Democracia cad¨¢ver
Canfora publica 'El mundo de Atenas', un libro sobre el mito idealista de la Atenas democr¨¢tica El fil¨®logo italiano lamenta el fracaso de Europa frente al poder econ¨®mico mundial Especialista en el mundo griego, Canfora sostiene que el pasado ayuda a entender la actualidad
A sus 71 a?os, Luciano Canfora, fil¨®logo cl¨¢sico, historiador y ensayista italiano, sigue haciendo cada d¨ªa el trayecto entre la antig¨¹edad y el presente sin perder el aliento. Es m¨¢s, si uno queda con ¨¦l despu¨¦s de una de sus clases en la Universidad de Bari o en la de Bolonia, tiene que tener en cuenta que sus alumnos siempre intentan que haga un bis como si se tratase de un cantante de moda. Debe buena parte de su fama internacional a sus investigaciones sobre el mundo griego, pero sus publicaciones ¡ªm¨¢s de setenta¡ª demuestran que su mirada cr¨ªtica tambi¨¦n se detiene en Julio C¨¦sar, Gramsci o la pol¨ªtica italiana actual y su relaci¨®n ¡ªde dependencia¡ª con el verdadero poder.
PREGUNTA. Usted es uno de los m¨¢s importantes historiadores del mundo griego, pero a la vez un observador constante, y muy cr¨ªtico, de la situaci¨®n pol¨ªtica actual. ?C¨®mo hace para ir y venir de un mundo a otro?
RESPUESTA. Nunca he sentido que fuese una contradicci¨®n. Es m¨¢s, podr¨ªa responderle con las palabras de un gran fil¨®sofo italiano que se llamaba Benedetto Croce que dec¨ªa que ¡°toda la historia es contempor¨¢nea, porque vive dentro de nosotros. Nos ocupamos del pasado porque tiene que ver con lo que ocurre hoy¡±. Pero la respuesta correcta es que yo comenc¨¦ mi vida pensante partiendo de un ambiente familiar que era muy pol¨ªtico y me he dado cuenta de que la antig¨¹edad que me gusta tanto no es un cementerio, ni un museo de cera, es un campo de batalla, donde el enfrentamiento contin¨²a. Me parece obvio. El pasado es el inicio de tantas cosas. Si, por ejemplo, yo pretendiese entender la democracia de un punto en adelante no entender¨ªa nada. As¨ª que no es un capricho, sino una necesidad.
P. Una necesidad de investigar y una necesidad de contar. Usted empez¨® a publicar en 1968 ¡ªcon 26 a?os¡ª y sus escritos son ya m¨¢s de setenta¡
La antig¨¹edad no es un cementerio, ni un museo de cera, es un campo de batalla, donde el enfrentamiento contin¨²a
R. Al principio se escribe por b¨²squeda erudita. Me di cuenta de que hab¨ªa versiones contrapuestas del mismo hecho. Me gusta ver las variantes entre textos, tratar de confrontarlos y acercarme a lo que se llama la verdad. La verdad, que es una palabra gruesa, pero que tiene que estar en alguna parte, no puede no estar. Es como un hilo conductor ¨²nico a trav¨¦s del cual yo he de afrontar una b¨²squeda. Y ese hilo es exactamente el de la pol¨ªtica antigua, la relaci¨®n entre los hechos y la narraci¨®n de los hechos.
P. En El mundo de Atenas, uno de los ¨²ltimos libros suyos ¡ªjunto a La historia falsa¡ª que se han publicado recientemente en Espa?a, usted sostiene que en el tiempo del imperio ateniense no exist¨ªa ese mito, que esa idealizaci¨®n de Atenas viene despu¨¦s.
