¡°Sigo buscando la prenda perfecta¡±
La dise?adora Sybilla recupera la firma que lleva su nombre y vuelve a la moda
Aclamada como la heredera estil¨ªstica de Balenciaga, Sybilla Sorondo (Nueva York, 1963) se alej¨® de la moda cuando sinti¨® que hab¨ªa perdido el control de lo que hab¨ªa creado. Necesitaba reinventarse. Vivi¨® entre Madrid y Mallorca, entregada a proyectos relacionados con la agricultura, la educaci¨®n y la sostenibilidad. Ahora ha recuperado la firma que lleva su nombre. Nuevos vestidos de la gama crom¨¢tica que marc¨® su estilo y una l¨ªnea que muchas de sus seguidoras identificar¨ªan a ciegas cuelgan ya de los burros en su estudio madrile?o. Sybilla ultima una peque?a colecci¨®n que se vender¨¢ en algunas tiendas del mundo pero no quiere precipitarse. De momento recuperar¨¢ los dise?os a medida. Hace un mes se le concedi¨® la medalla de las Bellas Artes ¡ª¡°Considero que no es solo para m¨ª sino para todos los que llevan trabajando conmigo todos estos a?os¡±¡ª y da los ¨²ltimos retoques a una exposici¨®n retrospectiva por encargo de Olivier Saillard, director del Museo Galliera de Par¨ªs, santuario de la alta costura. Fue ¨¦l quien propici¨® su reconciliaci¨®n con la profesi¨®n. Solo un nombre espa?ol, el de Sybilla, figur¨® entre los elegidos por Saillard, junto a Karl Lagerfeld para Chanel o John Galliano para Dior, en la muestra Historia ideal de la moda contempor¨¢nea.Rodeada de patrones y frente a una taza de t¨¦, nuestra dise?adora m¨¢s aplaudida mundialmente reflexiona sobre lo ocurrido en estos casi nueve a?os de ausencia.
Pregunta. ?Por qu¨¦ vuelve a la moda?
Respuesta. Hace nueve a?os se vendi¨® una gran parte de la empresa y las marcas y se cedi¨® la gesti¨®n. Estaba cansada y ten¨ªa problemas de salud, la empresa ten¨ªa ya un tama?o dif¨ªcil de manejar. Se podr¨ªa decir que la operaci¨®n no sali¨® bien, aunque en realidad fue una bendici¨®n ya que al romperse la relaci¨®n con la direcci¨®n, al no cumplirse los compromisos y por desacuerdos varios, pude finalmente tomar otro camino. Viv¨ª fuera, viaj¨¦ mucho, me involucr¨¦ en otros proyectos relacionados con agricultura, sostenibilidad y educaci¨®n, mis otras pasiones desde hace tiempo. Conoc¨ª gente incre¨ªble y tuve la suerte de poder colaborar con ellos.
P. ?C¨®mo logr¨® recuperar la propiedad de la firma?
La empresa vuelve a estar bajo nuestro control y empieza una nueva fase
R. Pele¨¦ legalmente por recuperar la empresa y perd¨ª varias veces, eso fue otra aventura y un gran aprendizaje. Ha sido una larga partida de ajedrez con final feliz. Hoy finalmente la empresa vuelve a estar bajo nuestro control y empieza una nueva fase. Nunca he dejado de hacer ropa y de disfrutarlo. Segu¨ª trabajando con Jap¨®n. Seguramente durante estos a?os me he divertido m¨¢s visti¨¦ndome que en todos los a?os anteriores. La ropa volvi¨® a ser para m¨ª un lenguaje, un juego m¨¢s que un trabajo. Como mujer s¨¦ hasta qu¨¦ punto una buena prenda te puede dar fuerza y seguridad o alegrarte un d¨ªa gris.
P. ?Por qu¨¦ esa fidelidad con Jap¨®n? ?Entienden mejor sus dise?os?
R. Mi relaci¨®n con Jap¨®n va mas all¨¢ de las relaciones contractuales o los acuerdos financieros. Son mis socios desde hace m¨¢s de 20 a?os y hay muchos puntos de venta de cada marca, son como de la familia. Hay un gran sentido de fidelidad mutuo y de apoyo. Trabajar en Jap¨®n es un gran ejercicio, algo as¨ª como hacer m¨²sculo en un mundo de la moda m¨¢s competitivo y real.
