El trovador que canta a la tristeza
Jacobo Serra despunta como el cantautor m¨¢s deslumbrante de su generaci¨®n
La culpa la tuvo Nietzsche. Jacobo Serra (Albacete, 1983), hijo y nieto de abogados, estaba llamado a ser ese brillante alumno de Derecho, rom¨¢ntico y aplicado, que conf¨ªa en la justicia social, el auxilio a los desamparados y ¡°la presencia de alg¨²n Mariano Jos¨¦ de Larra entre los compa?eros de clase¡±, agrega con gesto travieso. El desenga?o acad¨¦mico no tard¨® ni un curso en manifestarse, pero entonces le vino a la cabeza una frase del fil¨®sofo alem¨¢n: ¡°La m¨²sica debe ser cultivada por quienes conozcan la tristeza de la m¨¢s profunda felicidad¡±. Y se conjur¨® para hacer de la tristeza musical su modo de expresi¨®n, incluso de vida. Hoy, una d¨¦cada m¨¢s tarde y con su primer elep¨¦, Don¡¯t give up, bajo el brazo, puede que est¨¦ m¨¢s cerca de conseguirlo. No ser¨¢ por falta de m¨¦ritos: sus 10 canciones remiten a Teddy Thompson, Ron Sexsmith, Amos Lee, Jesse Harris o al Rufus Wainwright menos manierista. La absoluta realeza de la canci¨®n de autor internacional.
¡°Claro que he pensado muchas veces en buscar un trabajo estable. He llegado a tocar en bares casi vac¨ªos, pero las canciones me persiguen. Si no canto, no soy persona¡±, admite Serra. El manchego ejerce de artista retra¨ªdo y t¨ªmido (la portada del ¨¢lbum es un retrato al ¨®leo porque nunca se ve ¡°con el d¨ªa guapo¡± para hacerse fotos), pero en la vida se desinhibe con facilidad. Por eso se ha instalado en Madrid con lo puesto, pese a su flamante m¨¢ster en Derecho de la Uni¨®n Europea obtenido en Bristol, para exprimir el sue?o de sus composiciones.
Siento la m¨²sica en ingl¨¦s; en espa?ol hasta muevo el diafragma de manera distinta
El secreto de su talento ostensible resultar¨¢ cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil de guardar. The Autumn Defense, la extraordinaria banda ac¨²stica proveniente de Wilco, lo escogi¨® como telonero de su reciente gira espa?ola tras escuchar Don¡¯t give up. Y Ron Sexsmith acab¨® cantando con ¨¦l en la casa de Ram¨®n Arroyo, el guitarrista de Los Secretos, la ¨²ltima vez que el canadiense visit¨® la madrile?a sala El Sol (febrero de 2013). Aquella noche, Sexsmith se qued¨® prendado con The word I never say, la canci¨®n que titulaba el sucinto EP de cuatro canciones con el que Serra se dio a conocer.
El de Jacobo es un caso raro de instinto mel¨®dico puro. Lejos del arquetipo de cantautor que se ha criado entre centenares de vinilos, el albacete?o creci¨® escuchando ¨®pera e hizo sus primeros pinitos en un coro de polifon¨ªa renacentista. En su casa solo hab¨ªa dos discos de pop, los recopilatorios azul y rojo de The Beatles, pero al chaval le bast¨® para tirar del hilo. ¡°En cuesti¨®n de meses dej¨¦ a Palestrina por James Taylor y Joni Mitchell, y luego segu¨ª con Nilsson o Graham Nash¡±, recuerda. A¨²n hoy sigue pensando que en aquella transici¨®n entre los a?os sesenta y setenta se escribieron las mejores canciones de la historia. ¡°A veces me sacan parecidos con gente moderna a la que ni siquiera conozco¡±, resume, divertido.
Su primera composici¨®n, Face, nunca lleg¨® a ver la luz. ¡°Un amigo me dijo que se parec¨ªa demasiado a A horse with no name, de America, ?cuando no la conoc¨ªa a¨²n!¡±. Pero el repertorio de Don¡¯t give up, a¨²n con sus muchas resonancias cl¨¢sicas, permite vislumbrar al cantautor peninsular m¨¢s sobresaliente de los ¨²ltimos a?os. En ingl¨¦s, eso s¨ª: Serra tiene novia irlandesa (el v¨ªdeo de On & on lo grab¨® en el islote de Valentia, al suroeste del pa¨ªs), vivi¨® casi siete a?os en Londres y sigue las noticias en el ipad por la BBC. ¡°Siento la m¨²sica en ingl¨¦s; en espa?ol hasta muevo el diafragma de manera distinta¡±, resume.
Don¡¯t give up (Artyfacts Recordings) est¨¢ disponible en jacoboserra.com
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