Sin color la vida es m¨¢s surrealista
El director Jan Ole Gerster estrena en Espa?a su ¨®pera prima ¡®Oh boy¡¯ Arras¨® en los galardones del cine alem¨¢n Fue mejor director novel en los premios del cine europeo
¡°?Me va a preguntar por qu¨¦ la pel¨ªcula es en blanco y negro?¡±. Y, a continuaci¨®n, una sonrisa. La ma?ana de Jan Ole Gerster ya lleva 12 entrevistas. Y, por lo visto, en la pr¨¢ctica totalidad de ellas ha tenido que responder a esta cuesti¨®n. Sin embargo el lado oscuro de la promoci¨®n no le ha quitado la alegr¨ªa. As¨ª que Gerster se autocontesta a carcajadas: ¡°Ponga que es porque no ten¨ªa dinero para los colores. O directamente porque s¨ª¡±. El alem¨¢n (Hagen, 1978) tiene motivos de sobra para estar feliz. Su ¨®pera prima, Oh boy, triunf¨® con seis premios en la ¨²ltima gala del cine alem¨¢n ¡ªentre ellos, mejor pel¨ªcula, director y guion¡ª. Ayer, el filme se estren¨® en Espa?a.
¡°Es la historia de un joven en apuros que se arrastra por Berl¨ªn, tiene encuentros interesantes y empieza a entender algo de su vida¡±, resume Gerster sobre Oh boy. Todo ello, ya saben, en blanco y negro. Y con un estilo que le ha valido el galard¨®n a la mejor direcci¨®n novel en los premios del cine europeo y la espada de Damocles que le ha colgado The Hollywood reporter: ¡°La nueva esperanza del cine alem¨¢n¡±. Aunque el director se sacude el peso de encima: ¡°Solo soy un tipo que ha rodado un filme e intenta desesperadamente hacer el segundo¡±.
Bastante menos busca hacer Nico, el protagonista de Oh boy. Tras dedicar dos a?os a ¡°pensar¡± (como le contesta a su padre, enfurecido por haberle financiado en balde los estudios), el joven es espectador de su existencia. ¡°No busca conversaciones, mira a la gente mientras vive. Pero eso por alguna raz¨®n lo vuelve atractivo. Es algo que he experimentado: el momento en el que quieres estar a tu aire es cuando te pasan las cosas¡±, defiende Gerster.
As¨ª, el paseo sin rumbo de Nico tropieza con una serie de personajes surrealistas. Como una camarera empe?ada en ignorar su pedido de un caf¨¦ normal y servirle todo tipo de alternativas. O su vecino, aficionado a las partidas de futbol¨ªn contra s¨ª mismo y que, en una secuencia cortada, quiere que Nico comparta con ¨¦l ¡°cosas de hombres¡± en su s¨®tano.
Otro de los personajes sale de la propia existencia de Gerster. ¡°Estaba en un bar y un anciano borracho se puso a hablarme de su ni?ez durante el Tercer Reich y de c¨®mo no entend¨ªa qu¨¦ pasaba. Fue un viaje a un Berl¨ªn que nunca viv¨ª¡±, relata el cineasta. Su propio Berl¨ªn, en cambio, fue lo que acab¨® por contar en Oh boy: ¡°Decid¨ª que iba a escribir sobre lo aburrida que era mi vida, de un tipo que no hace nada¡±. En el fondo, es coherente con su receta de cine: ¡°Suena pat¨¦tico, pero m¨¢s que hacer una pel¨ªcula perfecta, valoro el coraje y los intentos de ser ¨²nico¡±.
A esta conclusi¨®n lleg¨® tras su paso por la Academia del cine y la televisi¨®n de Berl¨ªn, de la que el filme es la tesis final. A la caza de ideas, Gerster acudi¨® a los manuales. P¨¦sima ocurrencia. Eran ¡°horribles¡±. Mucho m¨¢s le inspir¨® un documental en el que Truffaut y su coguionista tomaban notas sobre su anodino d¨ªa a d¨ªa para futuros filmes.
De ah¨ª sac¨® el primer guion. Tras el visto bueno de amigos (¡°es muy t¨²¡±), productor y 300.000 euros (algo m¨¢s de 50.000 de subvenciones) Gerster dej¨® de ser ¡°el director sin pel¨ªcula m¨¢s famoso de Berl¨ªn¡±. De hecho, tambi¨¦n piensa abandonar la ciudad: ¡°Es como un buen amigo con el que has salido ya demasiadas veces".
De momento, vive en Roma, en la preciosa academia alemana, con una beca. Aunque, entre tanto arte, jardines y dem¨¢s esplendores, Gerster est¨¢ sobrecogido: ¡°Necesito m¨¢s San Lorenzo [un barrio estudiantil de bares y cervezas callejeras]¡±. Y, luego, se plantea mudarse a Par¨ªs, ¡°la Meca para todo director de cine¡±.
Para muchos cineastas tambi¨¦n su pa¨ªs es una suerte de Ed¨¦n, por lo menos por su inversi¨®n en cultura. Gerster, sin embargo, nada contracorriente: ¡°Espero que los que financien mi pr¨®ximo filme no lean esto nunca, pero a veces pienso que hay demasiado dinero en las pel¨ªculas en Alemania. La cantidad de basura, comparada con los buenos trabajos, es brutal. Parece que algunas pel¨ªculas se hacen solo para gastar el dinero¡±. Acto seguido, el director elogia el cine de bajo presupuesto de Ruman¨ªa, Grecia y Austria. ¡°A veces menos es m¨¢s¡±, tercia. A veces, menos color tambi¨¦n es m¨¢s.
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