El genio de una mujer
Cumple a la perfecci¨®n la funci¨®n de dar a conocer a la t¨ªpica personalidad marginal
¡°Mi madre no me ha dado nunca la mano. Me ayudaba a subir, a bajar las aceras pellizcando mi vestido a la altura del hombro, all¨ª donde la costura de la manga es f¨¢cil de asir...¡±. Quien as¨ª habla, quien as¨ª piensa, quien as¨ª escribe, y de qu¨¦ modo, es Violette Leduc, escritora y mujer sufriente, amiga de triunfadores a la que le cost¨® triunfar, y que luego pas¨® al olvido. Carne de pel¨ªcula, de buena pel¨ªcula: Violette, nuevo acercamiento de Martin Provost a una figura art¨ªstica y enigm¨¢tica tras S¨¦raphine (2008). De la pintura a la escritura, aunque manteniendo el discurso social alrededor de la mujer que quiere ser independiente y libre en tiempos de ataduras.
Marcada por las ansias de amar y por ser fea (suena horrible, y lo es, pero por desgracia es un hecho clave en su vida y en la pel¨ªcula, lo que la hermana con otra obra semejante en tem¨¢tica, My brilliant career, de Gilliam Armstrong), Violette, la mujer, fue un torrente de genio en el m¨¢s amplio sentido de la palabra. Y algunos de sus contempor¨¢neos supieron verlo: Maurice Sachs, Simone de Beauvoir, Jean Genet, Albert Camus. Mientras, Violette, la pel¨ªcula, se narra a trav¨¦s de una estructura cronol¨®gica dividida en cap¨ªtulos, presididos por cada personalidad con la que se fue cruzando, que, lejos de otorgar al relato un aspecto epis¨®dico, transmite una sensaci¨®n de r¨ªo que fluye, su talento literario, entre las rocas del paisaje, la sociedad del momento. Y a pesar de que Provost comienza la historia de un modo extra?o, sin presentaci¨®n de personajes al uso, como si en lugar de estar en el minuto cinco estuvi¨¦semos en el 55, el conjunto es excelente.
VIOLETTE
Direcci¨®n: Martin Provost.
Int¨¦rpretes: Emmanuelle Devos, Sandrine Kiberlain, Olivier Gourmet, Jacques Bonnaf¨¦, Catherine Hiegel.
G¨¦nero: drama. Francia, 2013.
Duraci¨®n: 135 minutos.
Violette cumple a la perfecci¨®n una triple funci¨®n: la de dar a conocer a la t¨ªpica personalidad marginal, arrinconada entre el palmario triunfo de otras; la de demostrar que las pioneras que se atrevieron a cruzar fronteras prohibidas provocaron la concienciaci¨®n sobre diversos asuntos morales que condenaban a la mujer de la ¨¦poca; y la de hacer part¨ªcipe al espectador con unos textos en off de sus escritos (La asfixia, La bastarda) que dan ganas de conseguir nada m¨¢s salir del cine.
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