?Brigitte al Pante¨®n!
El mundo editorial celebra el 80 cumplea?os de Bardot y se adelanta al quinto centenario de El Bosco, tambi¨¦n se hace publico el ranking de los grandes grupos
A este paso, no me extra?ar¨ªa demasiado que en un futuro ¡ªque le deseo muy lejano¡ª los restos mortales de Brigitte Bardot ocuparan un lugar de privilegio en el Pante¨®n, junto a las tumbas de hombres (m¨¢s) y mujeres (muchas menos) ilustres con las que Francia quiere visualizar las glorias humanas (e inequ¨ªvocamente masculinas) de su grandeur. Objeto (cuidadosamente prefabricado por el star system) de las fantas¨ªas y deseos de la generaci¨®n a la que pertenezco, la actriz parisiense celebrar¨¢ el 28 de septiembre su primer cumplea?os de octogenaria, y no vean el modo en que el mundo editorial franc¨¦s prepara la efem¨¦ride. Hasta la fecha, la ¡°bardoman¨ªa¡± ha llevado a los escaparates de las librer¨ªas una decena de libros sobre el icono ¡°sexy y sulfuroso¡±, pero la parte m¨¢s mollar de la conmemoraci¨®n (tele incluida) est¨¢ por llegar. Brigitte ¡ªperm¨ªtanme que la llame por su nombre de pila a cuenta de la pasi¨®n adolescente que le profes¨¦¡ª no era s¨®lo la criatura m¨¢s bella del mundo, sino, sobre todo, constitu¨ªa (as¨ª lo cre¨ªmos) un emblema de la mujer libre e independiente que asum¨ªa sin tab¨²es sociales su sexualidad. Algo que, si en el resto de Europa era de por s¨ª refrescante, en la Espa?a pacata y castradora de los 25 a?os de paz franquista, donde sus pel¨ªculas estaban prohibidas y s¨®lo pod¨ªa conoc¨¦rsela a trav¨¦s de fotos con escotes retocados (a¨²n conservo alguna postal en blanco y negro), constitu¨ªa una especie de milagrosa ventana con vistas a un para¨ªso vedado por la casposa casta nacionalcat¨®lica y desarrollista (Fraga incluido) que gobernaba nuestras existencias. Claro que luego supimos de qu¨¦ materia estaba hecho aquel icono que en los a?os sesenta aport¨® m¨¢s divisas a Francia que la f¨¢brica Renault. Edgar Morin nos explic¨® en un estupendo ensayo (Les stars, 1957) el modo en que la machine ¨¤ starifier (la m¨¢quina de hacer estrellas) se fij¨® inmediatamente en aquella muchacha que exhib¨ªa ¡°una dosis admirable de inocencia extrema y erotismo extremo¡±. Por lo dem¨¢s, en la bibliograf¨ªa que est¨¢ llegando a las librer¨ªas francesas se subraya sobre todo su papel como abogada y militante de los derechos animales (v¨¦ase la web de la Fundaci¨®n Bardot), una actividad que inici¨® en 1962 cuando se manifest¨® en contra de la crueldad gratuita en los mataderos. Bardot, que trabaj¨® con los m¨¢s importantes directores franceses ¡ªla recuerdo especialmente en Le m¨¦pris(1963), de Godard, a pesar de que la actriz manifest¨® entonces que la enervaba el tipo de ¡°intelectual repulsivo e izquierdista¡± que el director representaba¡ª y nunca ha ocultado su cercan¨ªa ideol¨®gica a la extrema derecha francesa (ha sido condenada en varias ocasiones por incitaci¨®n al odio racial), desapareci¨® del primer plano de la actualidad cinematogr¨¢fica a los 39 a?os, cuando comenzaron a manifestarse en su rostro de inocente ni?a perversa las implacables huellas del tiempo, aunque sigui¨® su carrera como cantante. Ahora, convertida en una bella anciana vegetariana y defensora de los derechos de los animales (pero ¡ªay¡ª no de los homosexuales o de los inmigrantes magreb¨ªes), asiste de nuevo triunfal al homenaje de sus compatriotas.
