Flojera
La desaparici¨®n de canales se prolonga ahora con la fusi¨®n de La 2 y Teledeporte. Dos contenedores que desde hace a?os se perpetuaban con programas de coste cero
Se acumulan las malas noticias para la televisi¨®n en Espa?a. La temporada ha sido floja. Sin novedades exitosas de formatos, en el mejor de los casos, los logros se limitan a continuidades de calidad tanto en ficci¨®n como en algunos espacios ya consolidados. La calidad informativa sufre una evidente merma econ¨®mica y de personal en favor de la tertulia y los formatos de debate, que son por momentos efervescentes, pero que como el articulismo, necesita nutrirse del periodismo de cr¨®nica e investigaci¨®n. Si el espa?ol medio pasa m¨¢s horas delante del televisor no es un m¨¦rito de los programadores, sino una carencia para costearse un entretenimiento din¨¢mico, social y enriquecedor.
La tragedia m¨¢s alarmante es la p¨¦rdida de canales. Tuvimos una guerra inane con la desaparici¨®n por mandato judicial de ciertos canales de TDT de las cadenas privadas, pero el ciudadano no se sinti¨® involucrado. La clave del asunto, otro concurso de concesiones ilegal, provoc¨® en la ciudadan¨ªa la indiferencia que siempre dedica al medio televisivo: la apariencia es que le sale gratis, por lo tanto no le provoca ni indignaci¨®n ni angustia. Este error se prolonga en la quiebra de los canales auton¨®micos, verdaderos monumentos de la mala gesti¨®n pol¨ªtica, que pagan los trabajadores sin el menor esc¨¢ndalo del contribuyente.
La desaparici¨®n de canales se prolonga ahora con la fusi¨®n de La 2 y Teledeporte. Dos contenedores que desde hace a?os se perpetuaban con programas de coste cero, derechos deportivos gratuitos y una vocaci¨®n de minor¨ªa algo excesiva y desmotivadota. El peligro es tirar la toalla por la vertiente cultural televisiva. En lugar de fomentar el riesgo, la especializaci¨®n y la llamada al consumidor que no encuentra la calidad que busca desesperadamente en el resto de ofertas, corremos el peligro de convocar a la reducida audiencia a una papelera de reciclado. Se puede ser minoritario y pobre, pero eso no quita que con un esfuerzo imaginativo se convoque a la enorme creatividad joven que hay en el audiovisual espa?ol, se la invite a reinventar la tele y a dotar a un medio tan maravilloso de algunos de los rasgos m¨¢s geniales que est¨¢ desarrollando a la intemperie de la calle un nuevo arte, teatro, cine y periodismo sin patrones ni due?os ni patrocinadores.
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