El mundo empieza a despedir a Gabo
M¨¦xico se prepara para un homenaje masivo el lunes con la presencia de Pe?a Nieto y Santos El Nobel de literatura colombiano fue incinerado el viernes en privado
Mercedes Barcha, la compa?era de vida de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, pas¨® el d¨ªa despu¨¦s de la muerte del escritor rodeada de familiares y amigos en su casa del sur de la Ciudad de M¨¦xico, en un barrio que se asemejaba este viernes, por sus calles empedradas y los ¨¢rboles en flor, a un pueblito en plena primavera. Aqu¨ª viv¨ªan juntos desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas. Los dos tel¨¦fonos m¨®viles de Barcha no pararon de sonar durante todo el d¨ªa. El cuerpo del escritor hab¨ªa sido incinerado horas antes en una funeraria cercana, a unas cuantas calles del domicilio, en una ceremonia privada de la que no se conocen m¨¢s detalles.
La despedida p¨²blica del Nobel de Literatura, en cambio, se antoja multitudinaria. El lunes por la tarde ser¨¢ homenajeado en el Palacio de Bellas Artes, en el centro hist¨®rico de la ciudad en la que resid¨ªa desde la d¨¦cada de los sesenta. All¨ª se han rendido honores a otros grandes de la cultura local como Mario Moreno Cantinflas o el tambi¨¦n escritor Carlos Fuentes, despedidos como pr¨ªncipes. El presidente de M¨¦xico, Enrique Pe?a Nieto, y su hom¨®logo de Colombia, Juan Manuel Santos, estar¨¢n presentes en el que se espera masivo homenaje al colombiano m¨¢s mexicano, como muchos se vanaglorian en decir en el mundillo cultural de la capital, mientras en su pa¨ªs natal se guardan tres d¨ªas de luto oficial y mandatarios y personalidades de todo el mundo env¨ªan sus condolencias. La ceremonia del lunes ser¨¢ la m¨¢s importante de la multitud de actos en recuerdo del escritor y su obra que se esperan en distintos pa¨ªses, que coinciden con la celebraci¨®n, el pr¨®ximo mi¨¦rcoles 23, del D¨ªa Internacional del Libro.?
El escritor ser¨¢ homenajeado en el Palacio de Bellas Artes el lunes por la tarde.?All¨ª se ha rendido homenaje a otros grandes de la cultura como Mario Moreno Cantinflas o Carlos Fuentes
Hasta el homenaje del lunes, no habr¨¢ m¨¢s que silencio por parte de la mujer y los dos hijos del matrimonio, Gonzalo y Rodrigo. Este ¨²ltimo escuch¨® desde la puerta de la vivienda, con gesto grave, c¨®mo una funcionaria de la cultura mexicana anunciaba que el cuerpo del novelista iba a ser incinerado y ped¨ªa respeto y privacidad para los suyos. Jaime Abello Banfi, un amigo personal del escritor y director de la escuela de periodistas que deja como legado, se pronunci¨® en ese mismo sentido, recalcando que la familia quiere vivir momentos de tranquilidad durante el fin de semana.
El periodista mexicano Jacobo Zabludovsky, de 86 a?os, fue de los pocos que hablaron al salir de la vivienda donde el escritor muri¨® el jueves pasando el mediod¨ªa. Se?al¨® que en el interior la familia buscaba tranquilidad y abstraerse un poco del ruido que ha generado la desaparici¨®n de uno de los escritores m¨¢s laureados y queridos del mundo.
Zabludovsky estuvo en Estocolmo acompa?ando a Garc¨ªa M¨¢rquez en la ceremonia en la que le otorgaron el Premio Nobel de Literatura, en 1982. Pero no guarda en su memoria con tanto cari?o ese d¨ªa ¡ªen el que el colombiano rompi¨® el protocolo y recogi¨® el galard¨®n vestido de blanco¡ª como de la ma?ana siguiente. Los dos fueron juntos a corroborar el premio literario m¨¢s importante del mundo ante un notario sueco y all¨ª les ofrecieron r¨¦plicas de la medalla que un d¨ªa antes hab¨ªa colgado del cuello del escritor. Mercedes Barcha les regal¨® una a todos los presentes. Al salir de la casa este viernes, le preguntaron a Zabludosky qu¨¦ iba a hacer con su copia. ¡°?Qu¨¦ quiere que haga? ?Qued¨¢rmela!¡±, contest¨® con la fuerza aplastante de la l¨®gica. Dijo que su amigo era uno de esos personajes singulares y privilegiados que deja un mundo mejor que el que encontraron al nacer.
?Y cu¨¢l fue la ¨²ltima vez que se vieron los dos amigos? ¡°Hace un par de meses en una reuni¨®n de unas cuantas personas. Era siempre un motivo de fiesta, de alegr¨ªa¡±, se?al¨® el comunicador, seguramente refiri¨¦ndose al 87 cumplea?os del escritor colombiano. Cada a?o, el matrimonio, que ten¨ªa m¨¢s bien una vida p¨²blica discreta, celebraba por todo lo alto la efem¨¦ride.
No por conocida, la historia de c¨®mo se fragu¨® en M¨¦xico el libro m¨¢s celebrado del escritor, Cien a?os de soledad, ha perdido inter¨¦s. Ya casi forma parte del ep¨ªlogo del libro. Camino a Acapulco, la playa m¨¢s cercana al DF, a poco m¨¢s de 400 kil¨®metros en carretera, el escritor colombiano cay¨® en la cuenta del estilo en el que ten¨ªa que empezar a escribir su novela m¨¢s ambiciosa. Se dio la vuelta sin pisar la arena ni ver el mar y se encerr¨® en una habitaci¨®n de su apartamento del DF a escribir compulsivamente. Vendi¨® el coche y dej¨® en manos de Barcha la precaria econom¨ªa familiar. De ser un escritor interesante y con talento, un meritorio al lado de otras figuras entonces m¨¢s conocidas como Mario Vargas Llosa o Julio Cort¨¢zar, Garc¨ªa M¨¢rquez pas¨® a ser una celebridad. Un hombre agasajado por la calle. Querido. Amado. Buscado. Esa fama, en ocasiones, le molestaba.
¡°Hay dos lugares que son estupendos: M¨¦xico, porque es una ciudad tan grande y tan compleja que ya no se sabe si estoy o no estoy. Entonces cuando voy a escribir me llevo mis maletas para M¨¦xico y me encierro all¨¢ y escribo tranquilamente all¨¢. Y, adem¨¢s, all¨¢ tengo mi biblioteca de trabajo. Y luego la costa, donde no me ponen ni cinco de bolas. Me saludan, me dicen y tal pero nadie se detiene a soltarme la filosof¨ªa¡±, le cont¨® un d¨ªa Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez al periodista barranquillero Ernesto McCausland.
La ciudad monstruosa en la que pod¨ªa esconderse aguarda hasta el lunes para despedirle como uno de los m¨¢s grandes. Aunque le fastidiara.
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