Fela: ?h¨¦roe o monstruo?
En los 15, 20 a?os, que Sagrario Luna lleva elaborando su biograf¨ªa del m¨²sico Fela Kuti, hemos compartido informaci¨®n e inquietudes. Personalmente, me preocupaba no encontrar menciones a Fela en la pujante literatura nigeriana, tal vez la m¨¢s reconocida exportaci¨®n cultural del pa¨ªs. Adem¨¢s, aparecen pocas firmas nigerianas en la bibliograf¨ªa sobre Kuti; de hecho, el primer libro fue escrito por Carlos Moore¡?un acad¨¦mico cubano!
Muchas dudas. Los musiqueros occidentales asum¨ªamos una historia de Nigeria que situaba a Fela en el centro de la pista, un Che Guevara libertino. Pero no localiz¨¢bamos ecos suyos en la actualidad nigeriana. ?Y si era un producto for export? Esa leyenda del rebelde, el pol¨ªgamo, el buf¨®n, el colosal consumidor de marihuana: un personaje irresistible para nuestras fantas¨ªas, que potenciaba una m¨²sica torrencial.
S¨ª, Fela Kuti (1938-1997) fue popular en su tierra. Por lo menos entre los urbanitas de su grupo tribal, los yoruba. Pero Nigeria es un mosaico de etnias, culturas, religiones. Un milagro en equilibrio inestable, que amenaza con entrar en combusti¨®n cada poco. Ten¨ªa ¡ªy tiene, supongo¡ª una din¨¢mica de modas y novedades sonoras que empuja sistem¨¢ticamente al desv¨¢n a artistas de primera l¨ªnea.
Es un personaje irresistible para nuestras fantas¨ªas, que potenciaba una m¨²sica torrencial
La obra de Fela Kuti invita al proselitismo. Llevo casi 40 a?os pinchando sus discos y celebro que su m¨²sica siga prendiendo en los cinco continentes (DJ Floro actualiza constantemente la n¨®mina del movimiento afrobeat). Aunque tengo serios problemas con algunos aspectos del mito. Sus planteamientos pol¨ªticos eran pueriles. Seg¨²n Wole Soyinka, pariente de Fela, ¡°para ¨¦l, todo lo africano era positivo. Me acusaba de ser agente de la CIA cuando yo hac¨ªa campa?a contra Idi Amin¡±. Terminaban a gritos. Y pod¨ªa mostrar modos de mat¨®n, como comprob¨® Paul McCartney cuando ¡ªingenuo aventurero¡ª acudi¨® a Lagos para grabar Band on the run.
Ahora, el modelo de liderazgo de Fela Kuti no nos resulta tan ex¨®tico: tenemos en Europa un buen n¨²mero de pol¨ªticos-payasos, especialistas en provocaci¨®n. Y hasta coinciden en planteamientos reaccionarios. Fela era un negacionista. La enfermedad que lo mat¨®, el sida, no exist¨ªa o se trataba de ¡°un invento de los blancos¡±; su ¨²ltimo tema fue un vigoroso rechazo del preservativo, Condom scallywag and scatter. En contra de la tradici¨®n nigeriana de mujeres fuertes e independientes, ejerc¨ªa de machista. ?Hay que a?adir que Fela era hom¨®fobo? Si has tenido mal comportamiento amoroso, aseguraba, te reencarnas en homosexual. Todo tan grotesco que hasta sospechas que nos estaba tomando el pelo: cuando ves pel¨ªculas locales (el llamado Nollywood), reconoces un humor zumb¨®n no muy lejano del de Kuti.
Honra a Sagrario Luna que haya recogido lo feo junto a lo hermoso en su monumental tomo, Fela Kuti: Esp¨ªritu ind¨®mito, que saca Milenio. Un denso trabajo de erudici¨®n que merece m¨¢s espacio del que dispongo. Baste con saber que Luna es minuciosa, curiosa, obsesiva. Son 600 p¨¢ginas, pero mejor imaginen que se trata del mapa de un tesoro: el afrobeat, tan el¨¢stico y tan carnal. Se agradece que se traduzcan letras y se explique el sentido de aquellas piezas que sol¨ªan ocupar una cara entera de un elep¨¦.
?Ah, s¨ª! Localic¨¦ finalmente un libro generalista sobre Nigeria que menciona a Fela Kuti: Looking for Transwonderland (2012), cr¨®nica de los viajes nigerianos de Noo Saron-Wiwa. Exacto, la hija del escritor y activista Ken Saron-Wiwa, ahorcado en 1995 por su defensa del pueblo ogoni contra los abusos de las petroleras.
Noo recorre un pa¨ªs que no conoce y al que tiene motivos para detestar. Sobrevive, y aprende a amar sus peculiaridades. La v¨ªspera de volver a Londres, acude al Shrine, el famoso club de Fela, ahora refundado por su hijo Femi. Cuando termina el show, debe pasar all¨ª la noche: las calles de Lagos no son seguras. Aunque reconoce su parte m¨¢s lamentable, proclama que ¡°Fela encarna todo lo que amo de Nigeria: era inteligente, divertido, apasionado, excitante, agreste, un aut¨¦ntico africano y no un gentleman¡±.
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