Berlusconismo sentimental

Distingu¨ªa Ram¨®n G¨®mez de la Serna en su Ensayo sobre lo cursi entre ¡°lo cursi deleznable y sensiblero y lo cursi perpetuizable y sensible o sensitivo¡±. En Perdona si te llamo amor, nueva adaptaci¨®n de la novela de Federico Moccia que ya fue llevada al cine por el propio escritor en 2008 (iniciando el fen¨®meno cinematogr¨¢fico de las versiones de sus novelas), el debutante de larga trayectoria televisiva Joaqu¨ªn Llamas s¨®lo se acerca a la segunda categor¨ªa en un momento de la pel¨ªcula: en esa secuencia en la que el vaho sobre la ventanilla de un coche hace emerger de nuevo el coraz¨®n trazado sobre su superficie, propiciando la recapacitaci¨®n sentimental del protagonista.

Es in¨²til pararse a pensar en lo que podr¨ªan haber hecho con ese recurso Douglas Sirk, los hermanos Kuchar, Todd Haynes o el propio Pedro Almod¨®var porque, entre otras muchas cosas, no estamos aqu¨ª en el territorio del melodrama fou que cuestiona morales consensuadas y utiliza el amor como instrumento de transgresi¨®n. Esto es otro negociado: el de la ficci¨®n rosa, en su vertiente de berlusconismo sentimental, servida con lo que bien se podr¨ªa considerar el grado cero de la escritura publicitaria.

La historia de amor entre un publicista maduro y una adolescente en estado de efervescencia amorosa sirve, pues, para dibujar una mentira sentimental en una Barcelona de anuncio televisivo, sin crispaciones sociales al fondo, ni conflictos morales.