Balcells & Wylie: as¨ª se forja una nueva superagencia literaria
La relaci¨®n entre Balcells y Wylie es la historia de dos rivales con estilos distintos a los que la reconversi¨®n del mundo libro, acelerada por conglomerados digitales, ha obligado a entenderse
Tras la noticia del acuerdo entre Carmen Balcells y Andrew Wylie para crear una superagencia literaria se esconde toda una jugada maestra. Con el pacto (?una compra paulatina?, ?una joint venture) nace un intimidante conglomerado de un millar de autores, entre ellos, 13 premios Nobel. Pero tambi¨¦n se suman dos innovadoras maneras que, cada una a su modo, han definido el mundo de la edici¨®n del ¨²ltimo medio siglo.
En la decisi¨®n de uno y de otro, hecha p¨²blica justo a tiempo de marcar hoy el arranque de la Feria del Libro de Madrid, la gran cita anual del sector, ha pesado la presi¨®n que ejerce la r¨¢pida modificaci¨®n del ecosistema del libro. Una amenaza que les ha empujado, seg¨²n las fuentes consultadas, a una uni¨®n inevitable para sobrevivir, o vivir mejor, en un negocio cuyo modelo centenario ha sido dinamitado por los tres grandes operadores virtuales y globales: Amazon, Google y Apple. ?En qu¨¦ condiciones? Es dif¨ªcil saberlo con exactitud. Primero, porque los implicados no han compartido la letra grande ni la peque?a. Y segundo, porque la partida de p¨®quer, se?alan algunas fuentes, no ha terminado a¨²n. Se barajan dos opciones: o se trata de una fusi¨®n en toda regla o de una venta progresiva al estilo de la adquisici¨®n de algunas editoriales en los ¨²ltimos a?os (caso de Anagrama-Feltrinelli).
La uni¨®n parece inevitable para sobrevivir al empuje de Amazon o Google
Esta pen¨²ltima huida hacia adelante del sector, bautizada como Balcells & Wylie, comenz¨® a fraguarse hace tres lustros. Y se aceler¨® hace unos seis a?os. Algunas fuentes se?alan que desde hace m¨¢s o menos tres se estableci¨® entre ambos un pacto de no agresi¨®n.
Cada uno reina sin sombra en su ¨¢rea: ella, en el mundo hispanohablante y ¨¦l, en el universo anglosaj¨®n y m¨¢s all¨¢. Pero las deudas de la agencia Balcells sumadas a la intenci¨®n de asegurar la continuidad de una empresa pionera encontraron la horma de su zapato en las ambiciones expansionistas de Wylie por querer entrar en el mercado en lengua espa?ola. Y as¨ª fue c¨®mo, finalmente, el 27 de mayo, firmaron ese primer acuerdo para convertirse en la agencia literaria m¨¢s potente del mundo.
La estrategia de conquista del pr¨®ximo eldorado editorial (el mundo hispanohablante, tambi¨¦n en EE?UU) recuerda al reciente movimiento de Penguin Random House cuando hace unos meses compr¨® Alfaguara y los sellos literarios de Santillana. La idea es tomar un atajo en un mercado en crecimiento y enfrentar fuertes el reciente desembarco de los grandes operadores virtuales que ya tocan todas las partes de la cadena de valor del libro.
Para reconstruir la historia de esa relaci¨®n es justo empezar por Carmen Balcells. Su irrupci¨®n en 1960 sacudi¨® el mundo del libro. Hizo saltar por los aires el concepto del contrato vitalicio. Con ella, lleg¨® la fragmentaci¨®n, los pactos de corta vigencia y la parcelaci¨®n (por cada pa¨ªs donde se publicara, por el tipo de libro, por sus traslaciones a teatro o audiovisuales¡). No s¨®lo innov¨® en los negocios (fruto quiz¨¢ de su afilada astucia en el peritaje mercantil que estudi¨® de joven), tambi¨¦n fue revolucionaria en lo literario. La Agencia Balcells fue durante a?os la ¨²nica que contaba entre su equipo con asesores literarios en n¨®mina y tambi¨¦n la ¨²nica con una especie de plan de becas: adelantaba dinero de su bolsillo a la manera de mensualidades para liberar a los autores de las obligaciones laborales mundanas y permitirles as¨ª dedicarse solo a escribir. El caso m¨¢s sonado fue el de Mario Vargas Llosa. Pero no hace mucho hizo algo parecido con el colombiano Evelio Rosero.
Tenaz y dura, en 1965 inici¨® un viaje por Am¨¦rica Latina para contactar con los autores que le interesaban. Ah¨ª naci¨® su espectacular cat¨¢logo, especialmente del periodo del bum, con Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y Vargas Llosa a la cabeza y sobre el que ha construido un peque?o imperio en el que llegaron a trabajar casi una treintena de personas. En la actualidad no superan las 15.
