Mario Bunge: ¡°Hoy d¨ªa la ciencia asusta tanto a la izquierda como a la derecha¡±
Uno de los pensadores contempor¨¢neos m¨¢s destacados, reflexiona sobre la educaci¨®n,la econom¨ªa, la comunicaci¨®n e Internet El premio Pr¨ªncipe de Asturias de Humanides opina que "la b¨²squeda de informaci¨®n hace que todo sea m¨¢s r¨¢pido, pero obstaculiza la creatividad y la imaginaci¨®n"
Mario Bunge (Buenos Aires, 1919), es ¡°un fil¨®sofo de la ciencia curioso¡±. Estudiante primero de f¨ªsica y luego de filosof¨ªa, doctorado con una tesis sobre cin¨¦tica del electr¨®n relativista, fue profesor en Argentina, de donde emigr¨® por motivos pol¨ªticos en 1963. Tras pasar tres a?os dando clase en varios pa¨ªses, en 1965 lleg¨® a Canad¨¢. En la universidad McGill de Montreal ense?¨® y hoy sigue siendo profesor em¨¦rito. Bunge visita Madrid de paso para G¨¦nova porque, subraya, ¡°de all¨ª es mi se?ora¡±. En G¨¦nova pasar¨¢ dos meses, corrigiendo la versi¨®n inglesa de sus memorias: ¡°Voy viendo que hay pasajes muy locales que quiero cambiar. Espero publicarlas en septiembre¡±.
Ser¨¢n las memorias de un l¨²cido testigo del siglo XX, un observador atento de la realidad analizada bajo el prisma materialista que le define, combatiendo las escuelas filos¨®ficas ¡°que no ayudan a buscar la verdad¡±, las doctrinas que anulan al ser humano y, de paso, las falsas ciencias, de la homeopat¨ªa al psicoan¨¢lisis, siempre con grandes dosis de raz¨®n y de humor. Premio Pr¨ªncipe de Asturias de Humanidades y Comunicaci¨®n en 1982, sus libros est¨¢n publicados en Espa?a por Gedisa y por Laetoli.
Algunas obras clave
Tecnolog¨ªa, ciencia y filosof¨ªa (1963).
Seudociencia e ideolog¨ªa (1985).
Crisis y reconstrucci¨®n de la filosof¨ªa (2002).
Intuici¨®n y raz¨®n (2005).
Tratado de filosof¨ªa (2008).
Las seudociencias, ?vaya timo! (2010).
Pregunta. ?Puede haber filosof¨ªa fuera de la ciencia?
Respuesta. Puede. La mayor parte de los fil¨®sofos no saben nada de ciencia, pero est¨¢n varios milenos atrasados y no pueden profundizar en cuestiones importantes, que han sido ya respondidas por la ciencia, como por ejemplo qu¨¦ es la vida, la psique, la justicia¡
P. Usted ha dicho que la ciencia y la t¨¦cnica son los motores del desarrollo ?C¨®mo est¨¢ afectando la crisis a la producci¨®n de conocimiento?
R. De una doble manera. Primero se han reducido en casi todas partes los fondos para la investigaci¨®n y, segundo, hay una crisis ideol¨®gica y hoy la ciencia asusta tanto a la izquierda como a la derecha. Antes los ¨²nicos enemigos de la ciencia estaban en la derecha; hoy hay muchos izquierdistas que confunden la ciencia con la t¨¦cnica y creen que es ante todo una herramienta en manos de las grandes empresas.
P. ?Aprenderemos algo de esta crisis?
R. Los golpes no ense?an nada, no creo que aprendamos de esta crisis, sobre todo si los gobiernos siguen pidiendo consejo a los economistas que contribuyeron a crearla, a los partidarios de pol¨ªticas sin regulaci¨®n.
P. Usted ha dicho que la t¨¦cnica, a diferencia de la ciencia b¨¢sica pero a semejanza de la ideolog¨ªa, no siempre es moralmente neutral ni por lo tanto socialmente imparcial. ?Cu¨¢l es su juicio global sobre la actual expansi¨®n de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y sus aplicaciones?
R. Todo avance t¨¦cnico tiene aspectos positivos y negativos, desde el tel¨¦fono celular al iPad, que han facilitado la adquisici¨®n de informaci¨®n pero est¨¢n destruyendo la sociedad, que se est¨¢ aislando cada vez m¨¢s. Est¨¢n teniendo un efecto desolador, por ejemplo se leen menos libros cada vez. Antes los estudiantes dedicaban 25 horas semanales a estudiar, pero ahora ya son 15 y dentro de unos a?os ser¨¢n 10 o 5. Las bibliotecas est¨¢n vac¨ªas.
P. ?El avance y la facilidad de la comunicaci¨®n es positivo para la investigaci¨®n?
R. La b¨²squeda de informaci¨®n hace que todo sea m¨¢s r¨¢pido, pero obstaculiza la creatividad y la imaginaci¨®n. Antes, cuando uno no encontraba algo en la biblioteca ten¨ªa que inventarlo o reinventarlo, exig¨ªa m¨¢s esfuerzo, ahora se exige menos y eso no es bueno.
