'Silicon Valley' se deja querer
Silicon Valley parece un lugar maravilloso. California. Buen clima. Riqueza. Fiestas. Gente lista. Gente guapa. Cerca de la maravillosa San Francisco. Un para¨ªso para trabajar. All¨ª est¨¢n las grandes compa?¨ªas tecnol¨®gicas como Microsoft, Apple, Facebook, Google, HP, Yahoo, Youtube, etc... Y miles de peque?as empresas que tratan de hacerse un hueco con todo tipo de ideas. All¨ª cualquiera tiene una idea para una aplicaci¨®n "revolucionaria" para el m¨®vil, desde el reponedor del supermercado hasta el millonario aburrido. En Palo Alto, el n¨²mero de desarrolladores e inform¨¢ticos por metro cuadrado es incalculable. Mike Judge (creador de series como Beavis y Butt-Head o El rey de la colina) y la HBO han visto un fil¨®n de historias y situaciones que satirizar en este vivero de nerds tecnol¨®gicos y han apostado por llevarlo a una comedia de situaci¨®n, Silicon Valley, que, a mitad de la emisi¨®n de su primera temporada (en Espa?a en Canal + Series) de ocho cap¨ªtulos ya tiene confirmada una segunda. Silicon Valley puede costar un poco al principio, pero se deja querer...
El punto de partida es Richard (Thomas Middleditch), un programador que, casi por casualidad, crea un algoritmo de comprensi¨®n de datos que podr¨ªa revolucionar el mundo digital e Internet. Dos empresarios multimillonarios se interesan por su proyecto. Uno (Mat Ross) quiere pagarle 10 millones de d¨®lares para hacerse con el producto. Otro (Christopher Evan Welch, que falleci¨® el pasado diciembre de un c¨¢ncer de pulm¨®n durante el rodaje) le ofrece ser socios y trabajar para que Richard sea capaz de crear su propia empresa. Richard debe elegir. Una elecci¨®n de la que depende tambi¨¦n su grupo de amigos y colaboradores.
La serie est¨¢ en un punto intermedio, lejano y salvando las distancias, entre Los inform¨¢ticos (aunque sea por la sinton¨ªa de la cabecera), The Big Bang Theory (grupo de amigos nerds con dificultades para relacionarse socialmente de forma normal y cuyas conversaciones giran alrededor de los temas que dominan y tres cuartas partes de los chistes tienen que ver con su entorno) y, la m¨¢s cercana, El s¨¦quito. Con esta ¨²ltima cambiamos Hollywood por Palo Alto, las estrellas del cine por los grandes "creadores" tecnol¨®gicos, las compa?¨ªas por los estudios, las fiestas en las piscinas por las fiestas en las piscinas con actuaciones musicales e igualamos a sus protagonistas: un grupo de amigos que quieren triunfar haciendo lo suyo, todos hombres (de momento la presencia femenina es m¨ªnima, aunque detr¨¢s de las c¨¢maras son varias las directoras), cada uno con su peculiaridad (el triunfador, el pesado, el m¨¢s listo, el que no hace nada...).
Pero con Silicon Valley hay que pasar de los dos primeros cap¨ªtulos para ir m¨¢s all¨¢ de las bromas del sector (algunas solo las entender¨¢n los nerds, dicho con cari?o) y para empatizar con los personajes. Por supuesto, las referencias a los grandes gur¨²s como Steve Jobs ("?te has vestido como Jobs?", le pregunta Richard a uno de sus compa?eros, vestido con un jersey negro de cuello alto, cuando las cosas empiezan a ir bien) son constantes, desde el cartel de la serie (que abre este post) hasta la ¨²ltima l¨ªnea de di¨¢logo.
Uno de los aciertos, aparte del conocimiento del "medio ambiente" tecnol¨®gico, es el reparto. Thomas Middleditch, cuya vis y faz c¨®mica recuerdan al gran Marty Feldman, lo borda como programador retra¨ªdo que tiene que aprender a negociar con grandes empresarios y dirigir una empresa. El fallecido Christopher Evan Welch (rod¨® hasta el quinto cap¨ªtulo, veremos c¨®mo lo resuelven en la ficci¨®n) es inquietante como el millonario gur¨² fil¨¢ntropo que quiere unirse a la empresa como socio. Del grupo de amigos y compa?eros de trabajo destacan T. J. Miller como el desagradable, pero imprescindible por su carisma, socio de Richard y Zach Woods, el listo pero con poca personalidad ("mi nombre de verdad es Donald pero el jefe un d¨ªa me llam¨® Jared y se me qued¨®"). Completan el reparto, tambi¨¦n con acierto, Josh Brener, Martin Starr, Kumail Nanjiani y Amanda Crew.
Silicon Valley no est¨¢ a la altura, de momento, de otras comedias recientes de HBO como Veep (hablaremos de ella pr¨®ximamente en el blog) o Larry David, pero s¨ª que supera a otras como la cancelada Hello ladies. Silicon Valley se deja querer con la promesa de ir a m¨¢s, y con eso nos basta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.