El turismo asfixia a la Capilla Sixtina
El retraso en la renovaci¨®n de los anticuados sistemas de ventilaci¨®n plantea dudas sobre el da?o causado por los m¨¢s de 20.000 visitantes diarios
El director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, no quiere hablar del estado de conservaci¨®n de la Capilla Sixtina, y hasta cierto punto es l¨®gico. Paolucci advirti¨® en 2010 que los sistemas de ventilaci¨®n instalados en 1993 ya no daban abasto para proteger los frescos de Miguel ?ngel, Botticcelli, Pinturicchio, Perugino o Signorelli de los m¨¢s de 20.000 visitantes al d¨ªa que incluyen la contemplaci¨®n de El juicio finalen su visita a Roma. ¡°Demasiada presi¨®n humana¡±, dijo.
En octubre de 2012, Paolucci fue m¨¢s all¨¢: ¡°Si en el transcurso de 2013 no empieza a funcionar el nuevo sistema de climatizaci¨®n, cambio del aire, control de humedad y temperatura y retirada de polvo, se tendr¨¢n que limitar las visitas¡±. Una soluci¨®n dr¨¢stica que, por cierto, hab¨ªa negado ¨¦l mismo un mes antes. Pero pas¨® 2013 y no se supo nada ni del nuevo sistema de ventilaci¨®n ni de un eventual cupo. Hasta hace una semana ¡ªo sea, cuatro a?os despu¨¦s del primer mensaje de alarma¡ª, Paolucci no hab¨ªa puesto fecha a la inauguraci¨®n del nuevo sistema de climatizaci¨®n e iluminaci¨®n; ahora se anuncia que ser¨¢ el pr¨®ximo mes de octubre y, seg¨²n el director de los Museos Vaticanos, permitir¨¢ adem¨¢s aumentar el acceso a la Capilla Sixtina de 700 a 2.000 personas al mismo tiempo. Los trabajadores se llevan las manos a la cabeza.
La nueva climatizaci¨®n permitir¨¢ que entren hasta 2.000 personas a la vez
Dos de los encargados de los Museos Vaticanos se hac¨ªan cruces esta semana ante la posibilidad de que pueda autorizarse la entrada de m¨¢s visitantes en la Capilla Sixtina. ¡°?Pero f¨ªjese c¨®mo est¨¢ de gente!¡±, exclamaba uno, ¡°y eso que estamos en el pase nocturno y ya se han marchado los miles de turistas que proceden de los cruceros que atracan en el puerto de Civitavecchia¡±. No se trata solamente, a?ad¨ªa su colega, de la conservaci¨®n del monumento, tambi¨¦n de un asunto de seguridad: ¡°F¨ªjese en la estrechez de los pasillos y de las escaleras por las que tiene que entrar la gente. Esto no es el MoMA de Nueva York, sino un palacio que no se construy¨® para museo. No es agradable ver cada d¨ªa c¨®mo la Capilla Sixtina, sin lugar a dudas uno de los lugares m¨¢s bellos del mundo y del que nos sentimos orgullosos todos los que trabajamos aqu¨ª, se convierte en un sitio inc¨®modo donde se agolpan cientos y cientos de turistas¡¡±. La capilla fue mandada construir en 1484 por el papa Sixto IV, de ah¨ª su nombre, y de aquella ¨¦poca proceden los frescos de las paredes laterales, obras de Botticelli o Perugino, pero fue el papa Julio II el que encarg¨® a Miguel ?ngel que pintara la b¨®veda.
Las preguntas que Antonio Paolucci, el director de los Museos Vaticanos, no ha estimado oportuno responder son muy simples. Si ya en 2012, a tenor de sus propias declaraciones, el sistema de ventilaci¨®n estaba obsoleto y se necesitaba con urgencia uno nuevo, ?por qu¨¦ se ha esperado dos a?os, a un ritmo de m¨¢s de seis millones de visitantes al a?o?, ?por qu¨¦ no se ha limitado el acceso para evitar da?os a los frescos?, ?se han producido estos da?os?, ?hasta qu¨¦ punto el af¨¢n recaudatorio ha condicionado la sobreexposici¨®n de las obras de arte?
Breve historia
La Capilla Sixtina es la m¨¢s famosa del Palacio Apost¨®lico de la Ciudad del Vaticano.
La primera misa en la capilla se celebr¨® el 15 de agosto de 1483.
Originalmente se llamaba Cappella magna, y se rebautiz¨® en homenaje al papa Sixto IV, que orden¨® su restauraci¨®n entre 1473 y 1481.
El papa Julio II ordena a Miguel ?ngel decorar la b¨®veda, pintura que hizo entre 1508 y 1512. Miguel ?ngel pint¨® El juicio final entre 1536 y 1541 para los papas Clemente VII y Pablo III.
Desde su oficina de prensa, siempre de forma muy gentil, aseguran que ni Paolucci ni ning¨²n otro experto autorizado se pronunciar¨¢n sobre estos asuntos hasta que la nueva climatizaci¨®n sea inaugurada el pr¨®ximo mes de octubre. Una fecha que tambi¨¦n ponen en duda los trabajadores de los Museos. Todav¨ªa no se han iniciado los trabajos en el interior de la Capilla Sixtina y solo una gr¨²a amarilla instalada en el exterior da se?ales de los preparativos. ¡°Hace mucho tiempo¡±, confirma uno de los trabajadores ¡ªsin autorizaci¨®n para hacer declaraciones¡ª, ¡°que el sistema de climatizaci¨®n no funciona bien. Hay d¨ªas que esto parece una nevera y otras un horno, independientemente de los turistas que haya dentro en ese momento¡±.
La primera alarma seria se remonta a 2010. A trav¨¦s de un art¨ªculo en l¡¯Osservatore romano, Antonio Paolucci explic¨® que los residuos dejados por los turistas ¡ªpolvo, aliento, sudor, cabello, caspa, hilos de lana, fibras sint¨¦ticas¡ª estaban poniendo en peligro los frescos de los siglos XV y XVI. Durante aquel verano, 30 restauradores emplearon 20 noches en retirar ¡°cantidades ingentes de materia y polvo¡± y constataron algunas se?ales de deterioro. Como explic¨® en su momento Gianluigi Colalucci, responsable de la ¨²ltima restauraci¨®n de la Capilla Sixtina en 1994, ¡°el polvo es lo m¨¢s dif¨ªcil de controlar, se deposita y con la humedad se fija¡±. Un problema que tendr¨ªa que ayudar a resolver el nuevo sistema de climatizaci¨®n encargado a la firma Carrier.
Seg¨²n el profesor y acad¨¦mico de Bellas Artes Rodolfo Papa, la soluci¨®n debe ser de car¨¢cter tecnol¨®gico, porque es imposible cerrar las puertas al p¨²blico. ¡°El problema no es s¨®lo de la Capilla Sixtina¡±, explica, ¡°sino de una mentalidad consumista que nos lleva a todos a viajar a todos los sitios para verlo todo. Aunque ni entendamos ni nos interese. Hay quien ha salido de los Museos Vaticanos asegurando haber visto La Gioconda¡±.
Babelia
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