P. En la biolog¨ªa contempor¨¢nea hay una fuerte tendencia a la genomizaci¨®n que lleva al determinismo gen¨¦tico. ?Qu¨¦ opina de ello?
R. Los bi¨®logos aut¨¦nticos no son deterministas gen¨¦ticos. Hoy se habla de epigen¨¦tica, el estudio de las transformaciones que va sufriendo el genoma por la acci¨®n del ambiente. Se cre¨ªa que el genoma estaba blindado contra el ambiente pero hoy sabemos que puede combinarse qu¨ªmicamente y que esas mutaciones pueden heredarse. Sabemos que una rata separada de su madre tendr¨¢ una progenie socialmente inadaptada.
P. ?Es una nueva forma de determinismo gen¨¦tico?
R. No, no es determinismo. Hay dos determinantes, los genes y la experiencia. Es como preguntar qu¨¦ longitud tiene una cancha de f¨²tbol. Lo que importa no es solo la longitud, es tambi¨¦n la anchura, el ¨¢rea, lo mismo pasa con lo heredado y lo aprendido. Es in¨²til nacer con una gran carga gen¨¦tica si se nace en un desierto, un desierto cultural o pol¨ªtico que haga imposible la b¨²squeda de ideas nuevas.
P. Cajal, con cierta iron¨ªa, escribi¨® que el ser humano tiene una gl¨¢ndula de creer que se va extinguiendo poco a poco pero que a¨²n sigue presente. ?Qu¨¦ opina usted del auge de las falsas ciencias?
R. Hay algo parad¨®jico. Cuanto mayor es la educaci¨®n de una persona tanto m¨¢s dispuesta esta a creer en seudociencias, porque se entera de su existencia. La paradoja es que la educaci¨®n, tal y como est¨¢, en vez de hacer que la gente piense en forma cient¨ªfica hace que se vuelva m¨¢s supersticiosa. Es muy com¨²n encontrar especialistas cient¨ªficos que se hacen tratar por psicoanalistas o por home¨®patas.
Se ense?an ideas, pero no a discutirlas; la ense?anza sigue siendo dogm¨¢tica¡±
P. ?Qu¨¦ se puede hacer?
R. Hay que cualificar la manera de ense?ar, que sigue siendo muy dogm¨¢tica. Se ense?an ideas pero no se ense?a a discutirlas. La finalidad de la educaci¨®n es educar, no evaluar. Claro que necesito saber si el trabajo ha sido eficaz o no, hace falta alguna manera de evaluar, pero no con los ex¨¢menes, que solo valoran la memoria y hacen que el proceso de aprendizaje sea aterrador en vez de ser agradable y hasta excitante.
P. Hay un cierto rechazo actual de la sociedad hacia la ciencia, en cuestiones como las vacunas. ?A qu¨¦ se debe?
R. Es parte de la rebeli¨®n de los ineducados. Hay dos clases de rebeldes, los que saben algo y los que no saben nada y se rebelan contra todo y creen que todos los organismos del Estado, incluso las escuelas, son parte de una conspiraci¨®n para dominar a la gente. Es la noci¨®n del saber entendido solo como un arma pol¨ªtica. Se puede utilizar como arma pol¨ªtica, pero la ciencia tiene una finalidad, estimular y satisfacer la curiosidad.
P. ?Qu¨¦ les dir¨ªa a quienes consideran que la historia, la sociolog¨ªa o la psicolog¨ªa no son ciencias?
R. La historia es mucho m¨¢s cient¨ªfica que la cosmolog¨ªa. El buen historiador busca y da evidencia de prueba, a diferencia de los cosm¨®logos fantasistas, como Hawking. La historia es la m¨¢s cient¨ªfica de las ciencias sociales.
P. ?Y la econom¨ªa?
R. Es una semiciencia.
P. ?C¨®mo imagina el mundo en el 2050?
R. No me animo, no soy profeta. Puede que siga degrad¨¢ndose, puede ser que encuentre un camino m¨¢s razonable. En este momento la situaci¨®n mundial est¨¢ muy mal, el mundo est¨¢ dominado por un imperio, como lo estaba el mundo mediterr¨¢neo a final del imperio romano, y ese imperio se est¨¢ expandiendo.
P. ?Ser¨¢ m¨¢s r¨¢pida la ciencia resolviendo problemas, como la degradaci¨®n ambiental, por ejemplo, o la degradaci¨®n correr¨¢ m¨¢s?
R. El mito moderno es que las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n nos van a salvar, que mejorar¨¢n la sociedad y salvar¨¢n la naturaleza, pero es un mito completo. Con un ordenador no se cultiva el trigo, aunque conviene que el tractor tenga reguladores electr¨®nicos, pero los grandes avances en la agricultura se deben a la gen¨¦tica y a la ingenier¨ªa, que ha construido m¨¢quinas mejores.
P. Entonces, ?se atreve a hacer un pron¨®stico?
R. Me dan rabia los profetas porque confunden sus deseos con las posibilidades. Para hacer predicciones hacen falta leyes y no tenemos leyes de evoluci¨®n de la sociedad.
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