Machado de Assis nunca estuvo tan de moda
Tendencias en boga en la literatura brasile?a
Para diferenciarse de la literatura europea, la novela brasile?a, que comenz¨® a surgir en la primera mitad del siglo XIX, ten¨ªa una gran dosis de regionalismo, nacionalismo, exaltaci¨®n de la tierra y de la naturaleza en un pa¨ªs que acababa de declarar su independencia. Aunque ese regionalismo siga permeando la literatura brasile?a a trav¨¦s de los siglos, es dif¨ªcil apostar ahora por un rasgo espec¨ªfico de la literatura que se produce en el pa¨ªs.
Sin embargo, s¨ª pueden vislumbrarse ciertas tendencias que ocupan mayor espacio en las estanter¨ªas de las librer¨ªas. Algunos de los escritores de la generaci¨®n nacida alrededor de la d¨¦cada de 1960 (la llamada generaci¨®n 90 porque comenzaron a publicar en esos a?os)? tienen, por ejemplo, ciertas se?as de identidad comunes definidas por las experiencias vividas durante la dictadura (entre 1964 y 1985) y que est¨¢n presentes en muchas de sus obras.
"Vivimos toda nuestra juventud bajo el r¨¦gimen militar. Y parte de esa experiencia influy¨® en nuestra literatura", afirma el escritor Milton Hatoum, natural del Estado de Amazonas y de 61 a?os, autor de Dos hermanos (2003, Akal). elegido por el peri¨®dico Correio Braziliense como la mejor novela de los ¨²ltimos quince a?os, y Cenizas del Norte, vencedora del premio Portugal Telecom de Literatura.
Un ejemplo que ilustra bien la teor¨ªa de Hatoum es la celebrada El hijo eterno (2007), de Cristov?o Tezza. En la novela, que recibi¨® los premios S?o Paulo de Literatura, Portugal Telecom y Jabuti, Tezza narra su propia historia, ambientada cuando era treintea?ero y viv¨ªa en plena dictadura. Al protagonista le pilla por sorpresa el embarazo de su esposa.Y la sorpresa se hace mayor cuando descubre que su hija tiene s¨ªndrome de Down. Entre la militancia pol¨ªtica y sus inicios como escritor, el autor narra - y sin ninguna autocensura - las dificultades reales para aceptar y convivir con una ni?a que padece esa enfermedad.
Mezclar la propia historia con la ficci¨®n es, de hecho, otra tendencia, la autoficci¨®n, que combina datos biogr¨¢ficos del autor y otros elementos para construir la narrativa. Es un estilo que aparece en diversos libros, no solo de autores brasile?os, sino tambi¨¦n de otros pa¨ªses.
Pero los novelistas brasile?os no solo hablan de s¨ª mismos. ¡°Aunque ese estilo est¨¦ ahora de moda en muchos lugares, incluido Brasil, creo que lo que caracteriza a nuestra literatura contempor¨¢nea es la diversidad. No hay un camino ¨²nico en este momento¡±, dice Luiz Ruffato, de 53 a?os, columnista de la edici¨®n brasile?a y Am¨¦rica de El Pais y autor de Estuve en Lisboa y me acord¨¦ de ti (Eterna Cadencia, Buenos Aires, 2011).
Para el escritor pernambucano Marcelino Freire, de 47 a?os, autor de Cuentos Negreros (2005), vencedor del premio Jabuti, la autoficci¨®n, incluso siendo tendencia, no es una novedad. "Se habla mucho de eso, pero creo que es una tonter¨ªa, porque cuando un escritor escribe muchas de sus vivencias est¨¢n en su obra¡±, dice. "No hay m¨¢s que pensar en Clarice Lispector, con La hora de la estrella, por ejemplo o, en Franz Kafka, con La metamorfosis".