P. ?Dise?ar¨ªa para otra firma?
R. He tenido muchas ofertas en estos a?os y me he sentido tentada de aceptar. Mi apuesta fue que alg¨²n d¨ªa cercano recuperar¨ªa el control de nuestra marca y prefiero poner mi energ¨ªa all¨ª donde pueda actuar con m¨¢s libertad, pero he hecho colaboraciones y las he disfrutado much¨ªsimo.
Tuve que dejar de identificarme con algo que llevaba mi nombre
P. Nunca quiso que su firma se usara para producir ¡°ropa sin alma¡±. Al marcharse, las colecciones no ten¨ªan nada que ver con su estilo. ?C¨®mo ha vivido el desmantelamiento de lo que parec¨ªa una filosof¨ªa de la moda?
R. Fue un gran ejercicio de ego ver morir lo que hab¨ªamos construido con tanto esfuerzo y cari?o: el equipo, el taller, la pasi¨®n, la delicadeza, la exquisitez... Yo que fui siempre tan perfeccionista y controlona tuve que aprender a soltar y dejar de identificarme con algo que llevaba mi nombre. Siempre hab¨ªa cuidado cada detalle, cada gesto, cada matiz.
P. ?Por qu¨¦ cerr¨® la tienda en Madrid y m¨¢s recientemente la de Jocomomola?
R. No ten¨ªa poder de decisi¨®n ni opci¨®n de opinar. Se cerr¨® la tienda del Callej¨®n de Jorge Juan y as¨ª al menos se dejaron de vender cosas que me avergonzaban. Lo de Jocomomola dur¨® m¨¢s tiempo y fue triste ver en lo que se convirti¨®. Mi primer gesto al recuperar la empresa ha sido cerrar la tienda que se abri¨® y poner la marca a dormir. Quiz¨¢s despierte renovada.
P. Las tendencias se han decantado hacia los extremos, o muy caro o muy cutre.
R. La moda tom¨® una direcci¨®n que no me motivaba, demasiado petardeo, manipulaci¨®n de los consumidores, dictaduras de las grandes marcas, falta de criterios y de valores. Todo muy banal y por el negocio. No me sent¨ªa capaz de montarme en ese tren, no me interesaba. Pero hoy creo que esa tendencia ha ido tan lejos que quiz¨¢s vuelve a haber lugar para proyectos originales hechos de otra manera. S¨¦ que no es f¨¢cil. No tengo nada en contra del lado superficial e industrial de la moda pero me gustar¨ªa poder encontrar un poco m¨¢s de emoci¨®n y oficio.
P. ?Qu¨¦ le impulsa a hacer ropa?
R. Me encanta hacer ropa. Busco prendas c¨®modas para correr por la vida o sentirme favorecida para salir a cenar, y sufro del cl¨¢sico ¡°no tengo nada que ponerme¡± aunque el armario est¨¦ lleno. Ahora, como entonces, esto es un motor para buscar cosas nuevas y ponerme a jugar frente al espejo. No he dejado de darle vueltas durante estos a?os y creo haber encontrado unos cuantos buenos hallazgos que estoy deseando compartir. Sigo buscando la prenda perfecta. Por otro lado, est¨¢ el trabajo de investigaci¨®n y de vol¨²menes con los patronistas que, a veces, ya son malabarismos. Se parece m¨¢s a hacer esculturas flexibles en tela, desvar¨ªos y disparates, vol¨²menes nuevos que se van modelando hasta encontrar el punto de equilibrio entre sorpresa, elegancia, sensualidad y funcionalidad. Creo que mi trabajo es el resultado del baile entre estos dos aspectos de m¨ª misma.
Sufro del cl¨¢sico "no tengo nada que ponerme" aunque el armario est¨¦ lleno
P. En una entrevista dec¨ªa que a veces hay que subirse a una monta?a o irse al desierto para recuperar la cordura, para despertar ?siente que ha sido as¨ª?
