Un s¨ªmbolo, un mito, una leyenda
En el epitafio del actor John Wayne se pueden leer tres palabras en castellano: ¡°Feo, fuerte y formal¡±
Decir John Wayne es trasladarnos inmediatamente al viejo oeste. Ya fuera como pistolero, sheriff, ganadero o soldado, sus personajes contribuyeron a crear la leyenda del nacimiento de una naci¨®n. Pero John Wayne no fue solo vaquero. En sus m¨¢s de 170 pel¨ªculas tambi¨¦n lo podemos encontrar combatiendo en la Segunda Guerra Mundial y en Vietnam; siendo cazador en ?frica, boxeador en busca de sus ra¨ªces irlandesas o incluso director de un circo.
Marion Robert Morrison, que as¨ª se llamaba realmente, naci¨® el 26 de mayo de 1907 en una peque?a localidad de Iowa, pero con nueve a?os se traslad¨® junto con sus padres a California. En el instituto destacaba por su f¨ªsico. Fue un gran jugador de f¨²tbol americano pero su futuro no estaba en los campos de deporte sino en los plat¨®s de cine. Hizo de doble y trabaj¨® como ayudante de attrezzo. Y all¨ª fue cuando conoci¨® a John Ford, el director que m¨¢s y mejor le entendi¨®. Sin embargo no fue este realizador sino otro que tambi¨¦n usaba parche, Raoul Walsh, quien le bautiz¨® como John Wayne en 1930 cuando le dirigi¨® en La gran jornada.
En 1970 gan¨® su ¨²nico oscar como mejor actor por interpretar al marshal Rooster Cogburn en Valor de ley. ¡°Si lo llego a saber me pongo un parche en el ojo hace 35 a?os¡±, dijo bromeando cuando recogi¨® el premio. Y es que John Wayne siempre fue consciente de que sus limitaciones como int¨¦rprete eran de sobra compensadas por su sola presencia ante las c¨¢maras. ¡°A lo largo de todos estos a?os algo he debido de aprender¡±, dijo en una entrevista. Y era verdad. Cuando se le ve en Centauros del desierto o El hombre tranquilo hay que reconocer que es, sin duda alguna, uno de los grandes del cine.
Se cas¨® tres veces y, curiosamente, las tres con mujeres de origen latinoamericano. A pesar de sus ideas pol¨ªticas, muy conservadoras, siempre tuvo el respeto de sus colegas y de la inmensa mayor¨ªa de sus compatriotas, que le consideraban un h¨¦roe. Por eso, cuando se supo que libraba una definitiva lucha contra el c¨¢ncer, se sucedieron innumerables muestras de cari?o. ¡°Esta es la ¨²nica medicina que cualquier persona necesita de verdad¡±, dijo cuando apareci¨® en la ceremonia de los Oscar de 1979, pocos meses antes de su muerte, ante un auditorio puesto en pie.
Falleci¨® el 11 de junio de ese mismo a?o. En su epitafio se pueden leer tres palabras en castellano: ¡°Feo, fuerte y formal¡±. Tres adjetivos que definen tan solo una peque?a parte de quien, con sus modales rudos pero nobles y su peculiar forma de andar, se convirti¨® en el perfecto arquetipo del cowboy cinematogr¨¢fico.
Babelia
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