®viles. No ten¨ªas que estirar mucho la goma el¨¢stica de las reglas. Hoy estamos cerca del punto de ruptura. Se ha conquistado cada nicho, satisfecho cada necesidad. Las manos que tiran de la goma se extienden cada vez m¨¢s all¨¢, reh¨²yen la saturaci¨®n alarg¨¢ndola todav¨ªa un mil¨ªmetro m¨¢s con la esperanza de que ese esfuerzo no sea realmente el ¨²ltimo. Al final te las arreglas para deslocalizar en el Este o intentas trabajar en negro y evadir impuestos. Tratas de estirar la goma lo m¨¢ximo posible. Es la dura vida del empresario. Mark Zuckerberg s¨®lo nace uno cada siglo. Pocos pueden generar riqueza solamente a partir de una idea, y, por muy triunfadora que sea, esa idea no genera una actividad derivada s¨®lida. Los dem¨¢s est¨¢n obligados a librar una guerra de posici¨®n para colocar bienes y servicios que a lo mejor duran un abrir y cerrar de ojos. Todos los bienes est¨¢n obligados a someterse a la regla de la goma el¨¢stica. Todos excepto uno. La coca¨ªna. No hay mercado en el mundo que rinda m¨¢s que el de la coca¨ªna. No hay inversi¨®n financiera en el mundo que rente como invertir en coca¨ªna. Ni siquiera las subidas de acciones r¨¦cord pueden compararse con los ?intereses? que da la coca. En 2012, el a?o en que salieron el iPhone 5 y el iPad Mini, Apple se convirti¨® en la empresa m¨¢s capitalizada que se ha visto nunca en una lista de cotizaciones. Sus acciones experimentaron una subida en bolsa del sesenta y siete por ciento en s¨®lo un a?o. Un alza notable para las cifras de las finanzas. Si hubieras invertido 1.000 euros en acciones de Apple a principios de 2012, ahora tendr¨ªas 1.670. No est¨¢ mal. Pero si hubieras invertido 1.000 euros en coca a principios de 2012, ahora tendr¨ªas 182.000: ?cien veces m¨¢s que invirtiendo en el t¨ªtulo burs¨¢til r¨¦cord del a?o!
La coca¨ªna es un bien refugio. La coca¨ªna es un bien antic¨ªclico. La coca¨ªna es el aut¨¦ntico bien que no teme ni a la escasez de recursos ni a la inflaci¨®n de los mercados. Hay much¨ªsimos rincones del mundo que viven sin hospitales, sin Internet, sin agua corriente. Pero no sin coca. Dice la ONU que en 2009 se consumieron en ?frica 21 toneladas, 14 en Asia y dos en Ocean¨ªa. M¨¢s de 101 en toda Am¨¦rica Latina y el Caribe. Todos la quieren, todos la consumen, todos los que empiezan a usarla la necesitan. Los gastos son m¨ªnimos, colocarla es inmediato, el margen de beneficio alt¨ªsimo. La coca¨ªna se vende m¨¢s f¨¢cilmente que el oro y sus beneficios pueden superar a los del petr¨®leo. El oro necesita intermediarios y tiempo para las contrataciones; el petr¨®leo pozos, refiner¨ªas y oleoductos. La coca¨ªna es el ¨²ltimo bien que queda que permite la acumulaci¨®n originaria. Podr¨ªas descubrir una fuente de crudo en el jard¨ªn de tu casa, o heredar una mina de colt¨¢n con la que abastecer a todos los tel¨¦fonos del mundo, pero no pasar¨ªas de la nada a las villas de Costa Esmeralda tan r¨¢pidamente como con la coca. ?De la calle a la cima con una peque?a f¨¢brica de pernos? ?De la miseria a la opulencia con los autom¨®viles? Hace un siglo. Hoy ni siquiera las grandes multinacionales que producen bienes primarios o los ¨²ltimos colosos del autom¨®vil pueden hacer otra cosa que seguir al pie del ca?¨®n. Reducir costes. Machacar todas las periferias del planeta para aumentar las exportaciones que en todos los sectores se est¨¢n revelando cada vez menos susceptibles de incrementarse. Esperar, sobre todo, que los balances positivos hagan ir bien las acciones y obligaciones de la empresa, porque es sobre ¨¦stas donde se ha desplazado una parte cada vez m¨¢s considerable de las ganancias.
No existen t¨ªtulos que coticen en bolsa capaces de generar el beneficio de la coca¨ªna. La inversi¨®n m¨¢s arriesgada, la especulaci¨®n m¨¢s previsora, movimientos rapid¨ªsimos de ingentes flujos de dinero que logran abatirse sobre las condiciones de vida de continentes enteros, no consiguen una multiplicaci¨®n del valor comparable ni de lejos. Quien apunta hacia la coca acumula en pocos a?os riquezas que en general los grandes holdings han conseguido en d¨¦cadas de inversiones y especulaciones financieras. Si un grupo empresarial consigue meter mano a la coca, ostenta un poder imposible de alcanzar con cualquier otro medio. De cero a mil. Una aceleraci¨®n que no puede dar ning¨²n otro motor econ¨®mico. Por eso, all¨ª donde la coca es la econom¨ªa de escala no existe m¨¢s que el enfrentamiento feroz y violento.
