¡®Bodas de sangre¡¯, pasada por la ¡®t¨²rmix¡¯ del humor coreano
Una desigual versi¨®n con tintes de comedia de la tragedia lorquiana entusiasma al p¨²blico del Festival de Teatro Iberoamericano de Bogot¨¢
Aunque pegue tan poco como los tallarines con lentejas, el p¨²blico que asisti¨® al estreno mundial en Bogot¨¢ del Bodas de sangre del coreano Lee Youn-Taek y su compa?¨ªa Theatre Troupe Georipae acab¨® en pie, entusiasmado. Entre v¨ªtores, los 40 int¨¦rpretes de la tragedia lorquiana bajaron a bailar al improvisado patio de butacas del coliseo cubierto El Campin, que no pareci¨® acusar el p¨¦simo sonido y la dificultosa visibilidad de un espect¨¢culo de gran formato ideado en un principio para la plaza de toros de la ciudad. Bodas de sangre es un musical (en plan fusi¨®n Circo del Sol) que mezcla el folclore andaluz y el coreano en una suerte de combinado universal que entusiasma en Asia y, tambi¨¦n, en Colombia. La intenci¨®n inicial de Youn-Taek, cuyo Hamlet de hace dos a?os le abri¨® de par en par las puertas del Festival Iberoamericano de Teatro, era haber hecho el experimento latino-oriental con Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, pero en un rapto de sensatez dio marcha atr¨¢s y decidi¨® meterle mano al m¨¢s sufrido Lorca. Ambos, seg¨²n el director coreano, beben del mismo ¡°realismo m¨¢gico¡± y visto el ¨¦xito con el imaginario del poeta granadino Macondo ser¨¢ la pr¨®xima parada.
Las mujeres transforman la tragedia en vida¡±, se?ala el director
?¡°Para m¨ª Lorca es un h¨¦roe, un mentor, un ¨ªdolo. Yo soy poeta y dramaturgo, como ¨¦l. Y como ¨¦l quiero modernizar la tradici¨®n de mi pa¨ªs¡±, afirma Youn-Taek, que niega que el cambio de escenario haya perjudicado su idea del montaje, algo que s¨ª confirma la directora del certamen, Anamarta de Pizarro. ¡°Quiz¨¢ ¨¦l no quiere contarlo, pero cuando supo que el Ayuntamiento hab¨ªa cerrado la plaza de toros, l¨®gicamente, se puso furioso. El espect¨¢culo ten¨ªa muchos elementos de fuego que no ha podido trasladar a un recinto cerrado. ?l no hab¨ªa visto una plaza de toros hasta hace dos a?os, con su anterior montaje, y qued¨® fascinado¡±. El hermoso coso de La Santamar¨ªa, situado en pleno centro, enterrado entre el barrio de La Macarena y el de San Diego, fue cerrado por el alcalde Gustavo Petro (cuya destituci¨®n e inhabilitaci¨®n por quince a?os ha sacudido como un escalofr¨ªo la vida pol¨ªtica de Colombia) en medio de una campa?a antituarina de la que hoy por hoy no sabe muy bien en qu¨¦ quedar¨¢.
Con albero o sin ¨¦l, este Bodas de sangre resulta grotesco en los tramos andalucistas, donde cada zapateado duele, pero crece en su propio terreno: como el de la boda o el de las ni?as-marionetas. Lo m¨¢s chocante, e interesante, es que bajo la ¨®ptica coreana la tragedia lorquiana acaba en comedia y celebraci¨®n de la vida. ¡°El flamenco aguanta el dolor y con su angustia mueve la tierra. En Corea del Sur, sin embargo, llevamos el dolor al terreno de la comedia, es nuestra manera de resolverlo, vomitarlo hasta convertirlo en su contrario. Es una de las expresiones m¨¢s caracter¨ªsticas de nuestra cultura y esa manera de ver la vida es la gran novedad de esta versi¨®n de la obra de Lorca¡±, explica el director.
Lorca es un h¨¦roe, un mentor, un ¨ªdolo. Soy poeta, como ¨¦l¡±
Cuesta re¨ªrse ante los versos de esa madre ya sin hijo, robado de su vida con ¡°un cuchillo, con un cuchillito, que apenas cabe en la mano¡±; o con el dolor de la novia ensangrentada ¡ª¡°?Ay, qu¨¦ cuatro galanes traen a la muerte por el aire!¡±¡ª, pero las dos, reventando los t¨ªmpanos con los famosos versos, logran una curiosa subida de adrenalina que el p¨²blico recibi¨® jocoso. ¡°Hay que expulsar la culpa¡±, explica Youn-Taek, que lleva a la escena final un ritual funerario tradicional de su pa¨ªs. ¡°Ese canto es un canto de perd¨®n porque en la vida siempre hay perd¨®n, es una mirada positiva que est¨¢ encerrada en la naturaleza misma de las mujeres. El mundo de los hombres siempre acaba en tragedia pero las mujeres transforman la tragedia en vida porque no les queda otro remedio¡±.
Babelia
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