Zarraluki y la tragedia que no llega
Una comedia que anuncia un drama que no se produce, as¨ª es el nuevo libro de Pedro Zarraluki Los relatos de 'Te espero dentro' est¨¢n habitados por seres que no saben que algo va a cambiar
Lo fant¨¢stico, el uso de subg¨¦neros, lo aleg¨®rico, incluso lo metaliterario, son mecanismos de los que se ha nutrido siempre la ficci¨®n para enfocar la realidad. Ret¨®ricas distintas con sus leyes espec¨ªficas para atrapar el mundo real, esperanzadas en ser m¨¢s enf¨¢ticas en la representaci¨®n. En una palabra, eludir el realismo como modelo de representaci¨®n para acercarse con mayores garant¨ªas a lo real. Con la lectura del nuevo libro de cuentos de Pedro Zarraluki, Te espero dentro, me vinieron a la memoria algunos libros suyos: Las fant¨¢sticas aventuras del Bar¨®n B¨®ldan (1981) u Hotel Astoria (1997), esa novela con fondo de cine negro, t¨ªtulos que apelaban a un registro bastante re?ido con esa transparencia casi fotogr¨¢fica que se le supone al realismo.
Pero adem¨¢s, en Zarraluki algunas de esas instancias mostraban una manera de ver el mundo (no solo de registrarlo), con su iron¨ªa esperp¨¦ntica, punzante ¡ªtal era la novela El responsable de las ranas (1990)¡ª; y funcionaban tambi¨¦n como un diagn¨®stico de la condici¨®n humana, nunca complaciente. Pero su nuevo libro nos remite al Zarraluki autor de cuentos. Al autor de Galer¨ªa de enormidades (1989), Retrato de familia con cat¨¢strofe (1989) y Humor pr¨®digo (2007): p¨¢ginas llenas de siluetas humanas contradictorias y desconcertantes y compendio de una estilizada eficacia narrativa al servicio del humor, la s¨¢tira y la parodia como dispositivos de desnudamiento moral.
De la misma manera que Un encargo dif¨ªcil (Premio Nadal del 2005), supuso un antes y despu¨¦s en la novel¨ªstica de Zarraluki, creo que Te espero dentro es un salto cualitativo respecto a su narrativa breve anterior. Un salto cualitativo quiere decir una mayor jerarqu¨ªa est¨¦tica en el fondo y la forma de los relatos que componen este volumen. Pero tambi¨¦n una mayor consistencia entre la materia narrada y el tono empleado para que dicha materia quede grabada en la sensibilidad del lector (en la inteligencia, desde luego, tambi¨¦n), pero, sobre todo, en la sensibilidad.
Si tuviera que resumir con pocas palabras la filosof¨ªa narrativa de Pedro Zarraluki, esas palabras las encontr¨¦ no hace mucho en una rese?a de Jordi Costa de la pel¨ªcula de Agust¨ª Vila, La mosquitera. En la rese?a, que curiosamente se titulaba Retrato de familia sin cat¨¢strofe, Costa citaba una frase del director de la pel¨ªcula que dec¨ªa literalmente: ¡°Mi pel¨ªcula es una comedia sobre la imposibilidad de la tragedia¡±. As¨ª van las cosas en las novelas y cuentos de Zarraluki. Entre la comedia que promete una tragedia que nunca llega. En ese grado de suspensi¨®n o anuncio de lo irremediable sobrevolando los di¨¢logos, las peripecias y los finales de sus historias, independientemente de su formato literario, Zarraluki encuentra su justo lugar, un lugar nada f¨¢cil de llenar, en la narrativa espa?ola de los ¨²ltimos a?os.
Te espero dentro est¨¢ conformado por 11 relatos. Uno de ellos presta su t¨ªtulo al volumen. El autor barcelon¨¦s va desgranando, como quien no lo quiere, algunos autores. As¨ª surgen Ch¨¦jov, Philip Roth, Eudora Welty, Natalia Ginzburg y Amy Hempel. (No est¨¢n Cheever ni Katherine Mansfield, autores que oigo en algunos de estos cuentos). Todos estos autores siempre dan la impresi¨®n de que buscan la manera m¨¢s elegante, elusiva e inteligente de que los lectores tomen conciencia de lo que leen. Esta certeza me lleva a la vez a recordar una reflexi¨®n del mismo Zarraluki en este mismo sentido: hacer que el autor tambi¨¦n tome conciencia de lo que est¨¢ escribiendo.
Los cuentos de este libro se desenvuelven por esa misteriosa pendiente de la autoconciencia, de la autoindagaci¨®n, como paso previo para concienciar a los dem¨¢s. De los nombres que desliza el autor en su libro, me quedo con el de Eudora Welty. En La palabra heredada, libro de memorias donde la autora norteamericana cuenta sus inicios literarios, nos dice: ¡°Un acto consiente cuando comenc¨¦ a escribir cuentos: ganar cierta distancia, requisito previo en mi entendimiento del acontecer humano. El encuadre, la proporci¨®n, la perspectiva, los valores de la luz y la sombra, todos estos aspectos los determina la distancia del ojo que observa¡±.
En todos los relatos de Zarraluki se cumple esta regla. La distancia que sirve para cronometrar el ritmo, para que lo emotivo (la tristeza, la desolaci¨®n) adquiera su exacto sentido emocional (y con ello su verdadera jerarqu¨ªa ¨¦tica) gracias al lenguaje literario correspondiente. Tengo la sensaci¨®n de que Pedro Zarraluki ha abandonado los ejercicios de inteligencia, tan calculados en sus libros de cuentos anteriores (y en alguna novela, tambi¨¦n). Ahora se trata de otra tarea del esp¨ªritu creador. Trabajar las frases que conducen a una revelaci¨®n tard¨ªa. A un callej¨®n sin salida. O a un milagro ambiguo, como ese que ocurre en uno sus cuentos, ¡®Con los ojos cerrados¡¯. No voy a comentar cuento por cuento. Solo quer¨ªa que el lector tuviera alg¨²n argumento m¨¢s o menos cre¨ªble para que no dejara de leer este magn¨ªfico libro compuesto por 11 historias a cada cual m¨¢s incurable y perfecta.
Te espero dentro. Pedro Zarraluki. Destino. Barcelona, 2014. 190 p¨¢ginas. 18 euros (electr¨®nico: 11,99)
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