Con la coca no hay mediaci¨®n. O todo o nada. Y todo dura poco. No puedes dedicarte al tr¨¢fico de coca¨ªna con sindicatos y planes industriales, con ayudas del Estado y normas impugnables en tribunales. Ganas si eres el m¨¢s fuerte, el m¨¢s astuto, el mejor organizado, el mejor armado. Para cualquier empresa vale que, cuanto m¨¢s tensas la goma, m¨¢s logras imponerte en el mercado. Si consigues tensar a¨²n m¨¢s esa goma con la coca, entonces podr¨¢s vencer en todos los dem¨¢s sectores. S¨®lo la ley puede romper la goma. Pero aun cuando la ley localiza la ra¨ªz criminal y trata de arrancarla, sigue siendo dif¨ªcil que consiga encontrar todas las empresas legales, las inversiones inmobiliarias y las cuentas bancarias que se han adquirido gracias a la extraordinaria tensi¨®n conseguida mediante el polvo blanco.
La coca¨ªna es un bien complejo. Tras su blancura esconde el trabajo de millones de personas. Ninguna de ellas se enriquece como los que saben colocarse en el eslab¨®n preciso de la cadena productiva. Los Rockefeller de la coca¨ªna saben c¨®mo nace su producto, paso a paso. Saben que en junio se siembra y en agosto se recolecta. Saben que la siembra ha de hacerse con una semilla procedente de plantas de al menos tres a?os y que las cosechas de coca se realizan tres veces al a?o. Saben que las hojas recolectadas se han de poner a secar dentro de las veinticuatro horas posteriores a la poda, de lo contrario se estropean y ya no las vendes. Saben que el paso siguiente es cavar dos agujeros en el suelo. En el primero, junto a las hojas secas, hay que a?adir carbonato de potasio y queroseno. Saben que luego hay que machacar muy bien esta mezcla, hasta obtener una bazofia verdusca, el carbonato de coca¨ªna, que una vez filtrado se ha de transferir al segundo agujero. Saben que el ingrediente siguiente es el ¨¢cido sulf¨²rico concentrado. Saben que lo que as¨ª se obtiene es el sulfato b¨¢sico de coca¨ªna, la pasta b¨¢sica, que hay que poner a secar. Saben que los ¨²ltimos pasos comportan el uso de acetona, ¨¢cido clorh¨ªdrico y alcohol absoluto. Saben que hay que filtrar otra vez y otra m¨¢s. Y luego de nuevo a secar. Saben que as¨ª se obtiene el clorhidrato de coca¨ªna, llamado com¨²nmente coca¨ªna. Saben, los Rockefeller de la coca¨ªna, que para obtener m¨¢s o menos medio kilo de coca pur¨ªsima se necesitan tres quintales de hojas y un pu?ado de obreros a tiempo completo. Todo eso lo saben los empresarios de la coca¨ªna como cualquier gerente de empresa. Pero saben sobre todo que la masa de los campesinos, de los camellos y transportistas que han encontrado un trabajo algo m¨¢s rentable del que pueden intentar buscarse en otro sitio, sigue teniendo igualmente los dos pies plantados en la miseria. Es peonaje, una marea de s¨²bditos intercambiables en la perpetuaci¨®n de un sistema de explotaci¨®n y enriquecimiento en beneficio de unos pocos. Y en la cima de esos pocos est¨¢n los que han tenido la clarividencia de comprender que en el largo viaje de la coca, desde las hojas colombianas hasta las narices del consumidor ocasional, el verdadero dinero se hace con la venta, la reventa y la gesti¨®n de los precios. Porque si es verdad que un kilo de coca¨ªna se vende en Colombia a 1.500 d¨®lares, en M¨¦xico entre 12.000 y 16.000, en Estados Unidos a 27.000, en Espa?a a 46.000, en Holanda a 47.000, en Italia a 57.000 y en el Reino Unido a 77.000; si es verdad que el precio por gramo var¨ªa desde los 61 d¨®lares de Portugal y llega hasta los 166 de Luxemburgo, pasando por los 80 de Francia, los 87 de Alemania, los 96 de Suiza y los 97 de Irlanda; si es verdad que de un kilo de coca¨ªna pura con el corte se sacan de media tres kilos que se vender¨¢n en dosis de un gramo; si es verdad todo esto, no lo es menos que quien manda sobre toda la cadena es uno de los hombres m¨¢s ricos del mundo.
Nuevas burgues¨ªas mafiosas gestionan hoy el tr¨¢fico de coca. A trav¨¦s de la distribuci¨®n conquistan el territorio donde se comercializa. Un Risk de dimensiones planetarias. Por una parte, los territorios de producci¨®n que se convierten en feudos donde ya no crece nada m¨¢s que pobreza y violencia, territorios que los grupos mafiosos mantienen bajo control prodigando caridades y limosnas que hacen pasar por derechos. No debe haber desarrollo. S¨®lo prebendas. Si alguien quiere redimirse no tiene que reclamar para s¨ª derechos, sino riqueza. Una riqueza que hay que saber tomar. De ese modo se perpet¨²a un ¨²nico modelo de ¨¦xito del que la violencia es s¨®lo veh¨ªculo e instrumento. Lo que se impone es poder producido y entretejido de pureza, como la propia coca¨ªna. Por otra parte, pa¨ªses y naciones donde colocar en el centro del mapa las propias banderolas. Italia: presentes. Inglaterra: presentes. Rusia: presentes. China: presentes. En todas partes. Para las familias m¨¢s fuertes, la coca funciona con la facilidad de un cajero autom¨¢tico. ?Hay que comprar un centro comercial? Importas coca y al cabo de un mes tienes el dinero para cerrar la transacci¨®n. ?Has de influir en campa?as electorales? Importas coca y en cuesti¨®n de pocas semanas est¨¢s listo. La coca¨ªna es la respuesta universal a la necesidad de liquidez. La econom¨ªa de la coca crece desmesuradamente y llega a todas partes.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.