L¨¢grimas (l¨ªricas) de payaso

Malabaristas, trapecistas, acordeonistas y payasos. No se trata de un circo ambulante, sino del espect¨¢culo de una sola pista del Teatro de la Zarzuela, que a partir de ma?ana se divide para acoger en un programa doble a dos bufones de nacionalidad y car¨¢cter distinto. Primero el feliz payaso-rey de la zarzuela Black, el payaso, de Pablo Soroz¨¢bal. Despu¨¦s Tonio, el payaso tr¨¢gico de I pagliacci de Ruggero Leoncavallo. Aquel lamento de "Ridi, pagliaccio" ("R¨ªe, payaso") materializado en la dualidad esc¨¦nica de un mismo personaje.

Las obras est¨¢n separadas por 50 a?os y dos guerras mundiales: I pagliacci se estren¨® en Mil¨¢n en 1892 y Black, el payaso lo hizo en Barcelona en 1942. Pero, seg¨²n Donato Renzetti, director musical del programa, la distancia temporal se salva por la comparaci¨®n entre "el drama de una y el final feliz de la otra". Adem¨¢s del lazo evidente que establece Soroz¨¢bal (que escuchaba con frecuencia a Leoncavallo) con I pagliacci, citando directamente el libreto del italiano. Para Ignacio Garc¨ªa, director de escena ¡ªque ya llev¨® esta misma versi¨®n de Black al Teatro Espa?ol en 2006, en programa doble con Adi¨®s a la bohemia, tambi¨¦n de Soroz¨¢bal¡ª, "hay una identidad com¨²n": "Las dos obras son una reflexi¨®n sobre la identidad, sobre qu¨¦ hay detr¨¢s de la m¨¢scara. Black est¨¢ hecha de luz con territorios de sombra, y Pagliacci es un territorio de sombras con zonas de luz".

La apuesta esc¨¦nica de Garc¨ªa para aunar ambos esp¨ªritus es darle la vuelta a la historia. Sit¨²a el alegre cuento de los saltimbanquis Black y White en una Europa de preguerra, donde "a¨²n hay expectativas de que el mundo sea una gran pista de circo", y a Tonio y Canio en el paisaje arrasado despu¨¦s de la Gran Guerra, un territorio de desenga?o donde ya no queda espacio para la esperanza. Para hacer este recorrido de la luz a la sombra, el espectador viaja con una caravana de artistas que atraviesa los albores del siglo XX. Pero, advierte Garc¨ªa, no se trata de que una evoluci¨®n de los personajes, sino de la compa?¨ªa.

La dualidad tem¨¢tica y est¨¦tica ha resultado ser tambi¨¦n t¨¦cnica. El bar¨ªtono Juan Jes¨²s Rodr¨ªguez, que interpreta a Black en una y a Tonio en otra, ha renunciado a representar a los dos personajes en la misma tarde para no arriesgar su salud vocal, cosa que s¨ª har¨¢ Fabi¨¢n Veloz, con quien hace doblete. Rodr¨ªguez interpretar¨¢ un d¨ªa a cada personaje, y se?ala la dificultad de dar cuerpo y voz a Black: "Cuando acabo, tengo la sensaci¨®n de haber cantado dos Trovatore y medio", admite el cantante. Mar¨ªa Jes¨²s Moreno interpreta tambi¨¦n a las protagonistas de ambas obras, la princesa Sof¨ªa en Black y Nedda en I pagliacci. El director del Teatro de la Zarzuela, Paolo Pinamonti, responsable directo de su elecci¨®n, admite que quiz¨¢s la voz de la soprano ligera no es la que la ortodoxia elegir¨ªa para el papel de Nedda, tradicionalmente pensado para voces m¨¢s graves, pero advierte de que este tipo de convenciones est¨¢n "alteradas por la industria discogr¨¢fica" e invita a los aficionados a ser "flexibles".

La programaci¨®n de Leoncavallo y Soroz¨¢bal constituye el segundo programa doble de la temporada, tras la puesta en escena en noviembre de Los amores de la In¨¦s y La verbena de la Paloma en versi¨®n esc¨¦nica de Jos¨¦ Carlos Plaza. En aquella ocasi¨®n se contrapon¨ªan dos obras del mismo g¨¦nero y ocho a?os de diferencia en su estreno (1894 y 1902). Este programa, por el contrario, da para que Ignacio Garc¨ªa siga se?alando las siete diferencias. "I pagliacci es m¨¢s metaf¨ªsica, sobre el vac¨ªo de la existencia. Pero Black [la historia de un buf¨®n que mediante diversos equ¨ªvocos llega a ser monarca] es m¨¢s pol¨ªtica. En un momento, el propio Black dice: 'Los payasos son reyes, y los reyes...'. Pero mejor me callo". Hay cosas que solo son posibles en la pista.