Le Goff
Su pasi¨®n por la Edad Media le llev¨® a declarar en muchas ocasiones que segu¨ªamos viviendo en ella
La muerte del medievalista franc¨¦s Jacques Le Goff nos ha regalado algunas perlas de su erudici¨®n. En una realidad medi¨¢tica bastante sometida al discurso pol¨ªtico, leer sus entrevistas y art¨ªculos era rendirse a un talento asombroso para relacionar presente y pasado. Su pasi¨®n por la Edad Media le llev¨® a declarar en muchas ocasiones que segu¨ªamos viviendo en ella, pero no como discurso catastrofista por las negras perspectivas y la reiteraci¨®n b¨¦lica, sino en lo que ten¨ªa de construcci¨®n colectiva. Para ¨¦l, aquella ¨¦poca tambi¨¦n nos trajo el Estado, la naci¨®n, la ciudad, la universidad, los derechos del individuo, la emancipaci¨®n de la mujer, la conciencia, la organizaci¨®n de la guerra, el molino, la m¨¢quina, la br¨²jula, la hora, el libro, el purgatorio, la confesi¨®n, el tenedor, las s¨¢banas y hasta la Revoluci¨®n Francesa.
Defensor a ultranza de la laicidad, nunca despreci¨® la importancia de la religi¨®n cat¨®lica en la construcci¨®n europea. Y fue precisamente su estudio concienzudo sobre la invenci¨®n del purgatorio, en los alrededores del siglo XII, lo que nos ofreci¨® algunas de sus mejores conclusiones. Porque la idea de un lugar de espera entre la salvaci¨®n y la condena naci¨® para aumentar el poder de la Iglesia sobre las personas, pero se transform¨® en un motor econ¨®mico. Los hombres siempre son capaces de inventar recursos para vencer la rigidez dogm¨¢tica. As¨ª, los usureros pudieron entonces empezar a utilizar sus beneficios monetarios para garantizarse buena plaza en el m¨¢s all¨¢, lo cual dio pie a que corriera el dinero y hasta se desarrollara el mecenazgo.
Esa vocaci¨®n por quebrar un prejuicio con cada uno de sus hallazgos, amparados en el estudio y el talento narrativo, convirtieron a Le Goff en un divulgador celebrado. No vivimos el mejor de los tiempos para la presencia de este tipo de talentos en los medios, m¨¢s que nada por la p¨¦rdida del sentido formativo frente al lucro. En la incertidumbre echaremos de menos al europe¨ªsta convencido de que Rusia terminar¨ªa por pertenecer a la Uni¨®n y al cr¨ªtico con cualquier sistema que perdiera al ser humano como centro de sus preocupaciones, porque, en su opini¨®n, la historia se hace con hombres de carne y hueso, con sus sue?os, sus creencias y sus necesidades cotidianas.
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