¡°Don Draper no es un modelo... ?Pero qu¨¦ clase tiene!¡±
Los guiones de Mar¨ªa y Andr¨¦ Jacquemetton han sido premiados cuatro a?os seguidos por el Sindicato de Guionistas de Am¨¦rica
El principio del final ha comenzado. Pero todo continua abierto en la s¨¦ptima y ¨²ltima temporada de Mad Men (Canal + Series, los lunes a las 23.30 h). Probablemente se puedan contar con los dedos de una mano las personas que conocen el desenlace de Don Draper, el elegante creativo neoyorquino, que atraviesa el peor momento de su vida, envuelto en una espiral de autodestrucci¨®n que no parece tener fondo. Dos de los afortunados y responsables, en gran medida, de los 15 premios Emmy y 4 Globos de Oro conseguidos por esta serie han pasado por Madrid para impartir una masterclass organizada por el?sindicato de guionistas Alma.
Mar¨ªa y Andr¨¦ Jacquemetton fueron los primeros fichajes de Matthew Weiner, creador y m¨¢ximo responsable de la serie. El matrimonio de guionistas y productores se conoci¨® en 1987 en Paramount y unos a?os despu¨¦s comenzaron a escribir juntos en Los vigilantes de la playa. ¡°Trabajamos mejor juntos que separados¡±, confiesa Mar¨ªa, sentada en uno de los sof¨¢s de una luminosa sala del Centro Cultural Conde Duque. Los premios que han obtenido en los ¨²ltimos a?os lo corroboran: sus guiones de Mad Men han sido reconocidos cuatro a?os consecutivos con el galard¨®n del Sindicato de Guionistas de Am¨¦rica.?
El camino, sin embargo, no ha sido f¨¢cil. ¡°Me cost¨® 10 a?os que alguien comprara uno de mis textos¡±, confiesa Andr¨¦, quien, a diferencia de su mujer, reconoce que siempre tuvo claro que quer¨ªa ser guionista. Ambos consideran que el rechazo es ¡°lo peor de esta profesi¨®n¡±. ¡°Te dicen que no todo el tiempo y t¨² tienes que convencerlos de que est¨¢n equivocados¡±, bromea ¨¦l. ¡°Y lo gracioso es que la experiencia en nuestra profesi¨®n no vale de mucho¡±, dice ella. ¡°Nunca sabemos si lo que escribimos es bueno o si le va a interesar a la gente. Estamos llenos de inseguridades¡±, admite Andr¨¦.
La dificultad de los trabajos creativos, se?alan,?estriba en la necesidad de tener nuevas ideas constantemente. Un escritor no puede esperar a las musas sentado en el sof¨¢ de casa. ¡°Hay que salir para encontrar la inspiraci¨®n. Hay que vivir¡±, asegura Andr¨¦. ¡°Lo m¨¢s importante es aprender a mirar. Estar abierto a los est¨ªmulos. Las mejores historias se encuentran en los sitios m¨¢s extra?os. En peri¨®dicos, restaurantes¡ Nos fijamos mucho en la forma de hablar de las personas. Somos como esp¨ªas¡±, afirma risue?o. ¡°Para escribir hay que ser muy curioso¡±, corrobora Mar¨ªa. ¡°La mayor¨ªa de nuestras historias proceden de gente que conocemos. Somos muy preguntones¡±, r¨ªe. Pero nunca se sabe cu¨¢ndo va a aparecer la chispa. ¡°A veces me despierto sobresaltado y me pongo a escribir como un loco¡±, cuenta Andr¨¦ representando la escena. ¡°Casi todos los escritores llevan siempre un cuaderno. Aunque ahora con el iPhone es m¨¢s f¨¢cil¡±, a?ade Mar¨ªa. ¡°Yo escribo todo lo que se me ocurre en el m¨®vil¡±.
¡ª?Y cuando no surge la inspiraci¨®n, c¨®mo se supera el bloqueo mental?
