M¨¢s farsa
En Portugal, los jefes de la granja deben de estar aterrados ante la rebeli¨®n de sus perros guardianes
Aconsejaba alg¨²n sabio que cuando no hab¨ªa nada interesante que decir lo m¨¢s conveniente era callarse. No estoy de acuerdo. Ser¨ªa pesad¨ªsimo convivir con los dem¨¢s sin conversaciones triviales, que todo lo que saliera de la boca de la gente estuviera dotado de trascendencia, l¨®gica, profundidad y brillantez. Pero ser¨ªa agradecible que los que gestionan la existencia de los dem¨¢s estuvieran piadosamente callados cuando todo en el presente de la mayor¨ªa de sus gobernados es desalentador y sombr¨ªo. Aunque los corderos permanezcan anestesiados, acobardados, resignados en el camino cotidiano hacia el matadero, los administradores de su desgracia no deber¨ªan humillarles m¨¢s cont¨¢ndoles mentiras y gilipolleces.
Un profesional del escaqueo como Rajoy se siente ¨²ltimamente tan crecido que repite en plan mantra, con la esperanza de que aquello que repite incesantemente acabe siendo cre¨ªdo por el deprimido reba?o, certidumbres tan huecas y grotescas como: ¡°Nuestro esfuerzo ya ha empezado a dar frutos¡±. Emplea impune y desvergonzadamente el plural. ?El esfuerzo de qui¨¦n, frutos para qui¨¦n? La oposici¨®n, interpretando un papel tan previsible como aburrido, le responde que no es as¨ª.
Lo ¨²nico que le preocupa ahora a los que gobiernan y a los que aspiran a reemplazarlos, es como ganarse el favor de los electores en una movida que solo le interesa a esta casta que intercambia sus disfraces en funci¨®n de alcanzar el poder, una cosa al parecer golosa para ella llamada elecciones europeas, o algo as¨ª. Y los medios de comunicaci¨®n aseguran en bloque que es cierto lo de la recuperaci¨®n y el final del t¨²nel, que las oficinas de empleo ofrecen notar¨ªa de que entre cinco millones de parados 2.000 de ellos acaban de encontrar empleo. Y no le crece la nariz a Pinocho. Y Perogrullo aspira a recibir el Nobel de la verdad.
En Portugal, los jefes de la granja deben de estar aterrados ante la rebeli¨®n de sus perros guardianes. Los antidisturbios se enfrentan a sus colegas de la polic¨ªa, sublevados por sufrir recortes en el sueldo. Muy tonto es el sistema si no mima la econom¨ªa de sus soldados. A lo peor, estos permiten a la desesperada plebe que le guillotine. La lealtad debe de estar bien alimentada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.