Un petardo hist¨®rico
Toros de desecho, mal presentados. Un desastre total.
La corrida fue un petardo de los que hacen historia. Toros de desecho, mal presentados, feos hasta decir basta, lavados de cara la mayor¨ªa de ellos, un buey de carretas era el quinto, todos inv¨¢lidos y mansos. Un desastre total. Y toreros desfondados, hundidos en su mala conciencia, ventajistas, superficiales y vulgares. Un desorden en el ruedo de los que hacen ¨¦poca, y un p¨²blico bendito que aguanta la tortura con resignaci¨®n y aplaudi¨® con sorprendente triunfalismo la faenita entonada de Talavante al sexto de la tarde, un toro noble que daba media vida por echarse la siesta.
Toros de El Pilar, una de las ganader¨ªas de moda, de toros artistas, exigidos por las figuras. Y tres toreros de los que mandan, de los que dicen luchar cada d¨ªa por la pervivencia de la fiesta. ?No hay verg¨¹enza¡ torera!
EL PILAR / CASTELLA, MANZANARES, TALAVANTE
Toros de El Pilar, muy mal presentados, de feas hechuras ¡ªel quinto, un aut¨¦ntico buey¡ª, mansos, blandos y descastados.
Sebasti¨¢n Castella: metisaca ¡ªaviso¡ª y estocada (silencio); pinchazo y estocada tendida ¡ªaviso¡ª (silencio).
Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares: estocada contraria (silencio); dos pinchazos y media (silencio).
Alejandro Talavante: estocada (silencio); tres pinchazos, estocada ¡ªaviso¡ª (palmas).
Plaza de Las Ventas. 29 de mayo. Vig¨¦simo primera corrida de feria. Lleno de 'no hay billetes'.
Esos toros nunca debieron salir al ruedo de Las Ventas; es m¨¢s, no habr¨ªan pasado si no est¨¢n estas figuras en el cartel. Y como pod¨ªa ser previsible, su juego fue lamentable e impropio del toro bravo. Distra¨ªdos todos de salida, mansearon en los caballos, de los que salieron sueltos, sin fuerza alguna que mantuviera sus esqueletos, hundidos en su falta de casta, rajados y descastados. Una corrida birriosa.
Los seis parec¨ªan los nietos de los de Baltasar Ib¨¢n que salieron el mi¨¦rcoles. ?Por qu¨¦ esa falta de criterio de la autoridad? ?A qui¨¦n defiende la autoridad?, gritan en los tendidos. ?Por qu¨¦ no se ponen en su sitio, de una vez, a veedores, apoderados y empresarios que cuidan de estos toreros, que no tienen empacho alguno en enga?ar a la afici¨®n con la vana esperanza de que salga la tonta del bote y alcanzar un triunfo de mentira?
Ovaci¨®n y pitos
Una vez m¨¢s, el p¨²blico aguant¨® con estoicismo y paciencia que le tomaran el pelo.
Un desastre de corrida; abucheo general para todos los intervinientes en la misma.
Estos toreros ¡ªCastella, Manzanares y Talavante, ayer, pero con ellos todas las llamadas figuras¡ª son los verdaderos enemigos de la fiesta, y quienes est¨¢n acabando con su vida d¨ªa tras d¨ªa. ?Cu¨¢ndo se pondr¨¢ coto a gran grave desafuero? ?Qui¨¦n les parar¨¢ los pies a estos se?ores que vienen a Madrid con esa corrida podrida y no tienen siquiera el valor de reconocerlo? ?Por qu¨¦ ese empe?o en tirar piedras contra su propio tejado?
A veces, muchas veces, da la impresi¨®n de que esta fiesta se mantiene por su enorme fuerza interior y porque queda un remanente de aficionados que sue?a todav¨ªa con extasiarse ante un toro bravo y un torero heroico y artista. Pero cada vez son menos y m¨¢s los desesperanzados. ?Cu¨¢ntos se habr¨¢n ca¨ªdo ayer de la lista? ?Se har¨¢n esta reflexi¨®n los se?ores Castella, Manzanares y Talavante? As¨ª, el d¨ªa que se queden solos sabr¨¢n en su fuero interno que ellos, solo ellos, son los culpables de la muerte de la fiesta.
Qu¨¦ sonrojo produce ver a Sebasti¨¢n Castella ponerse pesado con su primer toro inv¨¢lido, que se despanzurr¨® en la arena y lo levantaron tir¨¢ndole del rabo y los pitones. ?Habr¨¢ imagen m¨¢s bochornosa? Y c¨®mo naufrag¨® y cu¨¢ntos trapazos dio al cuarto, otro prenda.
?D¨®nde cre¨ªa Manzanares que estaba toreando? ?C¨®mo puede insistir en su bisuter¨ªa barata de dar pases despegados, siempre al hilo del pit¨®n, como hizo ante su primero, muy protestado por el p¨²blico? ?Y c¨®mo puede intentar ponerse bonito ante el buey quinto? ?No tiene Manzanares sentido del rid¨ªculo?
?Y qu¨¦ pintaba Talavante en esta corrida? Se dice que va de independiente, pero no lo parece. Como todos, se sube al carro de las ventajas, y he ah¨ª su penitencia. Ayer, fracaso absoluto a pesar de su buena disposici¨®n ante el sexto, al que veronique¨® con donosura y traz¨® alguna tanda estimable con la mano derecha. Mat¨® muy mal, pero aunque no hubiera sido as¨ª, ni ese toro noble ni ¨¦l se hubieran salvado del desastre.
Toros de El Montecillo para Miguel Abell¨¢n, Paco Ure?a y Joselito Adame.
Babelia
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