Milan Kundera abandona la guarida
El autor rompe su silencio, que no su secreto, con ¡®La fiesta de la insignificancia¡¯ Francia aplaude su vuelta a la novela 14 a?os despu¨¦s de su ¨²ltima obra
Con iron¨ªa, menor pesadumbre de la esperada por algunos y apartado pero atento, ha regresado Milan Kundera (Brno, Rep¨²blica Checa, 1929) al panorama de las letras europeas. Francia esperaba la aparici¨®n en las librer¨ªas de La f¨ºte de l¡¯insignificance (Gallimard), que ser¨¢ publicada en septiembre en Espa?a por Tusquets (antes lleg¨® a Italia con 100.000 ejemplares vendidos y un eco discreto). Y lejos de resolverse, el enigma del escritor esquivo y hura?o, escondido y voluntariamente escindido de su lengua materna ¡ªescribe en franc¨¦s desde La lentitud, aparecida en 1994¡ª queda un poco m¨¢s abierto ahora.
¡°Ligero como una pluma de perdiz o de ¨¢ngel¡±, compara Le Monde, Kundera vuela alto en la novela que aparece ahora 14 a?os despu¨¦s de La ignorancia. ?D¨®nde se ha metido? ?Qu¨¦ ha hecho? Apartarse, ocultarse, leer en franc¨¦s, alem¨¢n y checo, las lenguas que domina. Ahondar quiz¨¢s en los vericuetos kafkianos que tanto le apasionan y reconocer en ellos las se?ales de este tiempo difuso, escurridizo.
Kundera intenta pasar inadvertido con su vocaci¨®n de autor invisible, pese a las pol¨¦micas que le han perseguido sobre todo en su pa¨ªs de origen. All¨ª, desde que se exili¨® en 1975, los desencuentros han sido constantes. Ha sido acusado de haber colaborado con el r¨¦gimen comunista y ¨¦l se ha negado a revisar sus traducciones del franc¨¦s al checo ¡ª¡°Por falta de tiempo¡±, ha llegado a decir; l¨¦ase, no le da la gana¡ª. Ha roto casi todos los v¨ªnculos que le un¨ªan a la Rep¨²blica Checa. Eso, tras haber desmenuzado brillantemente a una tierra central y sufrida, serena y humillada por las grandes lacras del siglo XX.
Bibliograf¨ªa selecta
La broma (1967).
El libro de los amores rid¨ªculos (1968).
La vida est¨¢ en otra parte (1972).
La despedida (1973).
El libro de la risa y el olvido (1979).
La insoportable levedad del ser (1984).
El arte de la novela (1986).
La inmortalidad (1988).
La lentitud (1995).
La identidad (1998).
La ignorancia (2000).
La fiesta de la insignificancia (septiembre de 2014, en espa?ol).
El peso de un legado oscuro en busca de la luz ¡ªo del absurdo¡ª ha definido su obra desde El libro de los amores rid¨ªculos a La broma, de La vida est¨¢ en otra parte a La insoportable levedad del ser ¡ªpublicado en su pa¨ªs en 2004, pero un cl¨¢sico desde mediados de los ochenta¡ª. Tambi¨¦n ha servido de gu¨ªa a su cada vez m¨¢s enigm¨¢tico y polis¨¦mico estilo en libros como La inmortalidad, La lentitud o en esta ¨²ltima entrega, que en espa?ol se titular¨¢ La fiesta de la insignificancia.
Beatriz de Moura, su editora, est¨¢ traduciendo al espa?ol una obra de la que el autor llevaba un tiempo hablando a sus ¨ªntimos. Comienza con tintes er¨®ticos y aires de Muerte en Venecia posmodernos, entre la contemplaci¨®n de un ombligo y la comparaci¨®n del sagrado s¨ªmbolo rom¨¢ntico de los senos femeninos con la efigie de la Virgen Mar¨ªa.
De Moura, entregada y ferviente defensora de Kundera, avanza algunos detalles: ¡°Est¨¢n presentes casi todos los temas preferidos del autor y llevados a su esencia: la maternidad, la sexualidad, el poder con sus facetas ¡ªdesde la crueldad y la arbitrariedad hasta el absurdo y la ternura¡ª, la zafiedad de los falaces¡¡±.
En este tiempo, el escritor se ha dedicado a apartarse y a ocultarse
Todo ello, con un punto de humor. Es lo que m¨¢s ha sorprendido a su editora hispana. Ese magistral equilibrismo entre l¨ªneas: ¡°F¨¢cil de leer, pero dif¨ªcil de comprender¡±, asegura. ¡°En conjunto, Kundera hace una desenfadada visi¨®n del mundo que no cesa de caer en lo irrisorio y que termina en un festejo burlesco¡±.
En esa profunda levedad coinciden las rese?as francesas e italianas. ¡°El gran retorno de Kundera¡±, reza Le figaro. ¡°El ¨²ltimo vals¡¡±, se?ala Le Nouvel Observateur, previendo que ya no habr¨¢ m¨¢s. Como una ¡°peque?a y encantadora comedia humana¡± recibi¨® el libro La Repubblica al tiempo que Il?Corriere della Sera lo defin¨ªa como un ¡°divertimento surrealista y una par¨¢bola felliniana en la que se mezclan personajes con elucubraciones extravagantes¡±.
M¨¢s Falstaff que Hamlet se nos presenta de nuevo Kundera en esta etapa final de su vida y su obra, con 85 a?os cumplidos este mismo mes. Imprevisible y lib¨¦rrimo, ins¨®lito e inesperado, en el tiempo que ha mediado desde su ¨²ltima entrega literaria, el autor ha ingresado en la colecci¨®n de la Pl¨¦iade de Gallimard, algo as¨ª el olimpo de las letras francesas, donde se codea con Proust y Balzac. Y tambi¨¦n ha vivido instalado en la pol¨¦mica: en 2008 una revista checa le acus¨® de delatar en 1950 a la polic¨ªa comunista a un estudiante, que cumpli¨® 22 a?os de c¨¢rcel.
Est¨¢n presentes sus temas preferidos¡±, dice la editora Beatriz de Moura
Entre tanto, Kundera ha gozado en Espa?a de una fiel y creciente legi¨®n de seguidores, que lo descubri¨® gracias al ojo cl¨ªnico de Toni L¨®pez Lamadrid (1938-2009). Compa?ero de Beatriz de Moura, fue ¨¦l quien la empuj¨® a presentarse un buen d¨ªa en Par¨ªs para convencerle de que publicara con Tusquets. Hab¨ªa llegado a sus o¨ªdos que no estaba contento con su anterior editorial en Espa?a y quer¨ªa cambiar. ¡°Me someti¨® a un tercer grado¡±. A partir de ah¨ª, comenzaron a labrar su amistad, que dura hasta ahora. Uno de sus secretos: no suelta prenda. Es imposible enterarse a trav¨¦s de ella ni donde vive, ni en qu¨¦ trabaja.
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