Kaurism?ki: ¡°Ya no hay capitalismo, ahora hay sadismo¡±
El Reina Sof¨ªa recupera las primeras pel¨ªculas del cineasta finland¨¦s Aki Kaurism?ki
Provocador, bebedor, fumador, melanc¨®lico, ¨¢rido y preciso como su obra, Aki Kaurism?ki (Orimattila, Finlandia, 1957) es uno de los grandes del cine no de ahora sino de todos los tiempos. El Museo Reina Sof¨ªa le dedica una retrospectiva (Despu¨¦s del naufragio. El cine de Aki Kaurism?ki, 1983-1996) que arranc¨® con una sesi¨®n inaugural en la que particip¨® el propio cineasta. Antes, accedi¨® a algunas entrevistas. Las de la ma?ana regadas en licor y las de la tarde, en cerveza y vino blanco. Nada como para tumbarlo pero s¨ª para hacerle perder a veces la paciencia. Ante las prisas de un fot¨®grafo sac¨® su peor cara ¡ª¡°?me est¨¢ diciendo en serio que quedan pocos minutos de luz? Llevo 30 a?os estudiando precisamente eso, ?no sabe que no me puede enga?ar?¡±¡ª, pero le dur¨® poco y al segundo no solo se trag¨® la soberbia sino que despleg¨® su aguda inteligencia, su seductora y tierna personalidad. ¡°Como dicen los hombres antiguos, un hombre debe hacer lo que un hombre debe hacer¡±, dijo apurando su cerveza, con una t¨ªmida sonrisa antes de cumplir su obligaci¨®n con el posado.
La alusi¨®n al deber no es un mero chiste, es la carta de presentaci¨®n de un cineasta en el que nada es gratuito. Cuando le preguntan c¨®mo le gustar¨ªa acabar su carrera dice que como William Holden en Grupo salvaje, es decir, dando la vida por lo que uno cree. ¡°Despu¨¦s de beberme seis botellas de tequila me gustar¨ªa decirle a mi operador, let's go!¡±.
El cine no es un arma pol¨ªtica, los espectadores no quieren lecciones
Aunque no deja de ser curioso que el cineasta m¨¢s flem¨¢tico del mundo, el director que exige a sus actores que no muevan ni las pesta?as, sue?e con viejos h¨¦roes del Oeste, tipos parcos como sus personajes, muchos de ellos obreros orgullosos e individualistas, que han representado como pocos el rostro moderno del dolor y el desamparo. ¡°Pero el mundo ha cambiado¡±, precisa ¨¦l. ¡°Antes la clase trabajadora era otra cosa. Hab¨ªa esperanza. Pero ya no hay capitalismo, ahora hay sadismo. Esclavos que no saben si van a ser despedidos al d¨ªa siguiente¡±. Sus palabras chocan con la idea que subyace en el plano final de su ¨²ltima pel¨ªcula, Le Havre, que se cierra con la imagen de un cerezo en flor. ¡°Hay optimismo porque se lo debo al planeta, y no es una broma. La humanidad ha fallado a todos los niveles. Excepto en un nivel: el humano. El de la calle. En esta calle de Madrid no hemos fallado. La humanidad ha fallado pero nosotros, los seres humanos, no. Y eso es lo ¨²nico que nos queda¡±.
¡°Pero el cine no es un arma pol¨ªtica¡±, contin¨²a. ¡°Los espectadores no quieren lecciones. El cine te puede consolar, te puede hacer re¨ªr y llorar, pero nadie quiere lecciones. Yo intento reflejar el mundo en el que vivimos, y sin mucha suerte intento hacerlo con risas o con l¨¢grimas. En esto, Chaplin sigue siendo el mejor. El mayor genio del cine, no el ¨²nico, pero s¨ª el mayor¡±. Kaurism?ki explica que acaba de ver otra vez toda la filmograf¨ªa del brit¨¢nico ¡ª¡°incluidos los cortos¡±¡ª para escribir un art¨ªculo para el libro de un amigo. ¡°S¨ª, s¨ª, a veces vuelvo a escribir de cine. Fui cr¨ªtico durante una temporada, pero lo dej¨¦, las pel¨ªculas o me parec¨ªan una obra maestra o una porquer¨ªa. No sab¨ªa apreciar nada en medio. Claramente no era buen cr¨ªtico¡±.
Al intentar situar en el mapa de su memoria el nacimiento de su pasi¨®n por el cine, se remonta a su adolescencia y a Bu?uel. ¡°Cuando yo era joven el surrealismo era mi religi¨®n, lleg¨® antes que el cine. Pero le contar¨¦ algo: con 16 a?os me apunt¨¦ a un cineclub que pon¨ªa La edad de oro. Pero llegu¨¦ tarde, siempre llego tarde, y me met¨ª en el cine cuando ya estaba a oscuras. La pel¨ªcula empez¨® y para mi sorpresa era lo contrario a lo que yo hab¨ªa le¨ªdo. Pero me qued¨¦ all¨ª, absorto. Hab¨ªa esquimales. ?Esquimales! No pod¨ªa ser. Era Nanuk el esquimal, de Flaherty. ?Se imagina lo que ocurri¨® en mi cabeza? Creo que entre Nanuk y La edad de oro, dos de los puntos m¨¢s alejados de la historia del cine, naci¨® mi propia idea del surrealismo¡±.
Hago pel¨ªculas de perdedores porque me siento un perdedor
Reconoce que no fue un ni?o com¨²n. ¡°Cuando yo ten¨ªa cuatro a?os y ve¨ªa una cerilla tirada en el suelo la recog¨ªa para enterrarla. Yo era as¨ª¡±. Seg¨²n ¨¦l, le gusta la basura porque se siente ¡°basura¡±. ¡°?Qu¨¦ profesiones importan de verdad? A m¨ª me interesan los que limpian las calles, ellos importan de verdad. El dinero siempre est¨¢ del lado de los idiotas. Hago cine de perdedores porque me siento un perdedor¡±.
Su carrera arranc¨® en los a?os ochenta, despu¨¦s de haberse formado como obsesivo autodidacta en los cineclubes de Helsinki, en las salas y en la televisi¨®n. ¡°En los ochenta en Finlandia la gente quer¨ªa hacer pel¨ªculas, pero yo quer¨ªa hacer cine. Y para hacer cine hay que tener una raz¨®n¡±. Empez¨® su carrera junto a su hermano Mika hasta que en 1983 rod¨® su opera prima, una adaptaci¨®n de Crimen y castigo. ¡°En su conversaci¨®n con Truffaut, Hitchcock dec¨ªa que solo hab¨ªa un libro que jam¨¢s tocar¨ªa: Crimen y castigo. Yo era un joven ambicioso y prepotente, as¨ª que me pareci¨® una buena idea llevarle la contraria. Sinceramente es una pel¨ªcula de la que hoy me averg¨¹enzo¡±. ¡°He aprendido viendo cine, bueno y malo. ?Sabe cu¨¢l es mi pel¨ªcula mala favorita? This is the spinal tap [se refiere al filme de 1984 de Rob Reiner] Ahora hasta tengo nostalgia del cine americano de los setenta. La ¨²ltima pel¨ªcula americana que me ha gustado la vi hace poco en la tele, 16 calles, de Richard Donner, con Bruce Willis. Me pareci¨® una obra maestra¡±.
De manera abrupta, Kaurism?ki da por terminado el cigarro, la cerveza y la conversaci¨®n. Y lo hace con una frase que seguro escuch¨® en un viejo cineclub de Helsinki: ¡°Podr¨ªa haber sido mejor, pero entonces no hubiese sido yo¡±.
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