La Junta de Andaluc¨ªa estudia pedir la titularidad de la Mezquita de C¨®rdoba

Los m¨¢s de 22.000 metros cuadrados de la Mezquita de C¨®rdoba, s¨ªmbolo tanto de las cotas m¨¢s sublimes de la arquitectura como de la concordia entre las civilizaciones, han estado sujetos a siglos de tensiones entre quienes quer¨ªan preservar esta joya del arte andalus¨ª y quienes pretend¨ªan conferirle una imagen puramente cat¨®lica. La pol¨¦mica, recrudecida en los ¨²ltimos a?os al mismo ritmo al que el obispado de C¨®rdoba laminaba poco a poco la presencia de lo musulm¨¢n en la ecuaci¨®n (lleg¨® a borrar el t¨¦rmino mezquita de los folletos y carteles), desemboc¨® a finales de 2013 en la iniciativa de un grupo de ciudadanos (docentes, periodistas, juristas...) de crear una plataforma c¨ªvica para tratar de frenar este proceso. En un manifiesto que ha recibido m¨¢s de 80.000 firmas en la web Change.org, la Plataforma Mezquita-Catedral de C¨®rdoba: patrimonio de todos exige la titularidad y gesti¨®n p¨²blica del inmueble para que deje de ser instrumento al servicio de la Iglesia. Y las intenciones c¨ªvicas ha recibido un reconocimiento oficial: la Junta anunci¨® que ha encargado un informe para saber si es competente para pedir la gesti¨®n o la titularidad de la joya de la arquitectura andalus¨ª.

La Plataforma teme que, si el clero sigue dando un uso excluyente a la Mezquita, pueda peligrar el t¨ªtulo de Patrimonio Mundial de la Humanidad que la Unesco le dio hace justo 30 a?os. Un reconocimiento que resaltaba no solo su singularidad art¨ªstica y arquitect¨®nica, sino tambi¨¦n el car¨¢cter simb¨®lico del edificio como ejemplo del paradigma en el que C¨®rdoba siempre ha querido sentirse identificada: la concordia entre creencias y civilizaciones.

Por contra, el obispado ha agudizado su funci¨®n evangelizadora incluso en las visitas tur¨ªsticas, sobre todo desde que en 2006 inmatricul¨® por 30 euros como suyo el templo en el Registro de la Propiedad, gracias a una ley de la etapa de Aznar. El mejor ejemplo de este giro se encuentra en las visitas nocturnas a la Mezquita, inauguradas en 2010 tras m¨¢s de un lustro de negociaciones entre Ayuntamiento e Iglesia. Al final, un primer proyecto de corte m¨¢s hist¨®rico y audiovisual fue descartado por presiones del clero y el gobierno municipal de IU y PSOE claudic¨® ante las demandas religiosas. Como resultado, las visitas que pretend¨ªan atraer tanto a creyentes como a no creyentes se encuentran con una descripci¨®n de la historia en la que la presencia andalus¨ª y omeya acaba soterrada por una visi¨®n cat¨®lica.

Durante el d¨ªa, el obispado tampoco aligera el control. ¡°Hay guardias jurado vigilando con normas muy estrictas¡±, se?ala Miguel Santiago, cristiano de base y portavoz de la plataforma. Hace un a?o, ocho j¨®venes austriacos musulmanes fueron absueltos por un juez de C¨®rdoba por un altercado producido en 2010 cuando rezaron delante del muro de la quibla, algo prohibido. La acci¨®n de los guardias de seguridad deriv¨® en una pelea y en la detenci¨®n de los turistas. Santiago se queja de que el obispado usa el monumento como un coto privado. ¡°El control a los gu¨ªas tur¨ªsticos es f¨¦rreo y hay llamadas de atenci¨®n a cualquier ciudadano por el solo hecho de ense?ar el monumento¡±, explica.

Entre los visitantes ajenos a esta pol¨¦mica tambi¨¦n llama la atenci¨®n que cuando entran en la Mezquita de C¨®rdoba apenas encuentren referencias musulmanas. ¡°Todo es catedral, los carteles, las entradas...¡±, dice Alicia, una joven onubense de visita en C¨®rdoba. ¡°Es una l¨¢stima¡±.

La Plataforma ha concretado cuatro reivindicaciones en su manifiesto. En primer lugar, que deje de emplearse solo el t¨¦rmino Catedral para referirse al monumento y que se use el aprobado por el el Ayuntamiento en 1994: Mezquita-Catedral. En segundo, exige un reconocimiento jur¨ªdico de su titularidad ciudadana. Adem¨¢s, reclaman una gesti¨®n p¨²blica y transparente, al estilo del patronato que rige la Alhambra. Por ¨²ltimo, plantea la redacci¨®n de un C¨®digo de Buenas Pr¨¢cticas para evitar acciones que perjudiquen a la imagen del monumento.

Adem¨¢s de las m¨¢s de 80.000 firmas, el documento ha encontrado la adhesi¨®n de numerosos intelectuales, como los escritores Eduardo Galeano y Antonio Gala, el Premio Cervantes Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, el exdirector general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza, el cineasta Benito Zambrano, el te¨®logo Juan Jos¨¦ Tamayo o el guitarrista flamenco Manolo Sanl¨²car.