Sant Jordi lancea la crisis
La jornada, que sac¨® a media Catalu?a a las calles, mostr¨® un ligero incremento de ventas Almudena Grandes y Jonas Jonasson fueron los triunfadores
Sant Jordi, la fiesta del libro catal¨¢n, jugaba ayer al empate: con las ventas del pasado a?o (18,4 millones de euros) ya le val¨ªa. Por eso, la victoria, aunque por la m¨ªnima (no hay a¨²n cifras oficiales, pero podr¨ªa moverse entre un imperceptible incremento hasta un 3%, tras a?os de descenso y posterior estancamiento), sent¨® ayer en el sector como la mayor de las proezas, euforia a la que ayud¨® un tiempo soleado y con el punto justo de calor que permiti¨® pasear (apretujadamente, eso s¨ª) y saborear los primeros helados.
La jornada empez¨® calentita y no solo por la temperatura, cuando apenas una veintena de trabajadores fijos de la FNAC-Triangle, mayormente alineados con la CGT (minoritaria en la empresa) lograron boicotear durante todo el d¨ªa las firmas de autores en la gigantesca carpa de la cadena cultural en la plaza de Catalu?a. A¨²n as¨ª, quiz¨¢ por la sensaci¨®n de que un d¨ªa es un d¨ªa, los ciudadanos olvidaron esa huelga y la que fruto de la crisis llevan haciendo ante las librer¨ªas y se animaron un poco m¨¢s a comprar. El resultado fue, tambi¨¦n a la espera de cifras m¨¢s exactas los pr¨®ximos d¨ªas, que la nueva novela de Jonas Jonasson, La analfabeta que era un genio de los n¨²meros, fue la gran triunfadora de la jornada: en catal¨¢n, fue la m¨¢s vendida en ficci¨®n y en castellano, editado por Salamandra, la segunda. En el primer caso, de ratificarse, ser¨ªa el tercer a?o consecutivo que un libro editado por La Campana, dirigida por Isabel Mart¨ª, se alzar¨ªa como libro m¨¢s vendido, tras el primer Jonasson hace dos a?os (El abuelo que salt¨® por la ventana y se larg¨®) y el Victus de Albert S¨¢nchez Pi?ol, sobre la ca¨ªda de Barcelona en 1714.
La diversidad de t¨ªtulos y un reparto muy justo ¡®camufl¨®¡¯ las ventas de Gabo
Una Almudena Grandes plet¨®rica con Las tres bodas de Manolita, cuarta entrega de sus particulares Episodios Nacionales sobre la guerra civil espa?ola que a las nueve de la noche segu¨ªa generando espectaculares colas, se alz¨® como la obra m¨¢s adquirida en castellano. ¡°Hay un tufo, la gente sospecha que las cosas fueron as¨ª; intento explicar una historia que ha sido tergiversada¡±, pon¨ªa como argumentos la diminuta y aparentemente fr¨¢gil Pilar Urbano para explicarse que el libro de ensayo m¨¢s vendido en castellano fuese su La gran desmemoria (Planeta) sobre el 23-F, donde defiende la pol¨¦mica tesis de que Su¨¢rez sab¨ªa que el Rey estaba implicado en el golpe de Estado.
La jornada, am¨¦n de muy buenas ventas de las obras de Isabel Allende (El juego de Ripper), Julia Navarro (Dispara yo ya estoy muerto) o Joe Dicker (La verdad sobre el caso Harry Queber), entre otros, proporcion¨® otros dos vencedores latentes. Por un lado, los libros del recientemente fallecido Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez: el hecho de que aparecieran de una vez seis de sus t¨ªtulos y de que, a pesar de que se tiraran casi 200.000 ejemplares, Penguin Random House los distribuyera con poco margen en el marco de la festividad de Semana Santa provocaron que, si bien se agotaran en muchas librer¨ªas, no alcanzaran la visibilidad de los rankings. Un fen¨®meno parecido de venta ocurri¨® con los libros relacionados con el Tricentenario de la Guerra de 1714 y con los t¨ªtulos vinculados al proceso soberanista. En este caso, el alud y diversidad de la oferta, que ya fue un tema recurrente el a?o pasado, difuminaron su presencia medi¨¢tica, aunque las ventas fueran notables.
El alud de fotos y la firma de im¨¢genes sacadas de internet, la ¨²ltima moda
La jornada ciudadana dej¨® tambi¨¦n diversos aspectos socioculturales notables. Por un lado, la consolidaci¨®n de la presencia de autores internacionales, cada vez en mayor n¨²mero (debuts de Frederick Forsyth, Philip Kerr, Mark Z. Danielewski...) que piden a sus editores venir o, incluso, se muestran ansiosos por repetir (tercer a?o de Donna Leon; s¨¦ptima vez que lo ha hecho Federico Moccia...). Por otro, un fen¨®meno cada vez m¨¢s al alza: la locura por fotografiarse con el autor (¡°estoy pensando en cobrar el a?o que viene 50 c¨¦ntimos¡±, aseguraba Eduardo Mendoza, o hacerle firmar al autor ¡°una foto que han sacado de Internet¡±, constat¨® Enrique Vila-Matas, de una moda que ya ha visto en Praga. Sant Jordi da para todo.
Babelia
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