El extra?o amor vamp¨ªrico

Un firmamento estrellado gira como los surcos de un vinilo bajo la aguja del tocadiscos. Como giran las im¨¢genes cenitales del vampiro Ad¨¢n, encerrado en su burbuja decadentista en Detroit, y las de la vampira Eva, tendida en su refugio de T¨¢nger con la elegancia de una diosa pagana pintada por Klimt. El arranque de Solo los amantes sobreviven propone, a trav¨¦s de ese preciso juego de im¨¢genes, la abolici¨®n del tiempo y el espacio en una suerte de continuo circular, evocador del ¨¦xtasis opi¨¢ceo, para fijar la esencia del extra?o amor de los vampiros ¡ªde modo cercano a como lo hizo Jes¨²s Franco en su hipn¨®tica Las vampiras (1971)¡ª y, al mismo tiempo, para establecer el tono de la pel¨ªcula: aqu¨ª no sirven las tradicionales mec¨¢nicas narrativas del cine de g¨¦nero (el terror), porque lo importante es transmitir el tedio pero tambi¨¦n la fascinaci¨®n de la inmortalidad, explorar la riqueza de un universo que la refinad¨ªsima sensibilidad de Jarmusch carga de matices pese a jugar con elementos m¨ªnimos.

En una de las paredes del domicilio de Ad¨¢n, Jarmusch construye un pante¨®n que funciona como c¨¢mara de ecos de su cine: ah¨ª est¨¢n Poe, Kafka, Screaming Jay Hawkins, Samuel Beckett y Aki Kaurism?ki, entre otros. La pel¨ªcula no lo hace expl¨ªcito, pero es tentador considerar ese muro como un ¨¢rbol geneal¨®gico-vamp¨ªrico, porque lo que el cineasta s¨ª que deja claro es que en los vampiros es donde podemos encontrar lo mejor de la humanidad: la sabidur¨ªa, el sentido de la historia, la fuerza de la imaginaci¨®n, toda idea capaz de poner el mundo en movimiento¡­ frente a una humanidad que se ha zombificado sin necesidad de que concurra ninguna infecci¨®n, simplemente abandon¨¢ndose a la apat¨ªa y a la indiferencia.

Como logr¨® en su d¨ªa Ghost dog (1999), S¨®lo los amantes sobreviven es una de esa pel¨ªculas que afirman, a trav¨¦s de referentes ajenos, la unidad y profunda coherencia en la filmograf¨ªa de uno de los ¨²ltimos poetas del cine. Una obra mayor y desenga?ada que no renuncia ni al humor, ni al amor.