Tres caminos a la pureza del cante
Pasado, presente y futuro del flamenco, seg¨²n Jos¨¦ Menese, Rancapino y Fernando de la Morena Un recital ¨²nico los juntar¨¢ en Madrid a finales de junio
La cita es en uno de esos corrales de vecinos de Triana, en Sevilla, de donde fueron expulsados los gitanos en los 50. Llegan desde tres de los v¨¦rtices m¨¢gicos del rito dram¨¢tico del flamenco: la campi?a sevillana, los Puertos de C¨¢diz y Jerez de la Frontera. Jos¨¦ Menese (La Puebla de Cazalla, 1942), Alonso N¨²?ez Rancapino (Chiclana, 1945) y su coet¨¢neo Fernando de la Morena, nacido el barrio de Santiago, subir¨¢n el 27 de junio al Teatro Espa?ol en el festival madrile?o Suma Flamenca para celebrar ¡°50 a?os de Cante¡±, aunque en realidad las cuentas arrojen m¨¢s de dos siglos de arte desde la cuna. Ser¨¢ en una gala sensacional, auspiciada por la Comunidad, donde cada cual representar¨¢ lo suyo: Menese, el cante torrencial que deslumbr¨® a Antonio Mairena y que ah¨ª sigue, afiliado a la ortodoxia, las querellas de antiguos contra modernos y el Partido Comunista. Rancapino, a esa forma af¨®nica de honrar la belleza. Y De la Morena, al cantaor de carrera tard¨ªa que se baj¨® del cami¨®n de reparto al comp¨¢s de una buler¨ªa perfecta.
La charla entre las leyendas del cante, viejos conocidos, arranca con el inevitable recuento de lutos (Paco de Luc¨ªa, F¨¦lix Grande, El Torta¡) y fatigas, con los malos tragos de los baip¨¢ (bypasses) y otros peajes de la vida bien exprimida para, despu¨¦s, derivar en asuntos m¨¢s o menos cabales.
Pregunta. ?En qu¨¦ han cambiado las cosas del cante en estos 50 a?os?
Jos¨¦ Menese. Much¨ªsimo. No solo el cante, ha cambiado la humanidad, lo humano, la esencia.
P. ?A peor?
J. M. A mejor no va. Aunque no digo nada, porque luego me pegan todos los palos. Soy el hombre m¨¢s apaleao de la historia.
P. Supongo que lo dice por la ¨²ltima pol¨¦mica acerca de Morente, cuando dijo en televisi¨®n aquello de: ¡°No tiene soniquete el muchacho, y ¨¦l lo sab¨ªa, para cantar por sole¨¢ como Dios manda. Y, entonces, ech¨® mano de esas cosas¡±.
J. M. Yo s¨¦ que a m¨ª me iban a hacer un homenaje en Granada, que ya no me van a hacer, porque dije aquello. Es la leche. El poder que tiene esa familia¡ El otro d¨ªa en Canal Sur me encontr¨¦ con un cantaor que me confes¨®: ¡°Menos mal que has dicho lo del otro d¨ªa. Alguien lo ten¨ªa que decir¡±. Pero los palos me los llevo yo. Si me dices: ?A mejor? Pues eso es lo que quisiera yo, quisiera Alonso y quisiera Fernando, pero no es as¨ª.
Rancapino. Me vais a perdonar que diga una cosa. En Granada no se ha cantado nunca bien.
J. M. Yo digo que los idiomas son tremendamente importantes. C¨®rdoba¡ ?qu¨¦ ha dado? Nada, pero esto no lo exageres tampoco. M¨¢laga, su malague?a. Ja¨¦n, no s¨¦, dicen que la taranta de Linares. No s¨¦ si eso es as¨ª, porque como iban y ven¨ªan los mineros... A mis 71 a?os, me doy cuenta de que el flamenco se desarrolla en Sevilla, Jerez, C¨¢diz y los Puertos.
R. Y para de contar.
J. M. ?Es mentira, primo Fernando?
Fernando de la Morena. La expresi¨®n es totalitaria, mi amigo.
P. ?En qu¨¦ se diferencian las escuelas que representan?
R. El cante es el cante, se nace con ¨¦l o no se nace¡ y eso no se puede remediar. Que unos lo hagan con la voz m¨¢s bonita o m¨¢s ronca, es lo de menos.
