Problemas de sucesi¨®n
Park Hoon-jung se acredita como uno de los m¨¢s prometedores efectivos del cine negro coreano

Guionista del muy exc¨¦ntrico psychothriller Encontr¨¦ al diablo (2010), de Kim Ji-woon, y de la severa mirada a la corrupci¨®n judicial que supuso The unjust (2010), de Ryoo Seung-wan, el director Park Hoon-jung ha logrado conjurar la mala suerte comercial que condicion¨® su debut en la direcci¨®n ¡ªThe Showdown(2011)¡ª con un segundo largometraje que le acredita como uno de los m¨¢s prometedores efectivos del nuevo cine negro coreano.
Concebida como primera entrega de una trilog¨ªa, New World, que subraya su vocacional ambici¨®n desde su dilatado metraje, ya tiene cerrado acuerdo para un futuro remake estadounidense tras haberse convertido en fen¨®meno de taquilla en su pa¨ªs de origen.
NEW WORLD
Direcci¨®n: Park Hoon-jung.
Int¨¦rpretes: Lee Jung-jae, Choi Min-sik, Hwang Jun-min, Park Sung-woong, Song Ji-hyo.
G¨¦nero: thriller. Corea del Sur, 2013.
Duraci¨®n: 134 minutos.
Las tensiones sucesorias en un clan mafioso, que se contempla a s¨ª mismo como la ¨²ltima palabra en empresas del nuevo orden neoliberal, centran la trama de un relato que huye del tono oper¨ªstico eleg¨ªaco del modelo Coppola para describir, casi con frialdad sumarial, los protocolos de construcci¨®n de una nueva criminalidad corporativa.
Hoon-jung parece haber tenido presente tanto el modelo del tr¨ªptico hongkon¨¦s de Infernal affairs (2002-03) como el de la relectura scorsesiana de Infiltrados (2006), porque, de nuevo, el centro del laberinto lo ocupa la esquizofrenia y la ambig¨¹edad moral del troyano obligado a lidiar, en primer lugar, con su indefensi¨®n en tierra hostil, sus afectos problem¨¢ticos y sus conflictos interiores.
M¨¢s preocupada por el retrato complejo de sus personajes que por la ¨¦pica, New World alcanza sus mayores logros al mostrar c¨®mo las fuerzas de la ley act¨²an como maestros de marionetas en el juego de tronos criminal.
En las im¨¢genes de la pel¨ªcula resuenan no pocos ecos occidentales ¡ªinevitable pensar en la soledad amoral de Michael Corleone en algunos momentos¡ª, pero el hecho diferencial se hace palpable en algunas escenas de violencia ¡ªel enfrentamiento en el parking y el ascensor¡ª abonadas a la brutal, casi tribalista y primitiva, ret¨®rica coreana del ajuste de cuentas a palos.
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