Mirar al pasado con ojos de ni?o

Cuando se es ni?o, el pasado es inimaginable. Pap¨¢ y mam¨¢ no existen m¨¢s all¨¢ de sus roles, y por supuesto no han tenido una vida anterior al nacimiento de los hijos. El mundo se reduce al ahora, y a los deseos y necesidades del peque?o de la casa. Descubrir el ayer, a los seis a?os, es descubrir un universo entero.

?Eso es lo que les ocurre a los protagonistas de Ven a buscarme, el libro infantil escrito por Javier Mar¨ªas dentro de la colecci¨®n Mi primer... editado por Alfaguara desde 2010 y que distribuye EL PA?S por 6,95 euros hasta el 6 de julio. El tercer libro del conjunto, coordinado por Arturo P¨¦rez-Reverte, llega tras los t¨ªtulos de Mario Vargas Llosa y el propio Reverte, y precede a los creados por Eduardo Mendoza, Almudena Grandes, Juan Mars¨¦, Luis Mateo D¨ªez y Enrique Vila-Matas.

A Mar¨ªas, como a sus compa?eros, la propuesta de participar en el proyecto le cogi¨® un poco a trasmano: ¡°Me embarc¨® Arturo, y le cost¨® un poco convencerme porque no hab¨ªa escrito nada as¨ª y me pareci¨® una cosa muy dif¨ªcil. Es verdad que hice siendo casi ni?o mi primera novela, pero de aquello a esto...¡±. De aquello a esto, un mundo. Todo, desde el tema al lenguaje: ¡°Ten¨ªa que ser sencillo, con frases cortas o muy cortas. ?Yo, que estoy acostumbrado a frases largas y una sintaxis compleja!¡±.

As¨ª que el autor utiliz¨® un recurso aparentemente infalible: preguntarle a su yo de la infancia. Al ni?o de nueve a?os que devoraba novelas de aventura. Y escribi¨® una historia realista con tintes de misterio: un bosque con l¨ªmites se?alados con pintura y una misteriosa caja que guarda un tesoro enviado desde el pasado.

Esta es la segunda clave del libro: la fotograf¨ªa envejecida por el tiempo de una ni?a que ¡°aunque un poco antigua, a H¨¦ctor le pareci¨® m¨¢s guapa que todas las que conoc¨ªa¡±. Una presencia fantasmal del pasado que fascina al protagonista de una forma parecida a la que sienten los adultos. O quiz¨¢s de la misma: ¡°Aunque los ni?os lo vivan de otra manera y no tengan la capacidad de expresarlo, con seis o siete a?os se puede sentir un enamoramiento tan fuerte como a cualquier otra edad¡±.

Cuando H¨¦ctor abre la caja enterrada por Celia hace d¨¦cadas, descubre a la vez el amor y el tiempo. Algo, seg¨²n Mar¨ªas, que los ni?os asocian a la ficci¨®n: ¡°Cuando una pel¨ªcula contaba algo que no comprend¨ªa, mi madre me tranquilizaba diciendo: ¡®No, eso era antes¡¯. De peque?o uno tiene la sensaci¨®n de que el peligro est¨¢ en el pasado. Al menos los ni?os afortunados, claro¡±.