¡ªPor suerte no hemos tenido muchos momentos as¨ª¡ªcontesta ella. Y ambos golpean la mesa con los nudillos conjurando la mala suerte.
Su proceso de trabajo es siempre el mismo: ponen en com¨²n sus ideas, elaboran una escaleta preliminar y dividen las tramas. ¡°Normalmente, nos repartimos el trabajo seg¨²n los personajes que intervengan. Despu¨¦s de tantas temporadas hay algunos con los que te relacionas mejor que con otros¡±, comenta Mar¨ªa, quien confiesa una afinidad especial con Betty Draper. ¡°Hay momentos en los que la odio y temporadas en las que la amo m¨¢s que a ninguno¡±, confiesa. ¡°Cuando empezamos Mad Men, Betty era como una posesi¨®n m¨¢s de su marido. No ten¨ªa ninguna ambici¨®n adem¨¢s de complacerlo. No me generaba ning¨²n tipo de simpat¨ªa. Representaba casi el enemigo para m¨ª¡±, confiesa la escritora que comenz¨® la universidad convencida de querer ser novelista. ¡°Su evoluci¨®n es muy interesante¡±, opina.
La autora confiesa tener una afinidad especial con el personaje de Betty
¡°En general las mujeres tienen mucho m¨¢s recorrido que los hombres en la serie. Especialmente Peggy que, en lugar de jugar bien sus cartas, como le recomienda Joan, y casarse con un hombre importante para tener una buena casa, un buen coche y una vida c¨®moda, se convierte en un mad men m¨¢s cuando pasa de secretaria a creativa¡±, valora la guionista. Y va m¨¢s all¨¢: ¡°A pesar del ambiente machista en el que se desarrolla, la serie habla de la historia del movimiento feminista de los setenta. Y para m¨ª es muy bonito poder contarlo porque yo crec¨ª con mi madre dici¨¦ndome, por una parte, que ten¨ªa que hacer lo que mi marido dijera. Y por otra, viendo c¨®mo las mujeres comenzaban a rebelarse y a pelear por sus derechos¡±.
"Los personajes masculinos no cambian casi nada", corrobora Andr¨¦. "Don Draper es un dinosaurio. Le pasan cosas en el trabajo, en sus relaciones personales, pero no evoluciona. Si ves los ¨²ltimos episodios compruebas que sigue comport¨¢ndose de la misma forma que en el piloto. Quiz¨¢s no salte de cama en cama tan r¨¢pido como antes pero, sin duda, piensa en ello", afirma riendo. "No es un modelo a seguir. No es buen esposo, ni buen padre, ni siquiera buen amigo, pero de alguna forma logra que empaticemos con ¨¦l¡±. Hace una pausa dram¨¢tica y a?ade: ¡°?Qu¨¦ clase tiene!¡±.
La pareja considera que trabajar en esta serie "es un regalo para cualquier guionista". "Han sido siete a?os en los que hemos tenido la suerte de colaborar todos los d¨ªas con gente brillante¡±, dice Andr¨¦ enfatizando el n¨²mero como si no acabara de creerse el paso del tiempo. ¡°Puede que nunca volvamos a vivir un momento as¨ª en nuestras carreras y muchos guionistas no lo viven nunca. Hemos tenido mucha suerte¡±, proclama Mar¨ªa.
¡ªPero os hab¨¦is ido...
"S¨ª¡ nos hemos ido", corean a la vez riendo. "Todo guionista sue?a con crear su propia serie, controlar el proceso desde el principio. Warner Brothers lleg¨® con la oferta y aceptamos", explica Mar¨ªa.
Ambos trabajan ahora en la adaptaci¨®n de una novela gr¨¢fica de DC para la cadena SyFy. ¡°Pero echamos de menos a nuestra familia¡±, asegura Andr¨¦ en referencia a sus compa?eros.
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