R. Desde luego, tomar distancia y participar en otros proyectos que consideraba realmente importantes me ha dado perspectiva y sentido y me ha ayudado a conocerme mejor. Pero mi m¨¦todo de trabajo no ha cambiado mucho, sigo siendo hiperproductiva, consumo mucho tiempo y esfuerzo. Disfruto trabajando con personas a las que quiero y ri¨¦ndome, improvisando mucho, volvi¨¦ndome loca con los detalles, y sorprendi¨¦ndome con los resultados. Sin embargo, he aprendido una lecci¨®n: el cuidado de m¨ª misma.
P. Ha pasado casi una d¨¦cada con proyectos en Mallorca...
R. Los proyectos de Mallorca, ya sean de agricultura, educaci¨®n, de transformaci¨®n personal o sostenibilidad me han servido para poder ver cambios a peque?a escala que me llenan de esperanza. Busco otra manera de hacer las cosas, no solo en ropa, cosas que funcionen y hagan la vida mejor. Durante los ¨²ltimos 15 a?os, a trav¨¦s de Poc a Poc, un grupo de amigos que trabaja para convertir utop¨ªas en realidades, hemos tra¨ªdo a personas inspiradoras a la isla a compartir sus ideas y a dejar sus semillas. Muchas de ellas han florecido en proyectos sorprendentes. Tenemos un centro en la Sierra de la Tramontana, un lugar m¨¢gico, donde viene gente a tener experiencias de intercambio de trabajo y vivir en comunidad, y donde se imparten cursos de agricultura, artesan¨ªa, econom¨ªa y otros temas que puedan ayudar a transformar la sociedad de alguna manera.
P. ?Cu¨¢l ser¨¢ su agenda a partir de ahora?
R. Lo primero est¨¢ siendo volver a montar los equipos con el nivel de excelencia que tuvieron, juntando gente de antes y nueva gente joven. Estamos preparando una peque?a colecci¨®n que, para empezar, se vender¨¢ en unas pocas tiendas del mundo y estamos empezando t¨ªmidamente a volver a hacer medida y abriremos pronto un sal¨®n en Madrid. Sobre una futura tienda, ya veremos, hay unas cuantas ideas extravagantes en el aire. Estamos considerando posibles socios, inversores y licencias para empezar proyectos m¨¢s ambiciosos pero no me quiero dar prisa. Estoy muy agradecida por todo el apoyo que estamos recibiendo.
P. ?C¨®mo vivi¨® el impacto de la exposici¨®n en el Museo de Artes Decorativas de Par¨ªs en 2010?
Fue un gran ejercicio de ego ver morir lo que hab¨ªamos creado.
R. Fue parte del remolino que me volvi¨® a traer a la moda cuando ya estaba dedicada a otras cosas. Olivier Saillard, el comisario de la exposici¨®n y hoy director del Museo Galliera de Paris, vino a Madrid y recorrimos nuestros archivos. Fue como un viaje en el tiempo y, de alguna manera, me reconcili¨® con mi profesi¨®n. Puso una gran cantidad de prendas en la exposici¨®n y esto atrajo el inter¨¦s y un mont¨®n de conexiones. Ahora se est¨¢ trabajando en una exposici¨®n m¨¢s grande.
P. Sus hijos, de 18 y 21 a?os, se identifican con la moda.
R. Volver a poner en marcha una empresa al mismo tiempo que mis hijos salen al mundo con sus propios proyectos es una inspiraci¨®n y una gran motivaci¨®n. Cada uno tiene su estilo y sus ideas propias. Tienen intereses variados (hacen m¨²sica, pel¨ªculas, longboard, agricultura), pero tambi¨¦n tienen mucho criterio a la hora de opinar sobre mi trabajo y el futuro de la empresa. Tengo gran admiraci¨®n y respeto por ellos. Quiz¨¢s a trav¨¦s de ellos empiecen las l¨ªneas de hombre pronto y traigan nueva energ¨ªa al negocio, nunca se sabe.
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