¡®Iberia¡¯, de Alb¨¦niz, asalta la Red
La Fundaci¨®n que lleva el nombre del compositor cuelga la partitura de la ¡®suite¡¯ de piano gratis en una edici¨®n nueva y revisada
Ya no habr¨¢ excusas. La dificultad quedar¨¢ en evidencia. No valdr¨¢ decir lo dif¨ªcil que resulta acceder a una edici¨®n limpia, fiable. Lo caro, lo costoso que puede ser el env¨ªo. Quien quiera afrontar en cualquier parte del mundo la escalada a ese Himalaya musical que supone adentrarse en la suite?Iberia de Isaac Alb¨¦niz, puede hacerlo ya, gratis, directamente. Hoy se ha colgado la endiablada y compleja partitura que concibi¨® el compositor catal¨¢n en la red. Ha sido la Fundaci¨®n que lleva su nombre y lo ha hecho a trav¨¦s de su portal did¨¢ctico www.classicalplanet.com.
Limpiar?Iberia es tarea de elegidos. Tambi¨¦n de apasionados. Hace 15 a?os, Jacinto Torres y Guillermo Gonz¨¢lez presentaron una edici¨®n Urtex (basada en el original de la partitura) que ha servido durante d¨¦cada y media a quienes despu¨¦s de, entre otros, Alicia de Larrocha se han atrevido a hacerle justicia. Su tarea fue encomiable y abri¨® la obra a multitud de caminos vedados, entre otras cosas por la confusi¨®n de las propias fuentes.
Aquel trabajo propici¨® que Daniel Barenboim se animara a meterse en canci¨®n, aunque s¨®lo con los dos primeros cuadernos, que grab¨® e interpret¨® en algunos recitales. Solo la mitad le sirvi¨® para comprender y comprobar en la obra de Alb¨¦niz su bien ganada fama de galimat¨ªas del piano. Rosa Torres-Pardo tambi¨¦n prob¨® fortuna y complet¨® la obra que todav¨ªa hoy sigue interpretando con esp¨ªritu de exploradora constante junto a otras piezas tan fascinantes como desconocidas, caso de sus canciones. Tambi¨¦n se empe?¨® en ello Miguel Baselga, dentro de su ambiciosa tarea de grabar la integral para piano del compositor¡
Hoy, el pianista Luis Fernando P¨¦rez ha presentado un proyecto, bendecido e impulsado por la Fundaci¨®n Alb¨¦niz en pleno, que coloca la obra considerada por Debussy como esa pieza donde m¨¢s lejos lleg¨® el impresionismo y el color dentro del instrumento que ambos amaban, en la ¨®rbita digital, con acceso global en cualquier parte del planeta.
Un trabajo en el que han participado music¨®logos como el bi¨®grafo fundamental del m¨²sico, Walter Aaron Clarke, o compositores como Tom¨¢s Marco, y que ha sido presentado en la sede de la Fundaci¨®n por su presidenta, Paloma O¡¯Shea y el secretario de Estado de Cultura, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, junto a otros miembros de la instituci¨®n como ?lvaro Guivert.
Lo que todos vinieron a resaltar era la modernidad de la pieza que se ha convertido en un rompecabezas para muchos, la audacia, el delirio, la pasi¨®n, el reto para cualquier pianista que se atreva a adentrarse en sus notas. Entre el pintoresquismo y la vanguardia concibi¨® Alb¨¦niz (1860-1909) su obra mayor. Ambicioso y cosmopolita, imaginativo y atormentado, el compositor quiso lanzar un ¨®rdago con esta suite a la literatura pian¨ªstica mundial y entrar a lo grande entre los nombres que repiquetea la historia.
Por una parte lo logr¨®, pero por otra, quiso lanzar un pulso tan memorable que han sido contados int¨¦rpretes a nivel mundial despu¨¦s ¨Cy no todos con ¨¦xito- los que le han querido seguir. En Espa?a sin embargo, fieles al amor por el repertorio propio han existido m¨¢s. La?Iberia se ha convertido en una rev¨¢lida obligatoria que ha llevado a la obsesi¨®n a muchos de ellos. Aun as¨ª, sus colegas compositores coet¨¢neos y posteriores, s¨ª que la bendijeron a lo grande.
Messiaen la catapult¨® como la maravilla del piano, Gabriel Faur¨¦, Debussy ¨Cel gran inspirador de Alb¨¦niz- la aclamaron, tambi¨¦n como relata en un ensayo al que se puede acceder en la misma p¨¢gina, el cr¨ªtico Enrique Franco.
La historia de los originales, con demasiados arreglos y versiones libres, empezando por el propio editor primero, han hecho necesario que el trabajo reci¨¦n presentado exigiera un lavado complejo. La presentaci¨®n de la obra en la ¨®rbita de Internet ha sido por ello forzosamente clara, cristalina. Alb¨¦niz es hoy as¨ª m¨¢s accesible que nunca. A ver qui¨¦n se vuelve a atrever con ¨¦l.
Babelia
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