R. En su tiempo, Atenas no solo no era amada, sino que era odiada. El mito de Atenas comienza tarde, comienza ahora. Atenas al principio se convierte en una especie de universidad, un lugar donde hay muchos libros antiguos, las escuelas filos¨®ficas todav¨ªa funcionan, es el tiempo de Cicer¨®n. Es mucho despu¨¦s, podr¨ªamos decir que con la Revoluci¨®n Francesa, con la Ilustraci¨®n, cuando Atenas se vuelve a convertir en un modelo pol¨ªtico. Es considerada una ciudad rica, dedicada al comercio, simp¨¢tica. Montesquieu la amaba much¨ªsimo. Atenas se convierte en interesante para la Ilustraci¨®n digamos no jacobina. Durante la revoluci¨®n se hacen un l¨ªo enorme porque hablan de rep¨²blicas antiguas sobre el mismo plano, sin entender las diferencias. La reacci¨®n contra el modelo ateniense viene cuando comienza la Restauraci¨®n, y se empieza a decir: ¡°Nos hab¨¦is puesto como modelo una sociedad horrenda¡±. Por tanto, hay dos v¨ªas: una, la de los liberales radicales ingleses que pretenden que sea el precedente de whigs [el antiguo nombre del Partido Liberal Brit¨¢nico], y la otra, la de los conservadores alemanes, que dec¨ªan que Atenas era peor que la Tercera Rep¨²blica Francesa. Y ya se combate sobre tesis opuestas.
P. ?Qui¨¦n tiene m¨¢s raz¨®n?
R. Seguramente los conservadores alemanes, que ven el aspecto negativo de una sociedad fundada por una parte sobre el privilegio, la esclavitud escondida pero enorme, y por otra, sobre un poder popular controlado. Esta es la situaci¨®n al final del siglo XIX. Y se hace m¨¢s dram¨¢tica con la revoluci¨®n rusa. Un gran personaje, alumno de Maier, de los conservadores, que se llamaba Rosenberg (como el te¨®logo), dice: ¡°Atenas no es una sociedad comunista, es un Estado social en el que no se confisca la riqueza, sino que los ricos tienen que pagar para hacer funcionar la ciudad¡±. Atenas nos interesa por esto, porque es el primer experimento popular que no expropia, sino que utiliza, la riqueza para devolverla a fines sociales. Por otro lado, el pensamiento conservador o reaccionario dice: ¡°Atenas es el precedente de Lenin donde el poder de todos es el s¨®viet, y por tanto es un modelo horrible¡±. La l¨ªnea que idealiza Atenas es, por tanto, minoritaria.
El erudito comprometido
De Luciano Canfora, uno de los m¨¢s acreditados historiadores actuales del mundo griego, se han traducido ya en Espa?a algunos libros, que dan una idea de su agudeza cr¨ªtica y su amplitud de miras. Los mismos t¨ªtulos indican la variedad de temas: La biblioteca desaparecida, Ideolog¨ªas de los estudios cl¨¢sicos, Julio C¨¦sar: un dictador democr¨¢tico, Una profesi¨®n peligrosa. La vida cotidiana de los fil¨®sofos griegos, La democracia: historia de una ideolog¨ªa, Exportar la libertad, entre otros. Los dos que ahora comentamos ¡ªEl mundo de Atenas y La historia falsa¡ª muestran bien dos enfoques con temas diversos, muy caracter¨ªsticos de su tarea no solo como riguroso historiador del mundo cl¨¢sico griego, sino tambi¨¦n como un intelectual comprometido con nuestro tiempo. Canfora ha conjugado muy bien su perspectiva de base marxista con su agudeza filol¨®gica en la lectura de los textos de historiograf¨ªa, de los autores antiguos griegos y romanos y de los mejores historiadores modernos, atento siempre a advertir los prejuicios ideol¨®gicos declarados o latentes en unos y otros.
El mundo de Atenas es uno de sus libros mayores y, de acuerdo con su t¨ªtulo, analiza el momento de esplendor y la reiterada crisis de la democracia ateniense a trav¨¦s de los textos de Tuc¨ªdides y de Jenofonte y, muy a fondo, del panfleto ¨¢cido y an¨®nimo sobre la Constituci¨®n de los atenienses. Ese an¨¢lisis cr¨ªtico, magistralmente filol¨®gico, revela hasta qu¨¦ punto la idealizaci¨®n ret¨®rica de la ciudad igualitaria e imperial esconde otros aspectos, y fue muy criticado por los propios atenienses (en los autores citados por ejemplo). Resulta interesante contrastarlo con enfoques como los de Nicole Loraux en La invenci¨®n de Atenas y La ciudad dividida (ambos traducidos en Katz hace poco) para apreciar el terso y denso estilo de Canfora, que desvela y penetra el sentido m¨¢s aguzado y los finos matices de los textos. Es admirable su retrato de los grandes actores y los caracteres: de Pericles, Critias, Alcib¨ªades y Jenofonte, por ejemplo. Combina muy bien la lectura de los textos de historia, y no solo de los antiguos, con otros m¨¢s literarios ¡ªde Plat¨®n o de Arist¨®fanes¡ª. Y la perspectiva sobre el imperialismo ateniense y su agon¨ªa est¨¢ trazada con tanta claridad como precisi¨®n, con el estilo propio del verdadero historiador, que no solo recuerda los hechos, sino que al interpretarlos les reconoce ese dramatismo que nos conmueve a tanta distancia, porque no solo por su auge, sino a¨²n m¨¢s en su fracaso, percibimos la noble ideolog¨ªa y la arriesgada apuesta de la Atenas democr¨¢tica. Con sus l¨ªneas de sombra, con sus h¨¦roes ambiguos, el relato de esta etapa inolvidable acredita su magn¨ªfico empe?o, su valiente y esforzada agon¨ªa.