F. M. Yo he cantado siempre, pero en serio no empec¨¦ hasta que tuve ya tres hijos y estaba colocado, trabajaba en Bimbo, pan y pasteles, era el fresco del barrio. Grabar, grab¨¦ tarde. Con 50 a?os. Ahora, cantar, cant¨¦ siempre.
P. ?Qu¨¦ han ganado y perdido con los a?os?
J. S. El flamenco ha llegado donde ha llegado, pero ah¨ª se ha quedado. Necesita una renovaci¨®n de personas que transmitan, que nos lleguen dentro.
P. Tambi¨¦n es Patrimonio de la Humanidad, que suena a esos f¨®siles de los museos.
F. M. Patrimonio Mundial de la Orfandad, eso es el flamenco.
R. ?Ol¨¦ t¨²!
J. M. Es una paradoja tremenda que cuando eso se nombra Patrimonio nosequ¨¦ de la Humanidad sea cuando haya menos cantaores que se salgan de lo esperado. ?Qu¨¦ falta? Pues como con los toros, que solo hay cinco o seis toreros que duelan. Y eso es el cante. Tiene que doler, y si no duele, acu¨¦state, amigo.
R. ?Doler, s¨ª! ?Pero con faltas de ortograf¨ªa!
J. M. Hay una an¨¦cdota que cuenta Garc¨ªa Lorca en [su conferencia de 1933] Juego y teor¨ªa del duende. Una vez, en una fiesta en el Cuervo, con Pastora Pav¨®n [La Ni?a de los Peines], Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas y el sursuncorda de ese momento, estaba cantando ella con una pasividad tremenda y aquello no dec¨ªa nada, y un se?or grit¨®: ¡°?Viva Par¨ªs!¡±. Y ella, que era muy soberbia, se dio por ofendida. As¨ª que pidi¨® un pelotazo de machaco y all¨¢ que se lo meti¨®. Eso encoge las cuerdas vocales¡ Se tuvo que pelear con el cante y la gente se rompi¨® la ropa. El flamenco es eso, como los toros y la pintura. Y ya est¨¢¡
P. ?Y qu¨¦ har¨¢ la afici¨®n cuando, como el Rey, abdiquen?
J. M. [RISAS]Yo no me voy a retirar, siempre que esta de aqu¨ª, toco madera [se se?ala la garganta], me dure. Yo soy republicano. Me acuerdo de eso de Fernando Qui?ones de ¡°Porque a rey muerto / rey puesto / bien que lo dice el refr¨¢n / y es antiguo ya / solo ha conseguido el absurdo criminal / dejar sin padre a esos hijos / y el mundo sigue igual¡±. Esto va a seguir como est¨¢.
P. ?Aunque los reyes ya no sean los padres?
F. M. Confiemos en el chaval, que para eso lo han preparado. Yo tengo 69 tacos pero a¨²n as¨ª, de pol¨ªtica, natimistrati.
P. ?Tampoco de la crisis? ?C¨®mo van llevando la crisis?
[RISAS]J. M. Esta crisis ha superado todo lo superable. Y no soy pesimista. La cultura est¨¢ por el suelo. El teatro no existe, la m¨²sica cl¨¢sica no existe. ?Nos est¨¢n fallando hasta los toros! Lo que pas¨® el otro d¨ªa, que cogieran a los tres toreros¡ No es normal¡
F. M. Y a las pruebas nos remiti¨¦ramos en el pret¨¦rito que le perteneciere¡ ?Ol¨¦, que gitano m¨¢s fino!
P. ?Ven esperanza en Podemos?
J. M. Yo me alegr¨¦ porque el chaval [Pablo Iglesias] me cae de maravilla, pero vamos a ver... Yo empec¨¦ a militar en el Partido Comunista en el a?o 68. Y sigo afiliado, aunque el partido no existe ya. Lo que pasa es que los ideales se han perdido. A ti te cogen fum¨¢ndote un canuto, como me pas¨® a m¨ª el otro d¨ªa, no a m¨ª, sino a una persona que iba conmigo, y se arma la de dios es Cristo. Sin embargo, roban millones y millones y no pasa absolutamente nada.