Librazo
Reconozco, de entrada, que el libro del que voy a hablarles se sale de mis recomendaciones habituales, tanto por su precio (99,99 euros) como por su formato (40 x 29,5 cent¨ªmetros) y peso (4,1 kilos en la sufrida b¨¢scula de mi ba?o), de modo que no es el m¨¢s apropiado para leer en la playa en pleno rigor de la can¨ªcula. Claro que, en ¨²ltimo extremo, siempre puede utilizarse como sombrilla o parasol corporal, al modo del personaje de la ilustraci¨®n de Max, algo para lo que, definitivamente, no servir¨ªa una tableta electr¨®nica (ya ven, otra de sus desventajas). Pero lo cierto es que El Bosco, la obra completa, de Stefan Fischer, el extraordinario volumen con el que Taschen (what else?, preguntar¨ªa un Clooney aficionado a los libros de arte) se adelanta con creces a la celebraci¨®n del quinto centenario de la muerte de Jheronimus van Aken (Bolduque, Pa¨ªses Bajos, 1450-1516), uno de los pintores m¨¢s influyentes en buena parte de las vanguardias del siglo pasado, se lo merece con creces. A caballo entre el g¨®tico tard¨ªo y el prerrenacimiento, El Bosco recupera las drolleries grotescas de los c¨®dices miniados (animales, monstruos) y los temas de la paremiolog¨ªa bajomedieval y los amplifica y concede protagonismo en sus pinturas sat¨ªricas y par¨®dicas, a?adi¨¦ndoles multitud de personajes y motivos propios para los que no hab¨ªa tradici¨®n iconogr¨¢fica y que proceden directamente de una imaginaci¨®n on¨ªrica que fascin¨® a los surrealistas y que, contemplada desde hoy, se me antoja el env¨¦s de la del demoniaco Maldoror de Lautr¨¦amont. Como queda claro en las estupendas ilustraciones de este libro excepcional, que permiten acercarse como nunca se hab¨ªa hecho en un volumen de estas caracter¨ªsticas al detalle de obras maestras como El jard¨ªn de las delicias, El Juicio Final o El carro del heno, El Bosco no es un pintor f¨¢cilmente clasificable: su cosmovisi¨®n medieval, te?ida de milenarismo apocal¨ªptico, que a menudo se expresa en una especie de sarcasmo pict¨®rico expresionista, se encuentra permeabilizada por la ideolog¨ªa del humanismo. Quiz¨¢ por ello su pintura fue valorada tempranamente por humanistas espa?oles como Felipe de Guevara o fray Jos¨¦ de Sig¨¹enza o por el mismo Felipe II, que adquiri¨® varias de sus obras para la colecci¨®n real. Un libro para gozar (aunque no en la playa). Por cierto, con la misma curiosidad con que el usuario de transporte p¨²blico intenta averiguar el t¨ªtulo del libro que va leyendo su vecino, pregunt¨¦ a Max cu¨¢l era el del libro levitante que lee su personaje, pero no me supo responder. P¨®ngales ustedes el que quieran: con m¨¢s de 500.000 t¨ªtulos vivos en todas las lenguas del Estado, tienen donde elegir.
Clasificaci¨®n
Algunas novedades en el ranking de la edici¨®n mundial que publica anualmente la consultora R¨¹diger Wischenbart. En 2013 los 50 principales grupos totalizaron una facturaci¨®n de 52,6 millardos de euros. El primero sigue siendo el brit¨¢nico Pearsons (5.655 millardos), seguido de Reed Elsevier, Thomson Reuters y Wolters Kluwer, los cuatro dedicados mayoritariamente a la edici¨®n profesional y educativa, que es la que concentra (tambi¨¦n en China) el m¨¢ximo negocio. En quinto lugar llega Penguin Random House (Bertelsmann), con 2.655 millardos: se subraya la importancia de su reciente adquisici¨®n de la parte generalista (trade) de Santillana (n¨²mero 24 en el ranking), que permitir¨¢ al grupo alem¨¢n afianzarse a¨²n m¨¢s en Am¨¦rica Latina. El primer grupo espa?ol de la lista es Planeta (100 marcas editoriales, 25 pa¨ªses), que conserva el octavo puesto mundial (1.566 millardos) aunque se indica el descenso de su facturaci¨®n ¡°por tercer a?o consecutivo¡±, se?alando el cambio de su sede madrile?a del paseo de Recoletos a los locales de Josefa Valc¨¢rcel, que comparte con el diario La Raz¨®n, tambi¨¦n propiedad de Lara. El informe tambi¨¦n menciona entre las tendencias un ligero aumento de la edici¨®n generalista gracias al gran impulso del libro electr¨®nico en el mundo anglohablante.
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