En La historia falsa y otros escritos se re¨²nen trabajos menores (en extensi¨®n) y de variada tem¨¢tica, muestras de la preocupaci¨®n cr¨ªtica de Canfora ante el agobiante momento de la pol¨ªtica europea. Comienza con varios art¨ªculos muy breves e incisivos sobre la Europa actual, bajo el r¨®tulo ir¨®nico '?Europa nos lo exige!', con t¨ªtulos tan significativos como 'El retorno de la esclavitud' y 'El beneficio no es el fin de la historia humana'. En el centro, La historia falsa analiza el final de Lenin y unas cartas de Gramsci desde la prisi¨®n de manera bastante extensa (p¨¢ginas 141-358). Antes y al final se insertan algunos ensayos cortos sobre el mundo antiguo de admirable agudeza.
Luciano Canfora. El mundo de Atenas. Traducci¨®n de Edgardo Dobry. Anagrama. Barcelona, 2014. 540 p¨¢ginas. 29,90 euros (electr¨®nico: 15,99 euros). / La historia falsa y otros escritos. Traducci¨®n de In¨¦s Campillo, Antonio Ant¨®n y Regina L¨®pez Mu?oz. Capit¨¢n Swing. Madrid, 2013. 406 p¨¢ginas. 21 euros.
P. Cuando habla de democracia, ?se refiere al mismo concepto que entendemos ahora?
R. Me gustar¨ªa que fuese as¨ª, pero no. Yo me refiero a lo que dec¨ªa el viejo Arist¨®teles. La democracia es el gobierno de los pobres, aunque no sean num¨¦ricamente la mayor¨ªa. El contenido de clase social cuenta para distinguir los sistemas pol¨ªticos. Un sistema pol¨ªtico en el que mandan, porque son la mayor¨ªa, los ricos no es una democracia, es una oligarqu¨ªa. Hasta hace pocos a?os ¡ªahora la crisis est¨¢ cambiando las cosas¡ª, en Italia las personas en buenas condiciones econ¨®micas constitu¨ªan una mayor¨ªa num¨¦rica del pa¨ªs. Arist¨®teles habr¨ªa dicho que ¡°son la oligarqu¨ªa¡± ¡ªesquem¨¢ticamente, porque lo puedes decir de una ciudad de 20.000 a 30.000 personas, no sobre un pa¨ªs de millones¡¡ª. Para m¨ª la democracia no es el hecho de que gobierne la mayor¨ªa despu¨¦s de hacer el recuento de votos, es el Estado social, el hecho de que quienes no poseen la riqueza cuenten en la vida pol¨ªtica y tengan el modo de hacerlo.
P. Teniendo esto en cuenta, ?entonces ahora en qu¨¦ sistema vivimos?
R. Ni en la historia ni en la historia pol¨ªtica, nada permanece firme. Estamos asistiendo a un cambio important¨ªsimo. El andamiaje es igual y sigue en pie ¡ªel Parlamento, las elecciones...¡ª y aparentemente se sigue discutiendo sobre las leyes electorales, las coaliciones¡ Pero la realidad es que se ha desarrollado y consolidado un fort¨ªsimo poder supranacional, no electivo, de car¨¢cter tecnocr¨¢tico y financiero que tiene en los organismos europeos los instrumentos para gobernar toda la comunidad, dando a un pa¨ªs m¨¢s importante que los dem¨¢s, Alemania, el papel de dictar las reglas. Uno podr¨ªa decir, por tanto, que la democracia ha muerto, que solo permanece el cad¨¢ver que camina ¡ªse hacen elecciones, leyes¡¡ª, porque quien decide realmente lo hace sin contar con un parlamento.
