El Premio Nacional de Tauromaquia, otro motivo para la politizaci¨®n de la fiesta de los toros
El acuerdo entre el Senado y la Fundaci¨®n Toro de Lidia para conceder el galard¨®n suprimido por Cultura es un arma de doble filo y de consecuencias imprevisibles
El acuerdo entre el Senado y la Fundaci¨®n Toro de Lidia (FTL) para que la C¨¢mara Alta acoja la concesi¨®n del Premio Nacional de Tauromaquia en estrecha colaboraci¨®n con la entidad que preside Victorino Mart¨ªn es un arma de doble filo y de consecuencias imprevisibles.
En primer lugar, se trata de una sorpresa. No era esto lo previsto a tenor de las intenciones expresadas por el Senado y la FTL a ra¨ªz de la supresi¨®n del premio por el Ministerio de Cultura.
Y no es una buena noticia. Si el Senado, con mayor¨ªa absoluta del PP, concede el llamado Premio Nacional de Tauromaquia est¨¢ politizando la fiesta de los toros, la convierte en la reivindicaci¨®n de un partido con una determinada ideolog¨ªa y hace un flaco favor a este patrimonio cultural que lo es de todos los espa?oles y engloba a seguidores de todas las tendencias pol¨ªticas. Un apoyo guiado por buenas intenciones se puede convertir en un problema que ofrezca nuevos argumentos a los que trabajan cada d¨ªa y con renovados esfuerzos por la desaparici¨®n de la fiesta. ?Qui¨¦n garantizar¨ªa, por otra parte, la continuidad del premio el d¨ªa que el Partido Popular pierda su hegemon¨ªa en el Senado?
El Senado puede convocar un premio taurino si as¨ª lo desea, pero no sustituir al del Ministerio de Cultura
Se dice con raz¨®n que la tauromaquia carece de adscripci¨®n pol¨ªtica como tal hecho cultural, y as¨ª debe seguir siendo a pesar del empe?o de algunos detractores en encasillarla en el franquismo o en la derecha. No era esta ni la letra ni el esp¨ªritu de la moci¨®n que el Senado aprob¨® el pasado 29 de mayo, d¨ªas despu¨¦s de que Cultura anunciara su intenci¨®n de suprimir el galard¨®n. Con el voto favorable del grupo parlamentario popular y la abstenci¨®n de los socialistas, la C¨¢mara Alta inst¨® al Gobierno a recuperar el premio y la Medalla al M¨¦rito en las Bellas Artes, y a?ad¨ªa que hasta que ambos no se recuperen ¡°el Senado, en colaboraci¨®n con la Asociaci¨®n Taurina Parlamentaria, los grupos parlamentarios y las comunidades aut¨®nomas que quieran adherirse, acoger¨¢ anualmente el Premio Senado para la Tauromaquia¡±.
La Asociaci¨®n Taurina Parlamentaria no es la Fundaci¨®n, sino una pe?a como tantas otras que existen en Espa?a, formada por un grupo de parlamentarios y exparlamentarios cuya principal actividad es la concesi¨®n de unos premios anuales que se entregan en el edificio del Senado. Y la denominaci¨®n Premio Senado para la Tauromaquia no tiene nada que ver con el llamado Premio Nacional de Tauromaquia.
Pero hay m¨¢s. Aunque la FTL nunca lo confirm¨® oficialmente, la intenci¨®n expresada por fuentes de la organizaci¨®n y no desmentida fue desde el primer momento la creaci¨®n de un premio en colaboraci¨®n con las Comunidades Aut¨®nomas de la Junta de Extremadura, la Generalitat Valenciana, Castilla La Mancha, Andaluc¨ªa y Madrid, opuestas p¨²blicamente a la decisi¨®n de Cultura.
Adem¨¢s, la entidad presidida por Victorino Mart¨ªn anunci¨® el pasado 2 de octubre que hab¨ªa presentado un recurso ante la sala de lo contencioso administrativo de la Audiencia Nacional contra la orden que suprime el Premio Nacional de Tauromaquia, sobre el que los jueces a¨²n no se han pronunciado.
En conclusi¨®n, el Senado puede convocar un premio taurino si as¨ª lo desea, pero no sustituir al del Ministerio de Cultura que la tauromaquia recib¨ªa al igual que otros sectores culturales. Si as¨ª lo admite la Fundaci¨®n, ser¨ªa aceptar sin m¨¢s la decisi¨®n del ministro Ernest Urtasun, y la politizaci¨®n de la fiesta de los toros, que es uno de los estigmas malintencionados que desvirt¨²an y manchan la esencia de este espect¨¢culo.
Mejor que no haya premio nacional antes que un partido, sea cual sea, se lo apropie
No parece apropiado que la tauromaquia ¡ªlos taurinos y los aficionados¡ª admita la supresi¨®n del Premio Nacional sin librar una batalla contra una orden ministerial que raya en la ilegalidad, adoptada por un ministro antitaurino que se define como dem¨®crata y no tiene empacho en saltarse la ley a la torera a pesar de su promesa de respetar el mandato constitucional.
Ser¨ªa m¨¢s l¨®gico esperar la decisi¨®n de la justicia al recurso presentado por la FTL, y, sea cual sea el veredicto, seguir trabajando en los frentes necesarios para que se recupere ese premio que la tauromaquia merece como industria cultural. Solo en el hipot¨¦tico caso de que no fuera posible el rescate del premio ¡ªla responsabilidad ser¨ªa del sector y de los aficionados, pues no son pocos los colectivos que han conseguido que la autoridad rectifique sus decisiones¡ª podr¨ªa ser la Fundaci¨®n Toro de Lidia la que, investida para este caso como representante del sector, concediera un premio con la colaboraci¨®n de las entidades p¨²blicas y privadas que as¨ª lo consideren.
Al rev¨¦s, no. El Senado, no. Politizaci¨®n, no.
En la fiesta de los toros caben todas las opciones pol¨ªticas, pero no pertenece a ninguna. Mejor que no haya premio antes que un partido, sea cual sea, se lo apropie.
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