F. M. Y no aparece nada. Nada por aqu¨ª, nada por all¨ª.
P. El caso de Jerez es uno de los m¨¢s sangrantes.
F. M. A m¨ª lo que me ense?¨® mi padre es que hay que trabajar. Y ahora hay que darse con un se?or canto en los dientes si se tiene trabajo. Uno no, porque ya plegu¨¦. Pero mis hijos¡ Los m¨ªos y los de todo dios.
P. ?Ustedes tienen a los hijos colocados?
R. ?Colocados al plato de cuchara! [RISAS]
F. M. En el flamenco est¨¢ la cosa igual, estamos como el Brene que cantaba por las tapas. Le dec¨ªan: ¡°Brene, hazte un cantecito¡±. ¡°Ea, pero ponme una tapita de papas¡±. As¨ª estamos, hemos vuelto a lo antiguo.
R. Ahora no hay afici¨®n al flamenco. Antes se escuchaba a un cantaor y se paraban cuarenta personas. Ahora se levanta de su sepultura el monstruo n¨²mero uno que para m¨ª era Juan Talega... y se tiene que ir pa su casa.
J. M. Ya se lo dijo El Quijote a Sancho, que con la barriga llena se crea poco. Hoy aprenden en escuelas, cuando el cantaor tiene que nacer. Eso de dar clases a m¨ª me parece horroroso.
P. ?C¨®mo se enteraron de la muerte de Paco de Luc¨ªa?
J. M. En la Puebla, y me acord¨¦ de una fotograf¨ªa en la que salgo con ¨¦l. Testimonio de un tiempo de una riqueza natural incre¨ªble.
R. Yo luego estuve en el funeral. Porque a m¨ª Paco me quer¨ªa mucho, desde los a?os en que me iba con Camar¨®n a Algeciras y luego en Madrid con su padre, que le obligaba a estudiar. Y yo le dec¨ªa al padre: ¡®¡®Paco, ?y cu¨¢ndo me vas a hacer un disco t¨² a m¨ª?¡±. ¡®¡®T¨²? ?T¨² vas a grabar en un queso!¡±. [RISAS]Camar¨®n y yo siempre and¨¢bamos juntos. Hasta lo cas¨¦ con la Chispa. Me iba a la L¨ªnea porque me gustaba una hermana de la Chispa. Me quer¨ªa toda su familia menos ella. Ya que no me cas¨¦ yo, cas¨¦ a Camar¨®n.
P. Soltero no qued¨®¡ ?es cierto, Rancapino, que Felipe Gonz¨¢lez es padrino de un hijo suyo?
R. Afortunadamente o desafortunadamente, as¨ª es. Mira, est¨¢bamos de fiesta en El Chato en C¨¢diz. Y en las conversaciones sali¨® que si yo ten¨ªa muchos ni?os. Y yo dije: 'Mira si tengo ni?os que tengo uno sin bautizar'. Y ¨¦l: ¡®¡®Ese te lo bautizo yo¡±. ¡®¡®Mira, pues yo lo ¨²nico que pongo es el ni?o, porque no tengo m¨¢s n¨¢¡±. [RISAS]
P. ?Siguen apreciando el flamenco m¨¢s fuera de Espa?a?
J. M. S¨ª. Nos tratan de otra manera que en Andaluc¨ªa.
R. Ayer mismo vino una japonesita a Chiclana a estar conmigo. Hay que tener valor, porque yo tampoco soy Robert Redford [RISAS]. Y se puso a cantar. Y yo dec¨ªa: ¡®¡®?C¨®mo puede ser?¡±. Fernando, ?que cantaba por sole¨¢!
P. ?Y es lo mismo?
R. ?C¨®mo va a ser igual! ?Eso nunca! Una vez me pas¨¦ seis meses cant¨¢ndole en Sapporo a un japonesita. Como no me acordaba del nombre, le puse Maruja. Luego se vino a Madrid. Y en medio a?o aprendi¨® a cocinar y a bailar¡ ?Yo para aprender eso me tengo que tirar seis a?os!
P. Algo de japon¨¦s aprender¨ªa¡
R. Sayonara y arigat¨®. Y chotto matte. Que era para decir que me esperaran un poco.
F. M. Musho tomate.
R. ?Con papas! [RISAS].
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