P. ?Qui¨¦n decide entonces?
R. Una oligarqu¨ªa fundada sobre los intereses de grandes grupos financieros, que son el verdadero poder. Comparada con ellos, la familia Agnelli, por poner un ejemplo, es una familia de mendigos, no pobres, pero cuentan poco y nada. Los grandes grupos financieros que tienen un poder mundial e ilimitado pueden decidir el destino de todos. El Parlamento Europeo que elegiremos en mayo es un seminario universitario, no tiene ning¨²n poder real, solo aquel de crear una clase de par¨¢sitos muy bien pagados, precios¨ªsimos para el sistema, porque sirven para hacer ver que existe un parlamento y que Europa no es completamente antidemocr¨¢tica. Por eso les pagan tanto. Porque uno compra una persona si le da 10.000 euros al mes.
P. Pero si este retrato descarnado es cierto, ?cu¨¢l es la salida?
R. Dir¨¦ algo que igual parece anacr¨®nico, pero en la situaci¨®n actual de las cosas el ¨²nico lugar en el que se puede explicar el mecanismo democr¨¢tico es el Estado nacional. Porque tiene la medida en la que las clases contrapuestas pueden contar. Hoy el conflicto de tipo sindical de cualquier pa¨ªs es totalmente irrelevante, porque no tiene o¨ªdos que lo escuchen, solo dentro del Estado nacional. As¨ª que o se cambia de ra¨ªz el pacto constituyente o cada uno se salvar¨¢ a s¨ª mismo saliendo antes o despu¨¦s. Creo que ser¨ªa mejor la primera soluci¨®n, que se haga con esp¨ªritu de justicia y se transforme en algo en el que todos se reconozcan, no solo los poderosos.
P. Y mirando el panorama de la pol¨ªtica actual, ?qui¨¦n cree usted que puede acometer una obra de tal magnitud?
R. El momento es p¨¦simo. Hace diez a?os yo estaba convencido de que los partidos socialistas tendr¨ªan un gran futuro. En Alemania estaba el Gobierno socialdem¨®crata; en Espa?a, tambi¨¦n; en Italia, de vez en cuando aparec¨ªa algo as¨ª; tambi¨¦n en Grecia¡ Parec¨ªa que, por una parte, Europa reconoc¨ªa la necesidad de convertirse en una comunidad m¨¢s grande y, por otra, una fuerza hist¨®ricamente supranacional como el socialismo hab¨ªa alcanzado la direcci¨®n pol¨ªtica adecuada. Pero no ha sido as¨ª. Y esto, ?qu¨¦ nos ense?a? Nos ense?a sobre todo que cuando llega una crisis terrible no somos capaces de dar una respuesta justa, que cada uno ha pensado en lo suyo y que no se ha conseguido contener a los poderes financieros. Un pensador liberal, Benjamin Constant, escribi¨® que la libertad de los antiguos era opresiva, que prefer¨ªa la libertad de los modernos. La riqueza es m¨¢s fuerte que el gobierno. Y es verdad, ¨¦l lo dice con entusiasmo, yo no, pero es cierto, los partidos socialistas no han sido capaces de plegar a la utilidad social el capital financiero. No era tampoco una empresa f¨¢cil. Pero no creo que haya alternativas al intento de volver a traer al movimiento socialista a los fines para los que naci¨®.
P. Usted ¡ªno hay m¨¢s que ver el entusiasmo que suscita entre sus alumnos¡ª le ha dado un papel importante en su vida a la docencia. ?C¨®mo est¨¢ la ense?anza en Italia?
R. Una respuesta brev¨ªsima. El salario del profesor italiano es una quinta parte del salario del profesor alem¨¢n. De aqu¨ª viene todo, viene la desmotivaci¨®n, la calidad escasa. Porque, ?qui¨¦n sale de la universidad para trabajar de maestro? Se puede decir que en la escuela terminan o los idealistas ¡ªy no son pocos y los admiro¡ª o, sobre todo, una gran masa totalmente desmotivada y con una preparaci¨®n pobre. En Italia m¨¢s que en otros lugares las cuentas del Estado penalizan a la escuela. Ni en Francia ni en Alemania sucede esto. Y es grave que Italia haya hecho esta elecci¨®n porque si la escuela va mal, en diez a?os todo ir¨¢ mal.
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