Se reunieron en Fr¨¢ncfort en los 90 por primera vez: salieron molestos
Es precisamente esa privilegiada cartera de clientes la que atrajo al otro gran agente literario del mundo, Andrew Wylie, tambi¨¦n conocido como El Chacal, hijo de editor y de una heredera de la banca nacido en Boston, summa cum laude en la exigente Harvard, que en 1984 mont¨® su agencia literaria, con sedes en Nueva York y Londres, y que representa ¡ªasegura ¨¦l¡ª a un millar de escritores: desde Bola?o a Art Spiegelman, pasando por Philip Roth.
Su hermetismo es leyenda en el sector. Su pr¨¢ctica de arrebatar autores a punta de talonario, tambi¨¦n. Su equipo, al parecer, de un poco m¨¢s de medio centenar de personas en su n¨²cleo duro, trabaja bajo las ¨®rdenes de un verdadero obseso laboral; a pesar de sus 65 a?os, sobre las cinco de la ma?ana ya est¨¢ respondiendo correos, entre otras razones (adem¨¢s de porque sus clientes est¨¢n por todo el globo terr¨¢queo) porque mantiene normalmente de lunes a viernes una reuni¨®n con su equipo a las 7.45 de la ma?ana.
Es en esas reuniones donde se crean grupos espec¨ªficos de trabajo para afrontar la pol¨ªtica con determinados autores, las estrategias de promoci¨®n y la gesti¨®n de sus legados. Tambi¨¦n se analizan las l¨ªneas de defensa ante Google, Amazon y Apple, los grandes conglomerados que son ahora su enemigo ante el desarrollo digital.
Hace unos a?os el gran demonio era otro: Carmen Balcells. Wylie era consciente de su tal¨®n de Aquiles, la literatura en lengua castellana y, como ¨¦l mismo mantiene, ¡°una agencia con solo uno o dos autores fuertes en un ¨¢mbito no tiene fuerza¡±. Hasta esta semana representaba a Jorge Luis Borges, Guillermo Cabrera Infante, Mu?oz Molina o Roberto Bola?o.
A mediados de los 90 El Chacal tuvo un primer contacto en Fr¨¢ncfort con Balcells, en una comida de la que ambos salieron asustados y molestos. Poco despu¨¦s Wylie abri¨® oficina en Espa?a a finales de la d¨¦cada. Cortej¨® grandes plumas que en muchos casos no conquist¨®, como Javier Mar¨ªas. Entonces, afin¨® el tiro con la viuda de Borges, Mar¨ªa Kodama, o con Cabrera Infante. M¨¢s o menos por aquella ¨¦poca se cobr¨® otra preciosa cabeza, la de Bola?o, y Balcells se dedic¨® a lanzar ir¨®nicas diatribas sobre las habilidades del agente con las viudas.
El principio de acuerdo entre ambos trae tranquilidad al mundo de la edici¨®n. Al menos, para ellos: Wylie se evita la desgastante guerra de guerrillas que manten¨ªa con Balcells. Y a esta, le garantiza el blindaje de sus autores de los que en verdad se cuida como si fueran su propia familia.
Una preciada lista de clientes
La agencia de Andrew Wylie cuenta, entre otros, con:
- Jane Bowles
- Saul Bellow
- V. S. Naipaul
- Vladimir Nabokov
- Antonio Tabucchi
- Jorge Luis Borges
- Philip K. Dick
- Salman Rushdie
- Art Spiegelman
- Milan Kundera
- Mo Yan
- Orhan Pamuk
- Lou Reed
- Antonio Mu?oz Molina
- Philip Roth
- Royal Shakespeare Company
- Roberto Saviano
- Susan Sontag
- Henry Kissinger
- The Andy Warhol Foundation
- John Updike
- Roberto Bola?o
- J. G. Ballard
- William Burroughs
- Guillermo Cabrera Infante
- Italo Calvino
- Allen Ginsberg
Y Carmen Balcells puede presumir de clientes como:
- Gonzalo Torrente Ballester
- Mario Vargas Llosa
- Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez
- Julio Cort¨¢zar
- Camilo Jos¨¦ Cela
- Carlos Fuentes
- Pablo Neruda
- ?lvaro Mutis
- Miguel Delibes
- Juan Goytisolo
- Rosa Montero
- Terenci Moix
- Alfredo Bryce Echenique
- Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n
- Jos¨¦ Luis Sampedro
- Jos¨¦ ?ngel Valente
- Isabel Allende
- Miguel ?ngel Asturias
- Vicente Aleixandre
- Ana Mar¨ªa Matute
- Juan Mars¨¦
- Javier Cercas
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