Jack White, el ¨²ltimo mohicano de las estrellas del rock
El ex White Stripes confirma con 'Lazaretto' su condici¨®n de figura sin pies de barro
Sin decir ni media. As¨ª irrump¨ªa hace semanas High ball stepper. El primer atisbo del segundo ¨¢lbum en solitario de Jack White era una inmisericorde apisonadora instrumental que apenas conten¨ªa alg¨²n tarareo. Aunque m¨¢s llamativo resulte conocer su condici¨®n de frankenstein: sali¨® de fusionar por medio del Pro Tools tres tomas distintas registradas en directo. ?El adalid de lo anal¨®gico y proveedor con su sello de alimento para los giradiscos rendido a la herramienta de edici¨®n digital? No, m¨¢s bien reflejo de la calma de White para elaborar este Lazaretto, contraria a sus h¨¢bitos supers¨®nicos: a?o y medio d¨¢ndole vueltas a lo grabado en su estudio en huecos de la gira de Blunderbuss(su debut solista en 2012) con los m¨²sicos de aquellos conciertos, una banda femenina, The Peacocks, y otra masculina, The Buzzards.
Etapa reflexiva que no parec¨ªa traspirar en sus declaraciones o en las filtraciones de su proceso de divorcio. Hasta el punto de corregir con un comunicado a comienzos de junio todos los charcos donde llevaba tiempo meti¨¦ndose: palabras desabridas sobre otros artistas, especialmente The Black Keys, muchas de ellas en el reportaje de portada del reciente n¨²mero de Rolling Stone. Y White acierta al recular, pues nada deber¨ªa desviar los focos de lo que mejor sabe hacer, discos tan convincentes como el que nos ocupa.
Su etiqueta, Third Man Records, hab¨ªa publicado un recopilatorio, en vinilo, claro est¨¢, del viejo bluesman Blind Willie McTell. Y Lazaretto parte precisamente agarrado a una adaptaci¨®n de uno de sus temas, Three women, con vitaminas de soul sure?o a?adidas al blues y versos de cr¨¢pula. ?Quiz¨¢ un gui?o frente a pasadas acusaciones de sexismo? ?l siempre subraya su obra compartida con mujeres (Meg White en The White Stripes, Allison Mosshart en The Dead Weather¡) y su tendencia a crear personajes en vez de traslucir ideario propio en los textos.
A partir de ah¨ª, se acabaron las versiones (Blunderbuss conten¨ªa tambi¨¦n solo una, de Little Willie John). Pero no las guitarras afiladas, poderosas y poco convencionales, con m¨¢s presencia que en su entrega previa. Siguen retumbando en el extraordinario segundo corte que titula el disco. Lleno de pausas y giros, un bajo repleto de groove y viol¨ªn a contracorriente. Adem¨¢s de cierto enigma ling¨¹¨ªstico en su letra inspirada por el galleo t¨ªpico de los raperos: "Yo trabajo duro / como en madera y yeso", entona White en castellano. Quiz¨¢ todo venga de sus ¨²ltimos a?os de adolescencia en Detroit. Asegura que escritos suyos de entonces, descubiertos en un desv¨¢n, le sirvieron de punto de partida para estas canciones. Y en alguna se palpan dichas historias juveniles, como en Alone in my home, puro piano pop soleado en un ¨¢lbum que no se corta a la hora de cruzar y estrujar estilos cl¨¢sicos.
El country en diversas vertientes, sin ir m¨¢s lejos, que el hombre vive en Nashville y es l¨®gico que se note. Aterriz¨® all¨ª, por cierto, para producir la resurrecci¨®n de Loretta Lynn. Y en su rama country-folk, un poco a lo Neil Young, lo vaquero envuelve ahora Temporary ground, marco para el dueto vocal a ratos de White con la violinista Lillie Mae Rische (las notas de su fiddle tambi¨¦n reinan aqu¨ª). Para el valsecito campestre bautizado Entitlement, nuestro alquimista suena a un Gram Parsons sin su Emmylou. Pero con dosis de steel guitar, de la mano de la rara avis danesa Maggie Bj?rklund (recomendable es su ¨²nico disco propio, Coming home, de 2011). Y con alto voltaje tabernario, el country-rock de amor no correspondido Just one drink ("t¨² bebes agua / yo bebo gasolina") roza por lo bajo al Dead Flowers de los Stones. O dej¨¦moslo en que recuerda a grupos como Faces.
Con todos esos aires de cowboy, White brilla menos idiosincr¨¢tico que en los ca?onazos de m¨¢s arriba. O que en la espl¨¦ndida Would you fight for my love?, marco para percusiones africanas, falsete y oscuridad g¨®tica. La voz de White se vuelve tan funk como la del primer David Byrne en los Talking Heads para The black bat licorice, donde casi rapea. Mientras que sus relatos a menudo indescifrables y misteriosos se ejemplifican, convertido en ave, en I think I found the culprit.
Porque exc¨¦ntrico un pelo s¨ª que es: bati¨® el r¨¦cord Guinness (solo cuatro horas) en grabar, prensar y editar un disco. En concreto, el single con el tema Lazaretto, y un cover de Elvis detr¨¢s, que lanz¨® para el Record Store Day. Pero cuando uno arriba a la meta tras escuchar Want and able y su preciosismo en miniatura, se siente a White como el ¨²ltimo mohicano de los rock stars. Aunque el t¨ªtulo del ¨¢lbum signifique leproser¨ªa. O quiz¨¢ por eso.
Jack White. Lazaretto. Third Man Records.
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