125 a?os del nacimiento de un genio

Para Jos¨¦ Luis S¨¢nchez Noriega, profesor de Historia del Cine, Charles Chaplin dej¨® su genial huella en cada uno de los planos que film¨® y que protagoniz¨®, im¨¢genes que, seg¨²n su opini¨®n, ¡°siempre te dicen algo¡±. Su humor est¨¢ ligado a la ternura y al sentimentalismo pero contiene una gran profundidad psicol¨®gica y una demoledora cr¨ªtica social, tomando partido por los m¨¢s desfavorecidos.

El pr¨®ximo 16 de abril se cumplen 125 a?os del nacimiento de Charles Chaplin, uno de los artistas m¨¢s carism¨¢ticos de la historia del cine, y TCM va a celebrar este aniversario emitiendo todos los s¨¢bados del mes de abril, y en alta definici¨®n, algunas de las mejores pel¨ªculas de este inolvidable cineasta. T¨ªtulos como La quimera del oro, Luces de la ciudad, Tiempos modernos, Candilejas, El chico o El gran dictador.

Charles Chaplin pas¨® de ser un humilde c¨®mico de variedades a convertirse, en poco tiempo, en uno de los s¨ªmbolos del nuevo arte que naci¨® con el siglo XX. Gracias a su experiencia teatral, seg¨²n el profesor S¨¢nchez Noriega, consigui¨® trasladar al cine un determinado ritmo y sentido del gag, as¨ª como dotar a su actuaci¨®n de una peculiar econom¨ªa de gestos. ¡°En su cine no hay tiempos muertos. Todo est¨¢ hilvanado para conseguir un efecto¡±, explica.

Chaplin, adem¨¢s de interpretar, escrib¨ªa las historias, las dirig¨ªa, compon¨ªa la m¨²sica y supervisaba la fotograf¨ªa. Sus pel¨ªculas ten¨ªan un ¨¦xito arrollador en todo el mundo. ¡°El Chaplin c¨®mico lo vemos en los cortos pero luego, en los largos, aunque hay elementos de pantomima y de humor, ¨¦ste nunca es angelical ni edulcorado, sino que pone a sus personajes en conflictos serios¡±, explica S¨¢nchez Noriega.

As¨ª es, su personaje del vagabundo casi siempre cuestiona la autoridad; combate las injusticias; se burla de los poderosos y protege a los pobres y d¨¦biles. En definitiva, una denuncia de la desigualdad social que se viv¨ªa en su ¨¦poca.

Cuando comenzaron las pel¨ªculas sonoras, Chaplin comprendi¨® que su peque?o vagabundo estaba destinado a morir junto a ese cine sin palabras. Y as¨ª fue. Aun as¨ª, en sus pel¨ªculas habladas, todav¨ªa encontramos huellas del viejo Charlot. Pero ahora, a los 125 a?os del nacimiento de su creador, todav¨ªa seguimos disfrutando de sus aventuras, de sus amores y sus desenga?os. Y al final de cada una de sus peripecias, vi¨¦ndolo alejarse hacia el horizonte con su bomb¨ªn, su bastoncillo y sus enormes botas, siempre con la esperanza de encontrar un ma?ana mejor.