Coincide con Freire el periodista, cr¨ªtico de literatura y columnista del peri¨®dico Folha de S. Paulo, Manuel de la Costa Pinto. En su opini¨®n, la autoficci¨®n es un rasgo marginal dentro del panorama general. Pero es complicado apuntar tendencias en literatura que abarcar¨ªan muchos otros aspectos. "Es muy dif¨ªcil trazar una tendencia de lo que sucedi¨® en los a?os 50 y 60 cuando la prosa brasile?a se urbaniz¨®, por un lado con Clarice Lispector y L¨²cio Cardoso. Y por el otro, la novela urbana que incide m¨¢s en la cuesti¨®n de las ciudades y la marginalidad. Eso s¨ª fue algo homog¨¦neo".
Para ¨¦l, la urbanizaci¨®n de la literatura brasile?a es, esa s¨ª, una caracter¨ªstica notable de las novelas publicadas en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. "La urbanizaci¨®n del imaginario de la literatura brasile?a es un fen¨®meno reciente - sin embargo irreversible¡±, escribe Pinto en su celebrado Paisajes interiores y otros ensayos (2012). La generaci¨®n 90, adem¨¢s de los resquicios de haber vivido bajo un r¨¦gimen dictatorial, tiene tambi¨¦n la periferia decadente de S?o Paulo como epicentro, ¡°con una evidente fascinaci¨®n por lo marginal¡±, dice.
Adem¨¢s de la diversidad, la autoficci¨®n y la urbanizaci¨®n de la novela, otra caracter¨ªstica que puede apuntarse como tendencia, y de las m¨¢s modernas, es la concisi¨®n. La moda de los 140 caracteres, desde que Jack Dorsey cre¨® Twitter, retoma algo que ya se hac¨ªa antes de Cristo. ¡°La concisi¨®n existe desde hace siglos¡±, dice Freire. ¡°La Biblia est¨¢ dividida en vers¨ªculos y ninguno de ellos ten¨ªa m¨¢s de 140 caracteres. Eso viene de su ra¨ªz oral, anterior a la escritura, y para facilitar su memorizaci¨®n, ten¨ªa que ser corta¡±, explica.
Otro ejemplo de que la brevedad puede estar de moda, pero no es algo de hoy, es Machado de Assis (1839-1908) que, en el siglo pasado ya escrib¨ªa, entre otras cosas, sus microcuentos. ¡°?Te das cuenta de lo moderno que era Machado de Assis?¡±, dice Freire, arrojando luz sobre otra tendencia. ¡°Lo que yo creo que siempre ser¨¢ nuevo y, a la vez, viejo en la literatura es el dolor. Cada uno sabe lo que le duele. El dolor de Dostoi¨¦vski es el mismo que aparece en mi literatura, lo que difiere es la mirada de cada uno¡±.
Literatura como amante
Adem¨¢s de teor¨ªas sobre lo que est¨¢ o no de moda, hay un factor palpable que marque la diferencia con la generaci¨®n 90: la profesionalizaci¨®n de la literatura. "Mi generaci¨®n fue la primera que vio como era posible ganarse la vida escribiendo", dice Ruffato.
El escritor atribuye algunas coincidencias a ese hecho. La primera, la explosi¨®n de ferias de libros y festivales literarios desde principios de este siglo. La Feria Literaria Internacional de Paraty (FLIP), por ejemplo, surgi¨® en 2003 como el mayor evento literario del pa¨ªs y es desde entonces el marco de esos nuevos tiempos.
Otro factor importante para la profesionalizaci¨®n de las letras es el surgimiento de los premios literarios, que pasaron a tener dotaci¨®n econ¨®mica y no solo trofeos. ¡°No sirve de nada tener prestigio porque eso no llena la panza de nadie. Lo importante es que tenga un valor econ¨®mico. Y ese cambio de estatus es muy importante para nosotros¡±, dice Ruffato, que fue periodista antes de dedicarse ¨ªntegramente a su carrera de escritor.
Ruffato explica que ese conjunto de factores fue fundamental para que la literatura se convirtiera en una prioridad y no en una segunda opci¨®n. ¡°Empezamos a creer que la literatura no ten¨ªa por qu¨¦ ser la segunda cosa importante en la vida. Es como tener una amante, tienes una mujer en casa y la soportas, pero a quien te dedicas y amas de verdad a tu amante. Descubrimos que la literatura puede ser nuestra mujer y nuestra amante a la vez".
Babelia
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